La Operación Escudo y Flecha se ha llevado a cabo hasta la fecha con una eficacia impresionante. El escudo de la Cúpula de Hierro y la honda de David han evitado grandes pérdidas de vidas entre la población civil, aunque hasta ahora un hombre ha muerto trágicamente y algunos han resultado heridos, a pesar de un aluvión de cientos de cohetes mortales disparados contra Israel al momento de escribir este artículo.
Las flechas de la inteligencia de objetivos, los ataques aéreos y con misiles han diezmado a los líderes terroristas de Gaza y han destruido muchas de sus armas. Ningún otro ejército es capaz de defender a su pueblo con la ferocidad y precisión que las FDI han estado mostrando.
Desafortunadamente, algunos de los ataques israelíes también han matado a civiles no involucrados. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dijo ayer que las muertes de civiles en Gaza son "inaceptables" y pidió a Israel que "cumpla con sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario".
Esto equivale a un grave insulto contra las FDI, que todos los comandantes militares occidentales saben que es más efectivo que cualquier otra fuerza en el mundo para prevenir la muerte de civiles en territorio enemigo. En cambio, Guterres debería haber responsabilizado directamente a los terroristas de Gaza por el asesinato de sus civiles, ya que son ellos los que tienen una política deliberada de usar escudos humanos, un crimen de guerra. No menos importante, los comandantes de la Jihad Islámica mantienen a sus esposas e hijos cerca de ellos.
Los comentarios de Guterres, y sus ecos en los medios y entre los grupos de derechos humanos, también juegan directamente en manos de los terroristas, cuyo principal objetivo operativo, aparte de su destrucción, es la difamación internacional de Israel. La condena del Consejo de Derechos Humanos de la ONU a las FDI que seguirán a este conflicto como la noche sigue al día, que fluye de pensamientos como el del secretario general, ayudará a garantizar que la Jihad Islámica y los terroristas en todas partes continúen usando escudos humanos y costarán muchas más vidas.
Conociendo a las FDI como yo, puedo estar seguro de que se adhieren estrechamente –y aun van más allá– de las leyes internacionales de la guerra en este conflicto. Pero también hay otra pregunta: ¿deberían haber recibido instrucciones políticas para llevar a cabo operaciones ofensivas en Gaza, sabiendo que se perderían vidas civiles inocentes? Algunos argumentan, siguiendo la línea de Guterres, de que las muertes de civiles son inaceptables, que el escudo de Israel es suficiente para mitigar los cohetes y proteger a su población sin los otros ataques que acompañan.
Por supuesto, la realidad es que ningún sistema defensivo puede proporcionar una protección del 100%, como hemos visto, de muertes, heridas y destrucción de propiedades en Israel durante este conflicto y ataques con cohetes anteriores. Y ningún país puede sentarse y mirar mientras sus enemigos arremeten. Además de eso, lo que está en juego en la actual ronda de violencia es mucho mayor, incluso, que los cientos de cohetes disparados desde Gaza en dos días.
La Jihad Islámica comprada y pagada por Irán
La Jihad Islámica, detrás de la violencia actual es un representante iraní, comprado y pagado por Teherán. Los ayatolás están decididos a la destrucción de Israel: con armas nucleares cuando hayan completado la capacidad, y mientras tanto con una guerra de poder de múltiples frentes.
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El secretario general de la Jihad Islámica Palestina, Ziyad al-Nakhalah, con el presidente iraní, Ebrahim Raisi.
(Ynet)
Han estado rodeando a Israel con armas y combatientes, gastando millones de dólares. En el Líbano, han posicionado decenas de miles de misiles y vehículos aéreos no tripulados, incluidos sistemas guiados con precisión. En Siria, han estado trabajando para construir otro frente de ataque, aunque hasta ahora las FDI han estado interrumpiendo sus esfuerzos con ataques casi semanales.
Dentro de Israel y en Cisjordania, los representantes iraníes han estado fomentando, financiando y dirigiendo ataques violentos contra civiles y militares. Y, desde la retirada total de Israel del territorio, han ayudado a convertir a Gaza en una máquina de guerra de túneles de ataque, fortificaciones y bases de cohetes, suministrando fondos, material, municiones y dirección.
Cuando comenzó el conflicto actual, el liderazgo iraní ejerció una fuerte presión sobre su otro cliente terrorista de Gaza, Hamas, para que se uniera a la Jihad Islámica en el ataque contra la población civil de Israel. El Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, un órgano central del gobierno iraní, ha sido el principal impulsor de estos esfuerzos y ha establecido una sala de guerra en Beirut para coordinar a sus representantes terroristas de manera más efectiva.
Respuesta internacional
¿Cómo debería responder Occidente? No sacando a relucir las condenas habituales de un aliado bajo asalto, con la equivalencia moral estándar entre un estado soberano y sus asaltantes terroristas como nunca se dibuja con ningún otro conflicto en el mundo: "llamamos a ambas partes a ejercer moderación".
En cambio, Estados Unidos, el Reino Unido y Europa deberían centrarse por completo en la cabeza de este lobo rabioso que tiene los dientes hundidos en tantos conflictos, desde Yemen hasta Gaza, Ucrania y más allá. En lugar de apaciguar a Irán tratando desesperadamente de resucitar el acuerdo nuclear profundamente defectuoso de Obama, debería ser calificado por lo que es, condenado, aislado y sancionado integralmente.
Al mismo tiempo, Estados Unidos en particular debería estar trabajando para reforzar y dar confianza a la presa de Irán, revirtiendo su política actual que ha visto su influencia desastrosamente cedida a China y Rusia.
(*) Ex comandante del ejército británico
