Irán se enfrenta a un dilema tras el asesinato del comandante del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) Mohammad Reza Zahedi en Damasco: cómo tomar represalias sin desencadenar una guerra más amplia que, según los analistas de Oriente Próximo, Teherán no parece desear.
El ataque se produce mientras Israel acelera una larga campaña contra Irán y los grupos armados a los que respalda. El líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, prometió venganza rápidamente.
La República Islámica tiene opciones
Algunas de las principales medidas que podría tomar sería lanzar a agentes de la ICGR contra fuerzas estadounidenses, utilizarlas para atacar a Israel (o embajadas) o intensificar su programa nuclear, que lleva tiempo en pausa.
Hablando bajo condición de anonimato, funcionarios estadounidenses dijeron que seguían observando de cerca los acontecimientos para ver si, como en el pasado, los apoderados respaldados por Irán atacarían a sus tropas en Irak o Siria. Esos ataques iraníes cesaron en febrero, después de que Washington respondiera a la muerte de tres soldados estadounidenses en Jordania con decenas de ataques aéreos contra objetivos vinculados a los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria de Irán y a milicias que respalda.
El martes, Estados Unidos advirtió tajantemente a Teherán de que no atacara a sus soldados en la región.
"No dudaremos en defender a nuestro personal y reiterar advertencias previas a Irán y a sus apoderados para que no aprovechen la situación (...) para reanudar sus ataques contra el personal estadounidense", declaró el embajador adjunto de Estados Unidos ante la ONU, Robert Wood.
Evitar una guerra total
Una fuente que sigue de cerca el asunto y que habló bajo anonimato dijo que Irán se enfrentaba al dilema de querer responder para disuadir de nuevos ataques israelíes de este tipo y, al mismo tiempo, evitar una guerra total.
"Se enfrenta al dilema real de que si responden podrían estar provocando una confrontación que claramente no quieren", contó.
"Están tratando de modular sus acciones de una manera que muestre que son sensibles con su gente pero no escaladores con el extranjero", agregó.
"Si no responden en este caso, sería realmente una señal de que su disuasión es un tigre de papel", añadió, diciendo que Irán podría atacar el país, embajadas israelíes o instalaciones judías en el extranjero.
El funcionario estadounidense remarcó que, dada la importancia del ataque de las FDI, Irán podría verse obligado a responder atacando intereses israelíes en lugar de ir tras las tropas estadounidenses.
Elliott Abrams, experto en Oriente Medio del think tank Council on Foreign Relations, también cree que Irán no quería una guerra total con Israel.
"Creo que Irán no quiere una gran guerra entre Israel y Hezbolá para este momento, por lo que cualquier respuesta no vendrá en forma de una gran acción del grupo libanés", dijo Abrams.
"Tienen muchas otras formas de responder... por ejemplo, intentando volar una embajada israelí", añadió.
Irán también podría responder acelerando su programa nuclear, que sigue en frenada desde que el expresidente de EE.UU., Donald Trump, abandonó en 2018 el acuerdo nuclear con Irán de 2015 diseñado para limitarlo a cambio de beneficios económicos.
Pero los dos pasos dramáticos -aumentar la pureza de su uranio enriquecido al 90%, lo que se considera grado de bomba, o reactivar el trabajo para diseñar un arma real- podrían ser contraproducentes e invitar a ataques israelíes o estadounidenses.
"Tanto Israel como Estados Unidos verían cualquiera de estas opciones como una decisión de adquirir una bomba. Así que... están corriendo un gran riesgo. ¿Están preparados para hacerlo? No lo creo", confesó la fuente que sigue de cerca el asunto.
Jon Alterman, director del programa sobre Oriente Próximo del centro de estudios CSIS de Washington, planteó que no espera una respuesta masiva de Irán al ataque contra su embajada.
"Irán está menos interesado en dar una lección a Israel que (en) mostrar a sus aliados en Oriente Próximo que no es débil", cerró.