Empecemos por el final: la discusión en torno del alistamiento de judíos ultraortodoxos (haredim o haredíes) en las FDI se ha vuelto tediosa. El discurso es innecesario, el resultado está predeterminado y la edad de exención es irrelevante.
Tal vez valga la pena abandonar por completo la discusión e invertir recursos en un objetivo más importante: integrar a los ultraortodoxos en la futura economía de Israel. Por lo tanto, pongamos fin a estos conflictos innecesarios que sólo alimentan la animosidad y la división entre los ultraortodoxos y el resto de la sociedad israelí.
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Ultraortodoxos israelíes protestan contra el reclutamiento para el servicio militar.
(Oz Mualem)
Centrémonos en qué hacer asumiendo, de manera bastante realista, que no se alistarán en las FDI. Si los políticos de nuestro país priorizaran las decisiones racionales en beneficio del pueblo, tal vez no estaríamos ante esta situación. Durante 76 años, la mayoría de la población ultraortodoxa no se ha alistado en las FDI, y parece que no lo harán en el futuro. Incluso si son reclutados a la fuerza, no está claro si las FDI quieren o necesitan soldados desmotivados.
Ahora, analicemos por qué es crucial cambiar nuestras discusiones para centrarnos en la integración de los ultraortodoxos en la economía de Israel. Hay varias razones principales.
Desde una perspectiva demográfica, los ultraortodoxos ejercen un poder político, económico y social significativo simplemente porque una parte significativa de la población israelí es ultraortodoxa. A partir de 2023, constituyen alrededor del 14% de la población total y están en constante crecimiento. Además, se trata de una población relativamente joven, ya que la edad media es de 16 años frente a la edad media de 35 años del resto de la población (Instituto de Democracia de Israel, 2023).
Desde una perspectiva demográfica, los ultraortodoxos ejercen un poder político, económico y social significativo.
Además, uno de los factores más influyentes en la integración económica es el nivel de educación. Para los ultraortodoxos, la situación actual no es favorable, especialmente para los hombres, ya que sólo el 16% intentó los exámenes finales estatales de secundaria en comparación con el 69% de las mujeres ultraortodoxas y, a partir de 2021, sólo alrededor del 5% de toda la población ultraortodoxa había estudiado en instituciones de educación superior.
Esta falta de nivel educativo conduce a una integración limitada en el mercado laboral, lo que nos lleva al siguiente punto: la disparidad de ingresos (Instituto de Democracia de Israel, 2023).
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Estudiantes ultraortodoxas en un curso de capacitación en ingeniería de software.
(Gentileza)
Cuando los ingresos de la población son bajos, hay un impacto directo en los ingresos del Estado por impuestos directos. Por supuesto, esto también afecta a los gastos, lo que a su vez impacta en los impuestos indirectos para el Estado. La situación actual de la población ultraortodoxa, que ha crecido rápidamente en los últimos años, ciertamente no es favorable para la economía.
A partir de 2021, el ingreso bruto promedio por hogar ultraortodoxo por mes se situó en alrededor de 15.000 shekels, en comparación con los 22.000 shekels de un hogar no ultraortodoxo. En cuanto a los gastos, a pesar de tener más personas por hogar, los hogares ultraortodoxos gastan unos 14.000 shekels al mes, frente a los 15.600 de los hogares no ultraortodoxos (Instituto de Democracia de Israel, 2023).
Ahora, consideremos los posibles enfoques que debemos adoptar. Es crucial entender que la integración de los ultraortodoxos en la futura economía de Israel no sucederá de la noche a la mañana. Es un proceso largo. Para algunos de ellos, vivir de los estipendios es una forma de vida. Si se cortan los estipendios, no tienen futuro, y no queremos llegar a una situación así. Por lo tanto, el proceso debe ser gradual, a lo largo de muchos años.
Desafortunadamente, dado que la población ultraortodoxa tiene un poder político significativo y ha sido parte de muchos gobiernos de coalición a lo largo de la historia de Israel, muchos políticos no han hecho mucho para avanzar en el proceso por temor al colapso de la coalición, descuidando así el tema. La ecuación de compartir la carga ya no es válida, y el desequilibrio no hará más que empeorar en los próximos años. Debemos empezar a abordarlo ahora, antes de que sea demasiado tarde.
Hay varias iniciativas y propuestas para integrar a los ultraortodoxos en la futura economía de Israel, pero las opiniones están divididas debido a motivos políticos y a los intereses de diferentes entidades. En general, se deben hacer esfuerzos para fomentar el empleo y la integración en la economía, al tiempo que se reducen las prestaciones y se elimina gradualmente el presupuesto asignado a los ultraortodoxos.
Una forma de hacerlo es ir reduciendo el apoyo y el presupuesto del gobierno para aquellos que no se alistan y dificultar que reciban estos beneficios, al mismo tiempo que se alienta y proporciona incentivos para aquellos que sí se alistan. Además, deberíamos fomentar la formación en diversos sectores de empleo, como el de alta tecnología, para cerrar las brechas educativas.
