Yuval Karni
Yuval Karni
Yaron Brener
El primer ministro, Benjamín Netanyahu, y la parlamentaria del Likud Yifat Shasha-Biton

Censura en tiempos de coronavirus

Opinión: el primer ministro optó por despedir al jefe del comité de coronavirus de la Knesset, del Likud, por atreverse a cuestionar decisiones no informadas; y el ministro de Finanzas reprendió a la directora general del ministerio por defender a un colega. Esta no parece forma de combatir la pandemia.

Yuval Karni |
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La lucha de Israel contra la segunda ola de coronavirus está completamente fuera de control.
Las regulaciones se sacan de la nada (cerrar los restaurantes solo para abrirlos nuevamente demasiado tarde para salvar los productos abandonados), no hay una base de datos organizada sobre la cual tomar decisiones, las personas están confundidas debido al liderazgo desorientado y, sobre todo, está disminuyendo confianza pública en el gobierno.
Para aquellos que buscan motivos políticos detrás de cada lucha o argumento, esto ya no se trata de izquierda o derecha, se trata de la vida misma.
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El primer ministro, Benjamín Netanyahu, y la parlamentaria del Likud Yifat Shasha-Biton
El primer ministro, Benjamín Netanyahu, y la parlamentaria del Likud Yifat Shasha-Biton
El primer ministro, Benjamín Netanyahu, y la parlamentaria del Likud Yifat Shasha-Biton
(Adina Wellman y Alex Kolomoisky)
Este teatro del absurdo llegó a un punto culminante el sábado por la noche, cuando el primer ministro, Benjamin Netanyahu, decidió despedir al jefe del comité de coronavirus de la Knesset, y miembro del Likud, Yifat Shasha-Biton, después de que dejara en claro que no iba a aceptar automáticamente cada decisión del gobierno
Por otro lado, el ministro de Finanzas, Israel Katz, también decidió reprender a la directora general de su ministerio, Karen Turner-Eyal, después de que defendiera al jefe del Departamento de Presupuesto, Shaul Meridor, contra los ataques de Netanyahu y otros miembros del Likud en las redes sociales.
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Bajo fuego: Shaul Meridor.
Bajo fuego: Shaul Meridor.
Bajo fuego: Shaul Meridor.
(Rafi Kotz)
Meridor fue criticado por atreverse a cuestionar el plan de Netanyahu y Katz, de distribuir dinero "a todos" como parte de su programa de ayuda financiera.
El hijo del primer ministro, Yair Netanyahu, fue aun más lejos y llegó a calificar como “terrorista” a los disidentes en el Ministerio de Finanzas. No en vano, Turner-Eyal dijo que los comentarios dirigidos a su colega Meridor fueron "extremadamente violentos".
Shasha-Biton, Turner-Eyal y Meridor son personas que decidieron, como parte de su trabajo, expresar sus inquietudes y opiniones de expertos sobre las decisiones del gobierno, decisiones que a menudo son controvertidas o totalmente motivadas por intereses extranjeros y esquemas políticos.
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El ministro de Finanzas, Israel Katz, y la directora general Karen Turner-Eyal.
El ministro de Finanzas, Israel Katz, y la directora general Karen Turner-Eyal.
El ministro de Finanzas, Israel Katz, y la directora general Karen Turner-Eyal.
(Orel Cohen)
Se negaron a alinearse con la narrativa impuesta desde arriba. Sí, tales funcionarios podrían ser un poco más "corteses" y expresar sus pensamientos a través de canales que no sean las redes sociales.
¿Pero ir por sus cabezas? ¿Es así como el gobierno israelí planea combatir la pandemia de coronavirus?
Es cierto que la lucha contra el contagio es difícil. Es mucho más fácil culpar a los rivales políticos, amenazar a cualquiera que no siga la línea del partido y enfrentar a uno contra otro.
Los políticos y los expertos financieros que critican las decisiones del gobierno y advierten sobre planes mal aconsejados son los que están seguros de que están haciendo su trabajo como parte de la lucha contra el contagio.
Puede criticarlos o no estar de acuerdo con ellos, pero ése no es el problema.
El problema es que cualquiera que piense diferente está siendo quemado, figurativamente, en la hoguera.
Con tal actitud, será imposible derrotar al coronavirus.
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