Itamar Ben Gvir, miembro de la Knesset, de ultraderecha, gana adeptos entre los jóvenes haredíes.
Itamar Ben Gvir, miembro de la Knesset, de ultraderecha, gana adeptos entre los jóvenes haredíes.
Dana Kopel
Itamar Ben Gvir, miembro de la Knesset, de ultraderecha, gana adeptos entre los jóvenes haredíes.

Ultraortodoxos: fuga de votos y acercamiento de la juventud hacia posiciones de extrema derecha

Análisis: A medida que más jóvenes judíos religiosos encuentran atractivas las ideas políticas del diputado Itamar Ben Gvir, los líderes de los partidos haredías se preocupan por robarse votos.

Kobi Nachshoni - Adaptado por Rubén Pereyra |
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Después de años en los que el diputado de extrema derecha Itamar Ben Gvir fue denunciado implacablemente por la izquierda, el líder del partido Otzma Yehudit (Poder Judío) recientemente tuvo que contentarse con un trato similar desde el lado derecho del mapa político.
Su creciente popularidad entre la juventud judía religiosa está empezando a preocupar a los partidos haredíes a medida que se acercan las nuevas elecciones, tras el anuncio de la disolución de la Knesset.
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Itamar Ben Gvir, miembro de la Knesset, de ultraderecha, gana adeptos entre los jóvenes haredíes.
Itamar Ben Gvir, miembro de la Knesset, de ultraderecha, gana adeptos entre los jóvenes haredíes.
Itamar Ben Gvir, miembro de la Knesset, de ultraderecha, gana adeptos entre los jóvenes haredíes.
(Dana Kopel)
Como resultado, los partidos haredíes han estado haciendo esfuerzos para diferenciarse de Ben-Gvir y denunciarlo en lo que parece ser el comienzo de una campaña electoral planificada. El sábado, el Gran Rabino de Israel Yitzhak Yosef afirmó que las provocaciones de Ben Gvir en el Monte del Templo eran sacrílegas. Los comentarios fueron interpretados inmediatamente como sus intentos de ayudar al partido ultraortodoxo Shas con el que está identificado.
La fascinación de Ben-Gvir por la religión parece ser menos amenazante para el Likud y otros partidos seculares de derecha, y más aún para los religiosos y haredíes. Los partidos temen que use su creciente popularidad para postularse en las elecciones primarias celebradas por los partidos Judaísmo Unido de la Torá o Shas, a pesar de que Ben Gvir dejó en claro que no tiene planes de postularse para encabezar su partido.
En las elecciones de 2020, donde Ben Gvir se postuló para la Knesset sin conexiones políticas o rabínicas, recibió 19.402 votos. En 2021, cuando se postuló como parte del Partido Sionista Religioso de Bezalel Smotrich, duplicó con creces su fuerza política, y muchos comenzaron a verlo como un líder potencial del campo político religioso. Las últimas encuestas predicen un gran impulso para el partido de Ben Gvir a expensas de las facciones haredíes.
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Itamar Ben Gvir y Bezalel Smotrich.
Itamar Ben Gvir y Bezalel Smotrich.
Itamar Ben Gvir y Bezalel Smotrich.
(Amit Shabi)
La sociedad haredí de Israel, que alguna vez fue vista como no afiliada profundamente con ningún protagonista de la arena política, comenzó a cambiar esa imagen recientemente, y eso Ben Gvir lo sabe bien. Su objetivo es apuntar a una población haredí más joven, más "moderna" y de tendencia derechista, que no se ve a sí misma como un seguidor ciego de sus líderes religiosos, y quiere involucrarse en temas que son importantes para ellos fuera de la Torá.
La principal línea de defensa de los partidos ultraortodoxos hasta ahora no se ha centrado en atacar los puntos de vista de extrema derecha de Ben Gvir, sino en pintarlo como un provocador descuidado, cuyos actos aumentan las tensiones y causan derramamiento de sangre.
Por ejemplo, el periódico haredí Yated Ne'eman llamó a Ben-Gvir "un nacionalista peligroso que puede encender el fuego de la venganza, el odio y el derramamiento de sangre en el Medio Oriente". En el mismo artículo, el periódico también llamó a la visita de Ben-Gvir al Monte del Templo como "pisoteo de los principios judíos".
Los ultraortodoxos también quieren retratar a Ben-Gvir como alguien que no está comprometido con las creencias y prácticas judías, y que sólo las usa para obtener ganancias políticas y, por lo tanto, no puede representar a la población religiosa.
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Los jefes del partido ortodoxo Moshe Gafni y Aryeh Deri.
Los jefes del partido ortodoxo Moshe Gafni y Aryeh Deri.
Los jefes del partido ortodoxo Moshe Gafni y Aryeh Deri.
(Amit Shabi)
El periodista ultraortodoxo Yaakov Rivlin, un veterano comentarista político y editor de noticias del semanario B'Kehila, también señala una posible migración de votos de las facciones ultraortodoxas al Partido del Sionismo Religioso, pero en su opinión esto sólo es relevante cuando se trata de votantes asquenazíes.
"Entre la base de votantes del Judaísmo Unido de la Torá, hay franjas de derecha a las que les resulta difícil conectarse lo suficientemente bien con su partido y allí vemos una fuga del electorado a Ben-Gvir, quien está haciendo un buen uso de él", añadió.
"Por otro lado, Shas, a pesar de sus aventuras pasadas con la izquierda, en los últimos años ha logrado consolidar su posición como suficientemente derechista a los ojos de sus votantes, y el partido está menos amenazado electoralmente por Ben-Gvir", según la visión de Rivlin.
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