Guy Leiba
Guy Leiba
Ynet
Artem Dolgopyat recibió la bienvenida de un héroe cuando regresó a Israel desde Tokio.

Héroe olímpico y ciudadano de segunda clase

Opinión. Israel celebra la medalla de oro del gimnasta Artem Dolgopyat, pero no está dispuesto a permitir que se case, ya que una nación que se autodenomina con orgullo la "única democracia en el Medio Oriente" sigue discriminando a cientos de miles de inmigrantes de la ex Unión Soviética.

Guy Leiba - Adaptado por Juan Martín Fernández |
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Con su medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Tokio, en la disciplina gimnasia de piso masculino, Artem Dolgopyat se convirtió en la estrella de la nación, la persona de la que todos hablan y a quien lo más chicos admiran y le piden fotos. Y como es habitual en este tipo de eventos, la familia del joven gimnasta fue entrevistada por los medios locales.
En ese sentido, la madre de Dolgopyat reveló una verdad terrible: él y su novia no pueden casarse en Israel, ya que ambos no son considerados judíos según los estándares del Gran Rabinato ultraortodoxo, que controla todos los aspectos de la vida judía.
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Artem Dolgopyat recibió la bienvenida de un héroe cuando regresó a Israel desde Tokio.
Artem Dolgopyat recibió la bienvenida de un héroe cuando regresó a Israel desde Tokio.
Artem Dolgopyat recibió la bienvenida de un héroe cuando regresó a Israel desde Tokio.
(Moti Kimchi)
Entonces, Dolgopyat es lo suficientemente judío como para emigrar a Israel, entrenar en condiciones subóptimas, servir en las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y ganar medallas bajo la bandera israelí. Ahora bien, si se quieren casar con su esposa, no puede hacerlo.
Artem nunca debe olvidar que sigue siendo un "extranjero", un "ruso" (nació en Ucrania) a quien el Estado ve como un ciudadano de segunda clase gracias a las reglas irrelevantes y obsoletas bajo las que todavía nos vemos obligados a vivir.
El ex ministro Bezalel Smotrich, quien se quejó de que los atletas "profanaron el Shabat" en Tokio, ilustra perfectamente la visión de Israel sobre Artem y otros israelíes que vinieron de la ex Unión Soviética: su "israelidad" siempre será condicional y su judaísmo es cuestionable en el mejor de los casos.
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Artem Dolgopyat realiza su rutina ganadora de la medalla de oro en los Juegos de Tokio el domingo.
Artem Dolgopyat realiza su rutina ganadora de la medalla de oro en los Juegos de Tokio el domingo.
Artem Dolgopyat realiza su rutina ganadora de la medalla de oro en los Juegos de Tokio el domingo.
(Reuters)
Claro, la Ley del Retorno le otorga el derecho a instalarse en el país, pero debe recordar que esta nación es ante todo un Estado judío, no el Estado de los judíos. Nos encanta presumir de nuestra capital liberal Tel Aviv, haciendo alarde de videos en las redes sociales que nos aclamaban como la "única democracia en el Medio Oriente". Sin embargo, por ley discriminamos a cientos de miles de personas, incluidos los medallistas olímpicos.
También fue peculiar la respuesta del ministro de Turismo, Yoel Razvozov, otro migrante de la ex Unión Soviética. "Orgullo en el podio, segunda clase bajo el dosel de la boda", escribió en Twitter. ¿No comprende que ahora forma parte del Gobierno de Israel?
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Artem Dolgopyat venció al español Rayderley Miguel Zapata y al chino Xiao Ruoteng, plata y bronce respectivamente.
Artem Dolgopyat venció al español Rayderley Miguel Zapata y al chino Xiao Ruoteng, plata y bronce respectivamente.
Artem Dolgopyat venció al español Rayderley Miguel Zapata y al chino Xiao Ruoteng, plata y bronce respectivamente.
(Reuters)
Además de mucho hablar, no hemos visto ningún esfuerzo genuino por parte de la "coalición para el cambio" para aplicar leyes que ayuden a un número asombroso de israelíes que necesitan desesperadamente una solución.
La medalla de Dolgopyat probablemente signifique un cambio histórico para el campo de la gimnasia en Israel, pero la protesta pública vuelve a traer en escena a la religión y el Estado en Israel, algo que acecha a todas nuestras vidas.
Quién sabe, tal vez el famoso y modesto gimnasta también haga historia fuera de la lona.
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