Jordania, uno de los principales aliados de Estados Unidos fuera de la OTAN, parece estar tomando medidas para mejorar sus relaciones con algunos de los islamistas radicales de la región.
Algo que no está claro es si los recientes movimientos se llevan a cabo por razones tácticas temporales o si Ammán hizo un cambio estratégico en su política.
Como pequeño reino de Medio Oriente no petrolero, la política de Jordania se basó en gran medida en un enfoque centralista de mantener sus puentes abiertos con todos los elementos.
Hassan Abu Hanieh, experto en el Islam político, contó que Ammán adoptó una posición intermedia con respecto a los Hermanos Musulmanes.
"Jordania no siguió a los egipcios y a los británicos en declarar oficialmente que son una organización terrorista, ni el reino permitió que se integren en el sistema político como hizo el Reino de Marruecos", comentó.
Pero mientras que Ammán tuvo una relación "suave pero distante" con sus islamistas nacionales, adoptó una posición de línea dura con respecto a los jordanos que apoyaban públicamente al movimiento palestino Hamás, que comenzó como una rama de los Hermanos Musulmanes egipcios durante la Primera Intifada en diciembre de 1987.
Jaled Mashaal, entonces presidente del buró político de Hamás, y otros tres ciudadanos jordanos que apoyaban públicamente al grupo islamita fueron deportados en 1999. A Mashaal se le permitió regresar para realizar visitas de uno o dos días por motivos familiares, incluida la asistencia a los funerales de sus padres.
El jueves pasado, Mashaal volvió a ser autorizado a visitar Jordania, esta vez, al parecer, para poder visitar las tumbas de sus padres.
La visita de Mashaal coincidió con los intentos de Ammán por acercarse al jeque Raed Salah, líder de la rama norte del Movimiento Islámico en Israel.
El periodista jordano Bassam Badarin escribió un informe en el periódico panárabe Al-Quds Al-Arabi, con sede en Londres, en el que afirma que los funcionarios jordanos le preguntaron cuál sería la mejor manera de relacionarse con Salah.
En declaraciones a los medios de comunicación, Badarin remarcó que las dos medidas unidas reflejaban un acercamiento gradual de las autoridades jordanas a los islamistas de línea dura de Palestina e Israel.
A pesar de estos movimientos, Zaki Bani Rushaid, prominente figura de los Hermanos Musulmanes jordanos, dijo que dudaba de que las autoridades jordanas hubieran hecho algún cambio importante en su forma de pensar.
Se necesita más tiempo para determinar si se trata de una decisión estratégica o táctica, manifestó. "Podría ser el comienzo de algo, pero necesitamos más tiempo para estar seguros", añadió.
"Los acercamientos a Salah podrían estar más relacionados con las próximas elecciones en Israel", sostuvo.
"Las elecciones israelíes podrían ser el motivo y Jordania no quiere que Netanyahu vuelva al poder, y una de las formas de conseguirlo es que los islamistas que normalmente boicotean las elecciones se retracten de los llamamientos al boicot", planteó Bani Rushaid.
La Rama Norte del Movimiento Islámico en Israel, con sede en Umm el-Fahm, se separó de la Rama Sur, con sede en Kafr Qasim, en 1996, después de que el movimiento decidiera participar en las elecciones israelíes.
Pero Israel prohibió la Rama Norte en noviembre de 2015 debido a sus vínculos con Hamás y los Hermanos Musulmanes.
Wadi Abu Nassar, un analista con sede en Haifa, se burló de la idea de que Ammán pueda cambiar la posición de los partidarios de Salah.
"La división dentro del Movimiento Islámico en Israel se produjo por la idea de participar en las elecciones a la Knesset", subrayó.
Abu Nassar comentó que quienes piensan que se puede invitar a Salah a Jordania y todo se arreglará claramente no entienden el mapa político entre los islamistas de Israel.
"A Raed Salah ni siquiera se le permite salir de Israel, por orden del ministro del Interior israelí. El rey de Jordania no va a convertir a Raed Salah en un héroe", explicó.
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El rey Abdullah de Jordania y Benjamín Netanyahu durante una reunión en Amman en 2014.
(AP)
Independientemente de que Salah se fotografíe con el rey o de que los jordanos consigan convencerle de que rebaje la retórica del boicot, está claro que Ammán parece estar preocupado por las elecciones del 1 de noviembre en Israel y haberse dado cuenta de que perder el expediente de Hamás en favor de Egipto y Qatar fue quizá un error.
Abu Hanieh afirmó que el nuevo pragmatismo de los países del Golfo parece haber tenido sus efectos en Hamás y, por tanto, Jordania podría estar dispuesta a revisar su anterior decisión de abandonar las comunicaciones con el movimiento.
El experto también cree que si se produce un avance en las conversaciones indirectas entre Estados Unidos e Irán sobre un nuevo acuerdo nuclear, también tendrá una influencia considerable en la dirección que Jordania y otros países tienen hacia los movimientos islamistas.
"Un acuerdo entre Estados Unidos e Irán permitiría a Hamás suavizar su posición y esto podría producir un avance político regional", manifestó.
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Palestinos en el cruce fronterizo de Allenby entre Cisjordania y Jordania.
(Ministerio de Defensa )
Insiste en que Teherán no tiene un problema ideológico muy arraigado con Israel.
"A diferencia de lo que piensan los israelíes, la diferencia de Irán con Israel no es ideológica sino geopolítica", argumentó Abu Hanieh. "El pragmatismo que se observa en los países del Golfo, así como las cuestiones internas de Irán, tiene sus efectos también en la República Islámica", cerró.
