La eterna conversación sobre un inminente acuerdo de normalización entre Israel y Arabia Saudita ocupo últimamente mucho espacio en los medios de comunicación, así como en las salas diplomáticas. Y el catalizador detrás de esto son los esfuerzos por parte de la administración Biden.
En su último movimiento, el presidente de Estados Unidos envió a sus principales asesores a Riad para reunirse con el príncipe heredero Mohammed bin Salman (MBS). Su objetivo era "discutir asuntos bilaterales y regionales, incluyendo iniciativas para avanzar en una visión común de una región de Medio Oriente más pacífica, segura, próspera y estable, interconectada con el mundo", según informó la Casa Blanca.
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El primer ministro Benjamin Netanyahu, el presidente estadounidense Joe Biden y el príncipe heredero saudí Muhammed bin Salman.
(Yonatan Sindel, AP, Reuters)
"Estados Unidos tiene un interés real de seguridad nacional en promover la normalización entre Israel y Arabia Saudita"
Antony Blinken, secretario de Estado de Estados Unidos
Irán se pronunció sobre los informes de una posible normalización, afirmando que un acercamiento saudí-israelí perjudicaría la paz y estabilidad regionales, según declaró el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní.
Históricamente, Arabia Saudita e Israel no tuvieron relaciones diplomáticas formales y ambos países no mantienen contactos oficiales. De hecho, se los considera adversarios debido al conflicto palestino-israelí y a sus diferentes intereses regionales.
No obstante, existen informes sobre comunicaciones a través de canales ocultos y una discreta cooperación en determinados asuntos entre Arabia Saudita e Israel, principalmente motivadas por la preocupación común sobre la influencia regional de Irán y otras cuestiones de seguridad.
La delegación estadounidense en Riad incluía al asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, acompañado por Brett McGurk, coordinador del Consejo de Seguridad Nacional para Oriente Medio y el Norte de África, y Amos Hochstein, asesor principal de Biden para energía e infraestructuras.
"Biden estará consumido por la campaña de reelección de 2024 en menos de un año, lo que significa que tendría que completar este acuerdo tan complicado rápidamente, lo que no es una gran idea"
Hussein Ibish, académico del Instituto de los Estados Árabes del Golfo en Washington
La Casa Blanca no presentó un plan de cómo va a proceder, pero las declaraciones de altos funcionarios y las frecuentes visitas al reino indican un movimiento febril de la administración estadounidense en este asunto.
Biden habló sobre el tema durante su visita a Israel y Arabia Saudita el año pasado. Además, según informes, funcionarios de su administración deliberaron sobre una elevación significativa de las relaciones de seguridad con Riad, así como sobre importantes concesiones israelíes a los palestinos, destinadas a mantener vivas las perspectivas de una solución de dos Estados.
Luego, en junio, el secretario de Estado, Antony Blinken, pidió normalizar las relaciones entre Arabia Saudita e Israel antes de su visita a Riad.
"Estados Unidos tiene un interés real de seguridad nacional en promover la normalización entre estos dos países", comentó Blinken en un discurso ante el poderoso lobby proisraelí AIPAC. "Creemos que podemos y, de hecho, debemos desempeñar un papel integral en su avance", agregó.
El primer ministro de Israel también tiene su interés en normalizar los lazos con Arabia Saudita, para compensar la actual crisis interna causada por la reforma judicial.
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Netanyahu y Biden no se han visto las caras desde que Netanyahu asumió como primer ministro a fines del año pasado.
(Ynet)
"Dijimos que Arabia Saudita apoya la Iniciativa Árabe de Paz. De hecho, la ofrecimos. Dejamos claro que la paz llega al final de este proceso, no al principio"
Adel Al-Jubeir, ex ministro de Asuntos Exteriores de Arabia Saudita
En ese sentido, Netanyahu anunció el último domingo que Israel construirá una red ferroviaria de 27.000 millones de dólares que podría extenderse a Arabia Saudita en el futuro.
"Creo que es pronto para hablar de un acuerdo en marcha", sostuvo Yuli Edelstein, jefe de la Comisión de Asuntos Exteriores y Defensa de la Knesset y miembro destacado del partido de Netanyahu, el Likud.
Hussein Ibish, académico residente del Instituto de los Estados Árabes del Golfo en Washington, declaró a The Media Line que el tiempo no está de parte de Biden.
"Biden estará consumido por la campaña de reelección de 2024 en menos de un año, lo que significa que tendría que completar este acuerdo tan complicado rápidamente o tomarse un descanso en medio de las negociaciones, lo que no es una gran idea, suponiendo que sea reelegido", dijo Ibish.
Además, sostuvo que la mayoría de los informes sobre las negociaciones son "rumores", y añadió que, de ser cierto, "está en sus fases iniciales". Luego, interpretó que es difícil decir la posición de MBS sobre el tema "dada la opacidad de la toma de decisiones en Riad".
Por su parte, Riad mantuvo su postura de que no normalizará plenamente los lazos con Israel hasta que se alcance una solución de dos Estados con los palestinos.
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Una mujer palestina camina junto a las casas destruidas en la ofensiva de las FDI en el campo de refugiados de Jenín.
(AP)
"Dijimos que Arabia Saudita apoya la Iniciativa Árabe de Paz. De hecho, la ofrecimos. Dejamos claro que la paz llega al final de este proceso, no al principio", declaró el ex ministro de Asuntos Exteriores saudí Adel Al-Jubeir a Wolf Blitzer de la CNN el pasado mes de junio.
Netanyahu se enfrentará con toda seguridad a la oposición de los miembros de extrema derecha de su coalición a cualquier exigencia de hacer concesiones a los palestinos
El columnista del New York Times Thomas Friedman escribió que si se llegara a un acuerdo, éste implicaría importantes concesiones israelíes en las cuestiones palestinas, incluido el compromiso de cesar la construcción de más asentamientos, ampliar los límites de los ya existentes y legalizar los puestos de avanzada ilegales, así como la transferencia de parte del territorio poblado por palestinos de la zona C de Cisjordania al control de la Autoridad Palestina.
Sumado a esto, Netanyahu se enfrentará con toda seguridad a la oposición de los miembros de extrema derecha de su coalición a cualquier exigencia de hacer concesiones a los palestinos.
"Desde luego, no aceptaremos tal cosa [sobre la normalización]", declaró la ministra de Misiones Nacionales, Orit Strock, a la cadena pública israelí Kan.
Sobre ese tema, Ibish planteó que "es difícil imaginar que la actual coalición que gobierna Israel acepte hacer esas concesiones,.
"La mayor incógnita es "Bibi". No sólo quiere seguir siendo primer ministro, sino que también lucha por no ir a la cárcel. Puede que necesite a los extremistas de su gabinete para que lo ayuden a seguir siendo un hombre libre, además de jefe de gobierno en Israel", manifestó.
"Si este acuerdo incluye concesiones a la Autoridad Palestina, la entrega de territorio, armar a la Autoridad o dar... poder a los terroristas, entonces sin duda me opongo"
Itamar Ben Gvir, ministro de Seguridad Nacional de Israel
El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, del partido de extrema derecha Otzma Yehudit, declaró a Radio del Ejército que apoyaba los acuerdos de normalización con los países árabes, pero que se oponía a las concesiones.
"Si este acuerdo incluye concesiones a la Autoridad Palestina, la entrega de territorio, armar a la Autoridad o dar... poder a los terroristas, entonces sin duda me opongo", aclaró sobre el tema.
"Basta decir que mientras Estados Unidos y Arabia Saudita probablemente estén preparados para un acuerdo así, Israel probablemente no lo esté. A menos que cambie su gobierno, lo cual es un asunto complicado", confesó el politólogo estadounidense.
Según Friedman, uno de los tantos periodistas que hicieron temblar al gobierno israelí, Arabia Saudita busca la cooperación de Estados Unidos para iniciar un programa nuclear civil. Algunos funcionarios israelíes rechazaron la idea, y el ministro de Energía de Israel expresó el mes pasado su oposición a la idea de cualquier proyecto de este tipo como resultado de la forja de relaciones entre los países con la mediación de Estados Unidos.
Sin embargo, el asesor israelí de seguridad nacional, Tzachi Hanegbi, remarcó a Kan que Israel no se interpondrá en el camino de Arabia Saudita para tener un programa nuclear civil.
"Egipto y los Emiratos [Árabes Unidos] tienen centros de investigación nuclear, y éstos no son peligrosos", agregó sobre el asunto.
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Ben-Gvir le dio al príncipe heredero saudita razones para no intentar una normalización de las relaciones con Israel.
(AP)
"Arabia Saudita es la menos interesada de las tres partes porque puede utilizar un acuerdo de paz con Israel como palanca para obtener estas garantías de seguridad de Estados Unidos"
Joshua Teitelbaum, profesor del Departamento de Estudios de Oriente Medio de la Universidad Bar-Ilan
Muchos observadores afirman que alcanzar un acuerdo de este tipo se consideraría un cambio tectónico en Oriente Próximo. Es posible que el príncipe heredero saudí espere aprovechar la oportunidad.
El profesor Joshua Teitelbaum, del Departamento de Estudios de Oriente Medio de la Universidad Bar-Ilan, dijo a The Media Line que el presidente Biden y el primer ministro Netanyahu necesitan "urgentemente" un acuerdo de normalización, por razones relacionadas con asuntos políticos internos en Washington e Israel.
Este, afirma que Riad tiene la intención de regatear por lo que sería un acuerdo histórico.
"Arabia Saudita es la menos interesada de las tres partes porque puede utilizar un acuerdo de paz con Israel como palanca para obtener estas garantías de seguridad de Estados Unidos", planteó Teitelbaum.
Según su colega Friedman, a cambio de la normalización israelí, Arabia Saudita habría exigido un pacto de defensa de la OTAN garantizado y un mayor acceso a las armas estadounidenses.
"A la familia real saudí le preocupa sobre todo su seguridad, todo su dinero; tienen una intensa inseguridad sobre el gobierno de la familia real. Quieren garantías de protección", explicó Teitelbaum.
En los últimos años, hubo indicios de un posible acercamiento entre los dos adversarios regionales, con pocos pero espectaculares gestos públicos que sugirieran una posible ruptura de relaciones.
"Arabia Saudita ya coopera con Israel en diversos ámbitos de inteligencia. Así que no me parece que tenga mucho que ganar con unas relaciones diplomáticas plenas"
Joshua Teitelbaum, profesor del Departamento de Estudios de Oriente Medio de la Universidad Bar-Ilan
De hecho, Arabia Saudita revocó en 2022 la prohibición impuesta durante décadas a los sobrevuelos israelíes en su espacio aéreo. El mes pasado, un equipo de jugadores israelíes asistió a una versión de videojuegos de la Copa Mundial de la FIFA, organizada en Riad. A pesar de la falta de lazos diplomáticos oficiales, a varios periodistas y empresarios israelíes se les permitió visitar el reino en los últimos años, entre otras cosas.
"[Arabia Saudita] ya coopera con Israel en diversos ámbitos de inteligencia. Así que no me parece que tenga mucho que ganar con unas relaciones diplomáticas plenas", sostuvo Teitelbaum.
"Hay medidas de fomento de la confianza que podrían adoptarse, como permitir a los peregrinos musulmanes israelíes volar directamente desde Israel a las ciudades santas. Podría haber una delegación comercial, como la que Israel tuvo en Qatar durante muchos años", continuó.
Teitelbaum afirmó que, aunque las relaciones diplomáticas plenas están lejos, cree que el MBS está planeando cuidadosamente sus movimientos.
"Está preparando el terreno, modificando el sistema educativo y haciendo cambios en los libros de texto con menos críticas a Israel", reconoció.
También, desde que se convirtió en el gobernante del reino rico en petróleo, MBS estuvo aplicando una política exterior más independiente de Washington.
Aunque los lazos entre Estados Unidos y Arabia Saudita son históricos y estratégicos, hubo cierto malesta desde la elección del presidente Biden. Esto se debe principalmente a cuestiones de derechos humanos, como el asesinato del periodista disidente Jamal Khashoggi por un grupo vinculado al palacio real saudí, y al esfuerzo de Riad por subir los precios del petróleo tras la invasión rusa de Ucrania.
"Los saudíes tienen que ser conscientes del posible impacto [en caso de una normalización] en su papel de liderazgo árabe regional y en sus pretensiones de liderazgo islámico mundial"
Hussein Ibish, académico del Instituto de los Estados Árabes del Golfo en Washington
Además, su reciente acercamiento a China puede estar fomentando las tensiones con EE.UU. teniendo en cuenta que Pekín medió en un acuerdo de reconciliación entre Riad y su archirrival Teherán el pasado marzo, que condujo al pleno restablecimiento de los lazos diplomáticos irano-saudíes.
Pero todo ello no significa que Washington y Riad no cooperen estrechamente en una miríada de otros asuntos, incluidos los conflictos de Yemen y Sudán. Estados Unidos sigue siendo un socio importante en cuestiones de seguridad y defensa, y el material militar de Washington sigue siendo preferido por los saudíes.
Es importante recordar que en 2020, el expresidente de EE.UU, Trump, medió en un acuerdo de normalización conocido oficialmente como los Acuerdos de Abraham, estableciendo lazos diplomáticos entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin. Por esto, el Estado judío espera que Arabia Saudita siga ese ejemplo.
"El cálculo para Arabia Saudita es mucho más complejo. Tiene una población mucho mayor, una política interna caliente y fácilmente podría considerarse más frágil y quebradizo que los regímenes de Abu Dhabi y Manama", explicó Ibish. "Los saudíes también tienen que ser conscientes del posible impacto en su papel de liderazgo árabe regional y en sus pretensiones de liderazgo islámico mundial", agregó.
Una reciente encuesta de opinión encargada por el Washington Institute mostró que el apoyo a los Acuerdos de Abraham en el Golfo está disminuyendo
Una reciente encuesta de opinión encargada por el Washington Institute mostró que el apoyo a los Acuerdos de Abraham en el Golfo está disminuyendo. En los EAU y Bahréin, respectivamente, sólo el 27% y el 20% de los encuestados consideran que los Acuerdos son positivos para la región. Esto contrasta con el 47% y el 45% en 2020.
"No es una sorpresa. La normalización con Israel no es popular entre la mayoría de los árabes, sea cual sea el país, debido a la continua ocupación y al maltrato extremo de los palestinos. Y probablemente no será popular mientras persistan esas condiciones", explicó Ibish.
Los Acuerdos de Abraham no gozan especialmente de apoyo popular entre los palestinos, que califican la normalización de "puñalada por la espalda" a la causa palestina e insisten en que tales acuerdos deben considerarse una recompensa antes de poner fin a la ocupación.
"Creo que era de esperar que el entusiasmo y la euforia que acompañaron a los Acuerdos de Abraham bajo la presidencia de Trump ya hubieran decaído por varias razones. Y creo que está claro por qué se produjo esa caída", dijo el analista político jordano Osama Al Sharif a The Media Line.
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Las banderas de los Estados Unidos, Israel, Emiratos Árabes Unidos y Bahrein se proyectan en las paredes de la Ciudad Vieja de Jerusalem para marcar la firma de los Acuerdos de Abraham, septiembre de 2020.
(Reuters)
"El hecho de que los Acuerdos de Abraham no trajeran la paz a Oriente Medio demuestra que el núcleo del conflicto sigue siendo la cuestión palestino-israelí"
Osama Al Sharif, analista político de Jordania
"En primer lugar, tienen un gobierno israelí que es abiertamente racista en su odio a los palestinos y en sus incursiones diarias en lugares musulmanes", sostuvo Al Sharif. "Esto fue ampliamente difundido en varios de los medios de comunicación, incluso en los medios estadounidenses, y fue condenado por el gobierno de Bahréin y EAU en su intento de distanciarse de Netanyahu".
En segundo lugar, Al Sharif sostiene que la esperanza de que los Acuerdos de Abraham pusieran fin al conflicto palestino-israelí nunca se materializó.
"El hecho de que los Acuerdos de Abraham no trajeran la paz a Oriente Medio [demuestra que] el núcleo del conflicto sigue siendo la cuestión palestino-israelí", afirmó. "El hecho de que el gobierno israelí rechace abiertamente la solución de los dos Estados hace que alcanzar la paz sea imposible", agregó.
"Para ser sincero, la postura saudí sobre Palestina es una postura de principios. Y lo que ocurre a puerta cerrada, creo, es lo mismo de lo que se habla en público", contó Al Sharif. "Sus demandas están en consonancia con la posición de la Liga Árabe, con su propia posición de larga data con respecto a la Iniciativa Árabe de Paz", agregó.
La Iniciativa de Paz Árabe, ampliamente conocida como Iniciativa de Paz Saudí, fue propuesta por el príncipe heredero saudí Abdullah en la Cumbre de la Liga Árabe celebrada en 2002 en Beirut (Líbano) y respaldada en aquel momento. La iniciativa pide la resolución de los conflictos árabe-israelí y palestino-israelí y la normalización de las relaciones entre Israel y los países árabes, a cambio de la retirada total de Israel de los Altos del Golán, Cisjordania (incluido Jerusalem Este y la Franja de Gaza, y la resolución de la cuestión de los refugiados palestinos conforme a la Resolución 194 de la Asamblea General de la ONU.
La indignación pública creció en el mundo árabe el mes pasado tras una incursión en un campo de refugiados de Jenín, bastión de facciones armadas palestinas. Esta incursión, una de las mayores operaciones militares de Israel en Cisjordania, causó la muerte de 12 palestinos y fue condenada por Arabia Saudita, entre otras naciones de la Liga Árabe.
Este artículo ha sido escrito por Mohammad al-Kassim y reproducido con permiso de The Media Line.