Es necesario decirlo: hasta el sábado, la mayoría de los israelíes no tenían idea quién era Avishag Semberg. La mayoría no tenía conocimientos del deporte, tal vez ni lo había oído nombrar y seguro tuvo sus dificultades para entender lo que estaba sucediendo en esa última competencia por el bronce.
Pero todo esto no quita el hecho de que la medalla obtenida por Semberg sea uno de los logros más impresionantes y sorprendentes en la historia del deporte israelí. No quedan dudas: esta joven soldado de las Fuerzas de Defensa de Israel, de 19 años, oriunda de Gedera se convirtió en una heroína olímpica.
El camino hacia la gloria de una promesa del fútbol también está pavimentado con enormes esfuerzos, pero sin dudas contará con mayores comodidades gracias a la exposición masiva en los medios de comunicación y a las grandes sumas de dinero que mueve el deporte.
Este no es el caso de Semberg, que se dedica desde una temprana edad a un deporte que, en el mejor de los casos, va a ocupar dos líneas al final de la sección de deportes de un periódico.
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Avishag Semberg durante el partido por la medalla de bronce contra la vietnamita Truong Thi Kim Tuyen.
(EPA)
Incluso el judo, que en algún momento fue percibido por el público israelí como un deporte monótono y aburrido, ahora recibe el reconocimiento apropiado gracias grandes exponentes olímpicos como Yael Arad y Oren Smadja, que ganaron plata y bronce en los Juegos Olímpicos de 1992 en Barcelona.
Samberg se despertó a diario para enfrentar jornadas agotadoras de entrenamiento sabiendo que su intento iría contra todo pronóstico y que nadie se interesaría en ella más que su familia y entrenadores, mientras su generación se preocupa en cómo luce su perfil de Instagram.
Nadie preveía que Semberg llegara a este nivel en Tokio. Su camino estuvo aún más lleno de obstáculos en el contexto de la pandemia, con la dificultad para encontrar contrincantes.
Eso sin mencionar que ningún israelí estuvo ni cerca de ganar medallas olímpicas en taekwondo, ni tampoco ningún otro israelí ganó medallas siendo tan joven, todavía prestando servicio al Ejército de Israel. Sin duda, Semberg puso la vara muy alta.
Por supuesto, los detractores están siempre a la orden del día. Segundos después de la victoria de Semberg sobre la vietnamita Truong Thi Kim Tuyen, que le dio el bronce en los juegos olímpicos, estos “llamadores de atención” empezaron a escribir en las redes que los israelíes solo sirven para pelear o que Semberg ganó solo porque los jueces sintieron lástima por ella.
Ni siquiera merecen tu atención, Avishag. Porque todos sabemos, y esperamos que tú también, que eres la verdadera estrella de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.