Desde el comienzo de la guerra de Rusia contra Ucrania Israel ha estado luchando con un acto de equilibrio: pasar de puntillas entre complacer a sus aliados occidentales y mantener bajo control a su poderoso vecino de influencia rusa en su frontera norte, Siria.
Hoy parece que el intento de Israel de mantenerse lo más neutral posible en el conflicto entre Rusia y Ucrania –por ejemplo, Israel no se unió a las sanciones de los países occidentales contra Rusia y se negó a vender armas a Ucrania– no ha tenido éxito.
A principios de este mes, Israel votó en la Asamblea General de las Naciones Unidas a favor de eliminar a Rusia del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
"Hubo un intento mal camuflado de aprovechar la situación en Ucrania para distraer la atención de la comunidad internacional de uno de los conflictos no resueltos más antiguos, el palestino-israelí", dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia en un comunicado durante el fin de semana, reaccionando a la votación de Israel y a las declaraciones del ministro de Relaciones Exteriores, Yair Lapid, sobre la suspensión de la membresía de Rusia en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Lapid dijo que la "invasión injustificada" de Ucrania por parte de Rusia y el "asesinato de civiles inocentes" fueron la razón por la que Israel votó a favor de la moción y que la votación "no cambia nuestra visión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que es un organismo radical, moralmente defectuoso, sesgado y antiisraelí".
"Las declaraciones del ministro de Relaciones Exteriores israelí evocan arrepentimiento y rechazo", añadió la declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, sin dejar lugar a dudas: Moscú está observando cada movimiento y cada palabra de los funcionarios israelíes y tiene en su arsenal muchas flechas venenosas.
El mismo día, el presidente ruso, Vladimir Putin, supuestamente envió a las autoridades de Israel una apelación en la que pedía que se permitiera al gobierno ruso registrar sus derechos de propiedad en una iglesia en Jerusalem.
El mes pasado, el Tribunal de Distrito de esa ciudad canceló el registro de los derechos de propiedad del gobierno ruso sobre ese predio, que el ex primer ministro Benjamin Netanyahu aprobó en 2020. Los funcionarios rusos han criticado duramente el retroceso israelí en el tema.
Estas duras declaraciones recientes podrían tener un impacto en las relaciones entre Israel y Rusia en el futuro.
Rusia y el conflicto israelí-palestino
Según Ephraim Sneh, un general retirado de las FDI y ex viceministro de Defensa que fue miembro de varios gabinetes del gobierno israelí, la reacción rusa actual a la política de Israel sobre Ucrania era "esperada".
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La Iglesia Alexander Nevsky en la Ciudad Vieja de Jerusalem, que Rusia reclama como de su propiedad.
(Yoav Dudkevitch)
"Somos muy conscientes de su posición sobre los palestinos y este tipo de reacción fue de hecho anticipada", comentó Sneh.
Después de la caída de la Unión Soviética en 1991, la Rusia moderna ha continuado la política de la Unión Soviética sobre la cuestión palestina: no sólo apoya una fórmula de "dos estados para dos pueblos", sino que también condena a Israel en cada votación en foros internacionales y mantiene estrechos vínculos tanto con la Autoridad Palestina como con organizaciones terroristas palestinas como Hamás y la Jihad Islámica.
Rusia a menudo recurre a condenar a Israel en el tema palestino cuando hay cierta tensión entre Moscú y Jerusalem.
Roman Bronfman, un ex legislador israelí y experto en asuntos rusos, caracteriza la reacción rusa actual como "juegos políticos y diplomáticos tradicionales rusos, hipócritas y ambiguos. Rusia no es un país neutral aquí en el Medio Oriente. Tiene estrechos vínculos con muchas organizaciones terroristas. Miren las fronteras israelíes: estamos rodeados por Hezbolá y Siria en el norte, y por Hamas y otros grupos militares palestinos en Gaza y en Cisjordania. Todos ellos son apoyados por Rusia".
Bronfman cree que aunque el uso de la tarjeta palestina por parte de los rusos en medio de la guerra mortal en Ucrania es meramente cínico, reconoce que las afirmaciones rusas también contienen un argumento real.
"Ciertamente no necesitamos un protectorado ruso en nuestras fronteras del norte; sin embargo, estamos obligados a encontrar una solución diplomática al conflicto con los palestinos y debemos esforzarnos por resolver el conflicto", señaló.
"Tenemos que entender que la guerra en Ucrania se sumará a la deslegitimación de la ocupación. Tal vez este desarrollo no preocupe a los responsables políticos israelíes en este momento, pero tienen que tener en cuenta que este escenario es bastante probable", agregó Sneh.
Bronfman, que nació en Ucrania, cree que no se aplicará ninguna presión adicional sobre Israel mientras el mundo se centre en la guerra en Ucrania.
"He escuchado estas afirmaciones y no las apoyo. No creo que haya una presión adicional sobre Israel. La guerra rusa contra Ucrania es una guerra global, y todos los esfuerzos diplomáticos se concentrarán en esta dirección. Además, nuestro conflicto con los palestinos es completamente diferente de la guerra contra Ucrania", añadió.
El futuro de la propiedad rusa en Jerusalem
La declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia sobre el voto de Israel en la ONU se publicó en la víspera de las vacaciones de Pascua. El mismo día, Sergei Stepashin, presidente de la Sociedad Imperial Ortodoxa Palestina y ex primer ministro de Rusia, dijo a los periodistas en la ciudad de Sergiev Posad que el presidente Vladimir Putin apeló por escrito al primer ministro de Israel, Naftali Bennett, para que devolviera a Rusia la propiedad del complejo de la Iglesia Alexander en la Ciudad Vieja de Jerusalem a Rusia. "Este es un caso único", dice Stepashin. "Entonces, presionaremos esta situación".
A principios de marzo, el juez Mordechai Kaduri, del Tribunal de Distrito de Jerusalem, decidió cancelar la decisión por la que se otorgaba a la Federación de Rusia el registro de los derechos del Complejo Alexander en la Ciudad Vieja de Jerusalén, a raíz de una petición de la Sociedad Imperial Ortodoxa Palestina, que anteriormente había sido dueña de la propiedad.
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El primer ministro de Israel y el presidente ruso durante un encuentro en Moscú.
(AFP)
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia declaró que el 30 de diciembre de 2019 Israel anunció una decisión formal de transferir la propiedad a Rusia, e incluso publicó un documento que confirma esta transferencia.
"Ahora estamos luchando por el regreso del Complejo Alexander, y es muy difícil: estuvimos casi allí, trabajamos durante cinco años, encontramos todos los documentos históricos, pero la situación con Ucrania había ocurrido, e Israel se comportó como lo hace a menudo: jugando con ambos lados, tratando de jugar al ping-pong con todos", expresó Stepashin haciendo una conexión directa entre la batalla rusa por el edificio histórico en medio de la Vieja Jerusalem, la guerra en Ucrania y las relaciones rusas con Israel.
Siria, Irán y el eje de Rusia
Según muchos funcionarios israelíes, la verdadera pregunta candente aquí son Siria e Irán. En el pasado, Rusia a menudo trató de revivir la cuestión palestina para picar a Israel o aumentar su dominio en el mundo árabe; sin embargo, hay pocas dudas de que, a diferencia de Siria, la cuestión palestina no es la primera prioridad de Rusia en el Medio Oriente.
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Manifestante palestino levanta una bandera nacional cerca de la valla fronteriza de Israel.
(AFP)
Después de que se lanzó la guerra en Ucrania, sólo unos pocos países habían apoyado con entusiasmo a Rusia: uno de ellos es la Siria de Bashar Assad y otro es Irán. Durante las últimas semanas, diplomáticos y empresarios rusos e iraníes se han reunido varias veces y prometieron aumentar la cooperación y el comercio.
La semana pasada, las negociaciones entre una delegación comercial iraní y un funcionario del gobierno ruso y los directores de las principales empresas rusas concluyeron con una promesa optimista de aumentar el volumen comercial a 10 mil millones de dólares anuales durante los próximos dos años. Rusia también podría vender a Irán sus armas avanzadas, especialmente si Irán firma un acuerdo nuclear revivido, el acuerdo del Plan de Acción Integral Conjunto, con las potencias mundiales, incluido Estados Unidos.
Este acercamiento forzado, por falta de otras opciones, significa que Rusia podría inevitablemente evitar los ataques israelíes contra objetivos iraníes en Siria.
Sneh cree que si Rusia decide chocar con Israel en Siria, sólo lo hará para promover sus propios intereses.
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Defensas aéreas sirias activadas contra un supuesto ataque israelí cerca de Damasco.
(AFP)
"A pesar del acercamiento con Irán, Rusia sólo actuará de acuerdo con sus propios intereses. No arriesgarán nada por el bien de los iraníes. Creo que actualmente no necesitan otro enredo. Sin embargo, si Moscú decide cambiar su estrategia frente a Israel en Siria, la situación podría ponerse muy difícil para nosotros. Este es el tema más importante y crítico para Israel. Al final del día, creo que el conflicto con Irán que está expandiendo su presencia en Siria y en el Líbano es inevitable", señala.
Hace tres semanas, Alexander Yefimov, el embajador ruso en Siria, culpó a Israel por "provocar a Rusia a reaccionar a sus acciones en Siria", y agregó que los ataques aéreos israelíes apuntan a una "escalada de tensiones para permitir que Occidente lleve a cabo actividades militares en Siria".
Por el momento, el centro de desconflicto ruso-israelí sobre Siria continúa funcionando como de costumbre. La semana pasada, los medios sirios informaron que la fuerza aérea de Israel realizó un extraño ataque a plena luz del día en el área de Masyaf, en el centro de Siria, donde se encuentran las fuerzas iraníes y las bases de las milicias proiraníes. Por ahora parece que los negocios en Siria continúan como de costumbre; sin embargo, es difícil no notar las señales de advertencia y las nubes negras en el horizonte de las relaciones israelíes-rusas.
