Desde los albores del terror hasta hoy, los israelíes han demostrado la determinación y la resistencia que los distingue. Desde la Declaración de Independencia hasta ahora, las Fuerzas de Defensa de Israel se han fortalecido, la situación económica de Israel ha mejorado y su estatus diplomático ha mejorado. Sin embargo, todavía no hay solución al eterno conflicto con los palestinos.
El prolongado estancamiento ha llevado a una sensación de "no solución", una especie de parálisis política. A falta de una solución acordada, el camino que queda es alentar y fomentar el surgimiento de una realidad que conduzca a una resolución que requiera gran paciencia. Irónicamente, el conflicto de Gaza puede contener un posible camino: la creación de una realidad de "Estado de Gaza".
Las lecciones aprendidas de las operaciones militares que se nos impusieron repetidamente en la Franja de Gaza nos enseñaron varias cosas: el comportamiento de la población israelí con su sistema de defensa antimisiles Cúpula de Hierro y la clara ventaja que tiene la Fuerza Aérea en este ámbito aseguran una ventaja en cada ronda de combates.
Hamas se ha vuelto más cauteloso con el tiempo, incluso cuando tiene que lidiar con una rebelión de organizaciones que no cumplen, aunque en última instancia se percibe como el poder gobernante en la franja costera, Hamás optó por evitar la participación directa en la Operación Escudo y Flecha como una clara demostración; la presión de los residentes de Gaza para una vida normal aumenta, y cada vez que sufren bajo la fuerza de las FDI atribuyen la responsabilidad a Hamás. A medida que pasa el tiempo, no sólo los residentes de Gaza se ven a sí mismos como viviendo en un estado, sino también los líderes de Hamás y todos los actores políticos de la región; nadie está sugiriendo que Israel deba buscar el control sobre la Franja de Gaza.
La historia demuestra que sólo un pequeño paso separa la situación actual en la Franja de Gaza de convertirla en un Estado. Gaza cubre sólo 362 kilómetros cuadrados y es el hogar de dos millones de residentes. La tasa de natalidad es particularmente alta. Es cierto que, en tales condiciones de densidad, es difícil y poco realista establecer un estado próspero. Pero, por otro lado, hay varios factores que fortalecen la posibilidad de establecer un estado. La franja está abierta al mar, y su territorio puede expandirse ganándole tierras del mar. En esas tierras recuperadas se podría construir un aeropuerto, cuyo tráfico no interferiría con las rutas de vuelo hacia y desde Israel. Un puerto marítimo establecido en las zonas costeras de la Franja serviría como ruta comercial hacia el Sinaí y el Mar Rojo.
Sin embargo, para acelerar el proceso de establecimiento de un estado en la Franja de Gaza, las condiciones geográficas por sí solas no son suficientes. La motivación política también es necesaria y, en este sentido, Egipto es un actor central. Los conflictos entre Israel y Hamás exponen a Egipto a ciertos riesgos. Es razonable suponer que, bajo presión y con la esperanza de tranquilidad, Egipto podría considerar expandir el territorio de Gaza a expensas del Sinaí, una expansión que podría llegar a las afueras de la ciudad de El-Arish.
Ampliando la visión de un estado en Gaza, entre El-Arish y Port Said se encuentra una hermosa zona costera en el lago Bardawil, que podría servir como una infraestructura ideal para el establecimiento de un proyecto global, como un centro financiero, zona de libre comercio y actividades de ocio similares a Dubai o Macao. Tal centro, ubicado a orillas del mar Mediterráneo y más cerca del mundo occidental, crearía cientos de miles de oportunidades de empleo, una fuente de sustento para egipcios y habitantes de Gaza, y generaría ingresos para el gobierno egipcio.
Sin embargo, un proyecto de tal magnitud requerirá el apoyo de gobiernos que estén motivados y tengan una visión para un mejor futuro económico y político en el Oriente Medio. Además, también puede requerir asistencia financiera de partes interesadas globales cuya motivación estaría principalmente orientada a los negocios, y posiblemente también filantrópica. Esta es una visión distante, y su realización es incierta. Sin embargo, su ventaja radica en crear una realidad sin necesidad de un acuerdo, y contiene un rayo de esperanza que puede inspirar nuevas ideas en la región.