Mansour Abbas, líder de Raam, en la Knesset.
Mansour Abbas, líder de Raam, en la Knesset, no acompañó a Netanyahu.
Prensa de la Knesset
Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel.

A Netanyahu ya no le quedan conejos en la galera

Opinión: Después de que el Likud no consiguiera el control del Comité de Arreglos de la Knesset, para tratar de que Netanyahu continúa en el poder, es posible que el primer ministro se esté quedando sin trucos que lo mantengan al frente del gobierno de Israel.

Limor Livnat - Adaptado por Rubén Pereyra |
Published:
Para que el primer ministro de Israel permanezca en su cargo, la política israelí cruzó casi todas las líneas rojas políticas hace demasiado tiempo.
Netanyahu degradó y marginó tanto al líder de Kajol Labán, Benny Gantz, como a las Leyes Básicas que son los pilares del Estado, cuando necesitaba una coalición viable después de las elecciones de marzo de 2020.
4 צפייה בגלריה
Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel.
Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel.
Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel.
(Reuters)
Este desprecio por las instituciones de Israel continúa hoy, cuando el primer ministro que está siendo juzgado por corrupción se niega a nombrar un ministro de Justicia o permitir que se llenen otros puestos críticos en beneficio de todos los israelíes.
Ahora Netanyahu parece tener la mira puesta en controlar la presidencia. Planeaba evitar la elección de un nuevo presidente cuando el mandato de Reuven Rivlin finalice en junio, con la intención de ver el papel desempeñado por el presidente de la Knesset Yariv Levin, quien se convertiría en presidente interino según la ley israelí.
Si ese puesto realmente lo ocupa Levin, un aliado leal y facilitador de Netanyahu, podría otorgar el indulto al primer ministro y a otras personas que la familia Netanyahu considere dignas.
4 צפייה בגלריה
El fiscal general Avichai Mandelblit.
El fiscal general Avichai Mandelblit.
El fiscal general Avichai Mandelblit.
(Ohad Zwigenberg)
Su secretario de Justicia, elegido a dedo, Avichai Mandelblit, un religioso derechista cuyo padre era miembro de los paramilitares clandestinos del Irgun antes del estado, está bajo el ataque constante de Netanyahu y sus compinches porque se atrevió a acusar al primer ministro de fraude, soborno y abuso de confianza.
Después de cuatro rondas de elecciones en dos años, Netanyahu todavía no puede armar una coalición a pesar de que su partido obtuvo más votos que cualquier otro. Entonces, su última táctica fue tratar de cambiar las leyes electorales de Israel.
El Likud y funcionarios del gobierno saliente idearon un plan para celebrar elecciones sólo para el cargo de primer ministro, con la esperanza de que una mayoría de la Knesset acelerara esta legislación, que sería únicamente para beneficiar a un hombre que ahora está siendo juzgado en los tribunales israelíes.
4 צפייה בגלריה
Netanyahu junto a su abogado, en el tribunal que lo juzga  por corrupción.
Netanyahu junto a su abogado, en el tribunal que lo juzga  por corrupción.
Netanyahu junto a su abogado, en el tribunal que lo juzga por corrupción.
(Oren Ben Hakoon)
Esa estratagema también fracasó. El lunes, la Knesset frustró el intento del Likud de encabezar el importantísimo Comité de Arreglos de la Knesset, que controla la agenda legislativa en el Parlamento hasta la formación de un nuevo gobierno, incluida la determinación de quién forma parte del resto de las comisiones parlamentarias.
Los desesperados intentos del primer ministro de hacer cualquier cosa para formar una nueva coalición, incluido el cortejo tanto del partido religioso sionista de extrema derecha como del partido islamista Raam, llevaron a su derrota.
Netanyahu, quien prometió antes de las elecciones del 23 de marzo que nunca dependería de los votos árabes para construir un gobierno, comenzó las negociaciones con Raam poco después del cierre de las urnas. Después de todo, su objetivo era seguir siendo primer ministro a toda costa.
4 צפייה בגלריה
Mansour Abbas, líder de Raam, en la Knesset.
Mansour Abbas, líder de Raam, en la Knesset.
Mansour Abbas, líder de Raam, en la Knesset. Netanyahu no lo convenció y le votó en contra.
(Prensa de la Knesset)
Netanyahu creyó erróneamente que tenía el apoyo de Raam en la bolsa. Pero resultó que el líder de esa coalición, Mansour Abbas, usó su nuevo poder como hacedor de reyes de la coalición para negar el control del Likud sobre el Comité de Arreglos. Su mensaje fue claro: no me darán por sentado.
La derrota del Likud el lunes es una prueba de que sólo se puede engañar a algunas personas algunas veces y no es prudente subestimar a los supuestos socios políticos.
Parece que al primer ministro no le quedan conejos en la galera.
Comentarios 0