Gracias a la honestidad del actual primer ministro, así como a las declaraciones del ex presidente de los Estados Unidos con respecto a su evaluación del primer ministro anterior, claramente no hay interés en Israel por una paz negociada con los palestinos.
En ausencia de un deseo de paz por parte israelí y un rechazo de la solución de dos estados globalmente aceptada, es probable que tenga lugar un período de caos y la ausencia de cualquier apariencia de tranquilidad. Los colonos judíos israelíes que viven ilegalmente en los territorios palestinos están armados hasta los dientes y, como han documentado las organizaciones israelíes de derechos humanos, cuentan con el apoyo del ejército israelí.
De hecho, ahora está claro que lo que los palestinos siempre han dicho era cierto: los asentamientos y los colonos son parte de la estrategia israelí de ocupación a largo plazo. Los asentamientos se construyen en lugares estratégicos para cortar un estado palestino contiguo y facilitar el trabajo del ejército israelí. La mayoría de los países advierten a su población que se mantenga alejada de las áreas de problemas que podrían poner sus vidas en peligro, pero Israel alienta a sus ciudadanos a vivir en áreas problemáticas.
Estados Unidos, que ha abandonado cualquier esfuerzo para impulsar un estado palestino independiente junto con el estado de Israel, se está centrando en los peligros que plantean los colonos judíos ilegales. Lo que Estados Unidos necesita hacer ahora es seguir el sabio consejo del activista Gershon Baskin. Si es genuino apoyar la solución de dos estados, argumenta, entonces Estados Unidos no puede seguir negándose a reconocer al estado palestino que constituye la segunda parte de la solución de dos estados, ya que Israel ha sido reconocido desde 1948.
La violencia de los colonos judíos no va a cesar, sin importar lo que diga Washington e independientemente del servicio que algunos funcionarios de defensa israelíes presten al concepto de estado de derecho. Hemos visto lo que los tribunales pueden y no pueden hacer. En el mejor de los casos, posponen decisiones honorables y justas como el caso de Sheikh Jarrah o el de Mohammad El Halabi, en la cárcel durante cinco años y medio por cargos falsos y una montaña de pruebas que niegan cualquier irregularidad por parte del trabajador humanitario cuyo único pecado es que se niega a aceptar un acuerdo de culpabilidad admitiendo algo que nunca hizo.
Con la ausencia e incapacidad de cualquier esfuerzo israelí serio para detener la violencia de los colonos judíos ilegales y con el potencial de una solución negociada vetada por los nuevos "tres noes" del primer ministro Naftali Bennett –sin conversaciones con los palestinos, sin reunión con el presidente palestino Mahmoud Abbas y no a una solución de dos estados– la única solución a mano es una fuerza armada de mantenimiento de la paz.
Lo que se necesita es una fuerza armada neutral que garantice que los colonos judíos detengan su violencia; la quema y destrucción de granjas palestinas; y sus incursiones casi nocturnas en hogares palestinos desarmados.
Los cascos azules patrocinados por las Naciones Unidas son ahora más necesarios que nunca en los territorios ocupados. Además de poner fin a la violencia judía ilegal y la resistencia palestina a los colonos ilegales, lo que se necesita ahora es una fuerza neutral que pueda mantener las cosas tranquilas hasta que haya un cambio en Israel que provoque un gobierno que entienda la necesidad de un fin negociado de su ocupación.
Una fuerza de la ONU con cascos azules puede estar compuesta por cualquier parte neutral, incluida la OTAN o, si Israel insiste, puede estar compuesta por una fuerza multinacional como la que ha estado estacionada en el Sinaí durante décadas.
La comunidad mundial tiene mucha experiencia en el mantenimiento de la paz y la ONU tiene el poder y el mandato para proporcionar la cobertura política y legal para dicha fuerza.
Con la ausencia de un horizonte político, es imposible pensar en otra cosa. Los palestinos no van a ninguna parte y, desafortunadamente, los colonos judíos ilegales bien armados tampoco irán a ninguna parte pronto. La única manera de garantizar que no haya más derramamiento de sangre y violencia en las zonas que rodean estos asentamientos ilegales es mediante el despliegue de una fuerza internacional de mantenimiento de la paz.
El actual gobierno israelí dirigido por fanáticos de derecha podría rechazar tal idea en afirmaciones ridículas de que toda la Palestina histórica es su territorio dado por Dios. Eso podría explicarse en algunos círculos judíos radicales, pero no reúne credibilidad en ningún otro lugar.
No importa lo que los israelíes, o los palestinos, para el caso, digan, los hechos son claros: los palestinos no van a ninguna parte y cuanto antes estén protegidos por una fuerza neutral armada, mejor para todos los interesados y más rápido podremos llevar cordura y justicia proporcional a este conflicto.
