Ron Ben-Yishai.
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Benjamín Netanyahu y Joe Biden en 2016.

Israel se prepara para los choques con Biden en asuntos iraníes

Análisis. Bajo el supuesto de que la nueva administración seguirá el mismo camino que Obama en asuntos exteriores, en Israel sostienen que el diálogo bilateral debe ser llevado a cabo por funcionarios de defensa que ya tienen estrechos vínculos con sus pares estadounidenses.

Ron Ben-Yishai - Adaptado por Adrián Olstein |
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La semana pasada, quedó claro incluso para aquellos que no son expertos en política internacional que el gobierno israelí tendrá considerables dificultades para adaptarse a la nueva administración estadounidense.
En primer lugar, los principios, la política exterior y la estrategia de la corriente principal del Partido Demócrata y de la nueva gestión al frente de la Casa Blanca son polos opuestos a los establecidos por la administración Trump.
En segundo lugar, en Estados Unidos se percibe con razón que el gobierno israelí se encuentra de manera clara en el campo de Trump. A eso se suma que el primer ministro Benjamín Netanyahu tiene un historial de enfrentamientos con el ex presidente Barack Obama, gestión durante la cual el presidente electo Joe Biden ofició de vicepresidente.
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Benjamín Netanyahu y Joe Biden en 2016.
Benjamín Netanyahu y Joe Biden en 2016.
Benjamín Netanyahu y Joe Biden en 2016.
(Oficina de Prensa de Israel)
Biden designó a algunos altos funcionarios de la era Obama para los puestos más relevantes de su nueva administración que asumirá el cargo el 20 de enero. En base a las designaciones que se dieron a conocer, el ministro de Defensa de Israel, Benny Gantz, dio instrucciones a su oficina y a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) para que hagan un relevamiento de las cuestiones estratégicas o de seguridad que serán controvertidas para el nuevo gobierno de Estados Unidos.
Trump hizo grandes movimientos unilaterales apoyado solamente en competencias que él mismo se atribuyó y en un equipo de asesores que temían oponerse a su opinión. Básicamente actuó como un presentador omnipotente de un Reality Show. Con frecuencia tomó también decisiones en base a una perspectiva de costo o beneficio sin consultar a las contrapartes, o incluso enfrentándolas.
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Benjamín Netanyahu y Donald Trump en la Casa Blanca en 2018.
Benjamín Netanyahu y Donald Trump en la Casa Blanca en 2018.
Benjamín Netanyahu y Donald Trump en la Casa Blanca en 2018.
(RCT)
Biden y su equipo, por otro lado, son devotos creyentes del multilateralismo, cooperando estrechamente en temas complejos con aliados y coaliciones que comparten los intereses de Estados Unidos. No importa lo que piensen los líderes israelíes sobre los (escasos) logros de la administración Obama en el mundo en general y en Medio Oriente en particular. El sistema de defensa supone que la administración Biden está a punto de tomar ese mismo camino.
Como tal, los miembros de alto nivel de Defensa israelíes recomiendan que el diálogo con la administración Biden se lleve a cabo entre funcionarios de seguridad de cada país. No tanto por una familiaridad ideológica, sino porque los estamentos de Defensa ya cuentan con varios órganos conjuntos permanentes de seguridad, inteligencia y estrategia. Estos comités se reúnen de manera regular para discutir temas de interés común. Con el tiempo han desarrollado un profundo entendimiento que no depende de quién se siente al frente de la Casa Blanca o en la residencia del primer ministro en Jerusalem.
El jefe de Estado Mayor de las FDI, Aviv Kochavi, tiene estrechos vínculos con el jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Mark Milley, mientras que el secretario de Defensa designado de los EE.UU. Lloyd Austin, un ex comandante de las fuerzas estadounidenses en Irak, es un viejo conocido de Gantz desde su época de uniforme.
El principal área de disputa entre el gobierno de Biden y el actual gobierno de Israel es la intención de Biden y su gente de volver al acuerdo nuclear que Irán firmó con las cinco potencias mundiales y Alemania en julio de 2015 (JCPOA, por sus siglas en inglés).
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El Jefe de Estado Mayor de las FDI, Aviv Kochavi, el Jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, el general Mark Milley, y el ministro de Defensa Benny Gantz, reunidos en Israel en diciembre de 2020.
El Jefe de Estado Mayor de las FDI, Aviv Kochavi, el Jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, el general Mark Milley, y el ministro de Defensa Benny Gantz, reunidos en Israel en diciembre de 2020.
El Jefe de Estado Mayor de las FDI, Aviv Kochavi, el Jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, el general Mark Milley, y el ministro de Defensa Benny Gantz, reunidos en Israel en diciembre de 2020.
(Ministerio de Defensa)
Trump se retiró del acuerdo y volvió a imponer sanciones a las exportaciones de petróleo de Irán y su capacidad para hacer uso del sistema de compensación internacional (un sistema comercial que facilita las transacciones internacionales). Biden y su equipo anunciaron oficialmente que si Teherán vuelve a cumplir con los términos del acuerdo nuclear, Estados Unidos responderá de la misma manera. Esto significa que se levantarán las sanciones incisivas que han destruido la economía de Irán y el país podrá volver a exportar petróleo a cambio de pagos monetarios.
A cambio, Biden tiene la intención de entablar negociaciones con Irán para enmendar cláusulas problemáticas en el acuerdo nuclear original, restricciones a su programa de misiles balísticos y el fin de su intromisión regional. Nadie sabe exactamente qué quiere lograr la administración Biden en relación a los iraníes ni cómo lo logrará. Pero el sistema de defensa de Israel cree que un regreso al acuerdo nuclear original, tal como fue escrito, sería una tragedia y haría avanzar significativamente a Irán en la obtención de armas nucleares.
Pero el sistema de defensa también cree que una confrontación con la administración Biden desde el principio no sería beneficiosa e incluso podría dañar los intereses israelíes, como sucedió con Obama. Para evitar tal enfrentamiento, el Ministerio de Defensa ha preparado una serie detallada de propuestas y sugerencias que serán entregadas a Estados Unidos para ayudar en las negociaciones (si las hay) con Teherán, con la esperanza de influir también en su resultado.
Una de esas propuestas es requerir que Irán se comprometa a no desarrollar o fabricar misiles balísticos y de crucero capaces de llevar una ojiva nuclear y solo permitir el desarrollo y producción de cantidades limitadas de misiles de mediano y corto alcance. En cualquier caso, el sistema de defensa israelí quiere llevar a cabo este diálogo sensible con la administración Biden a puerta cerrada y sin filtraciones a los medios.
La pregunta es si Jerusalem cooperará.
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