El jefe del Estado Mayor de las FDI, teniente general Herzi Halevi, declaró en una conferencia celebrada en Herzliya que el programa nuclear de Irán tiene "próximos desarrollos que podrían llevarnos a tomar medidas", una declaración que hizo que el dólar se disparara, lo que generó preocupaciones de que el dicho implicara que un ataque israelí a Irán es inminente.
El asesor de seguridad nacional Tzachi Hanegbi y otros altos funcionarios reiteraron declaraciones similares. Estos dichos, aparte de decir que Irán pronto podría empujar el sobre y convertirse en una potencia nuclear, también reflejan el estrecho prisma en el que Israel ve a Irán, como un estado que es menos poderoso y menos sofisticado.
Si bien calculamos el porcentaje de enriquecimiento de uranio de Irán con el mismo escrutinio que contamos el número de personas infectadas con COVID-19 al comienzo de la pandemia, Irán ha establecido un poder casi sin precedentes en la región y lo hizo sin agitar una bomba nuclear.
En los últimos meses, Irán ha reavivado sus relaciones con Arabia Saudita, su mayor enemigo, gracias a la mediación china, haciendo que este desarrollo sea significativo en la lucha por la hegemonía global.
Irán (cuyos misiles han estado apuntando a Riad durante años) y Arabia Saudita también han anunciado una alianza marítima entre ellos. Mientras tanto, Siria, el socio de Irán, está regresando al redil de la Liga Árabe, y Rusia aún no ha pagado completamente su deuda con Irán por su apoyo crítico durante la guerra en Ucrania.
Cualquier persona razonable entiende la ideología celosa del régimen iraní y su odio hacia Israel. Un Irán nuclear será un desarrollo negativo dramático en el Medio Oriente, y un conflicto a gran escala contra el eje que lidera Irán podría estallar en cualquier momento.
Sin embargo, tantos años de observar la lucha contra una bomba nuclear y la agresión iraní en la región a través de ataques contra iraníes, sanciones y "presión máxima" de Israel, no han evitado la situación problemática en la que nos encontramos hoy. Principalmente ayudaron a empujar a Israel en un área periférica, predecible e intrascendente.
Irán se está fortaleciendo principalmente porque Estados Unidos continúa su retirada del Medio Oriente, un proceso que ha continuado durante más de una década. Arabia Saudita o Egipto no se han enamorado de los iraníes ni se han engañado a sí mismos sobre la naturaleza del régimen y sus intenciones. Simplemente entienden el equilibrio de poder emergente y ven que el eje liderado por Irán se está fortaleciendo y obteniendo el apoyo de las potencias globales. No creen la historia que Israel se cuenta a sí mismo, según la cual un frente opuesto a Irán puede ser creado únicamente por Israel obligando a apoyar a estos países en la defensa.
Debemos entender que la forma de lidiar con este problema no es a través de una confrontación militar en el propio Irán o contra su consolidación en Siria. La fuerza es una herramienta importante, pero el uso de la fuerza es inútil e incluso perjudicial cuando no va acompañada de una estrategia política sabia e integral que considere todos los intereses de Irán y busque disuadirlo de crear una bomba nuclear.
En primer lugar, el objetivo de tal estrategia debería ser el regreso de los Estados Unidos a la zona, presentando una visión del Medio Oriente en la que los aliados de la potencia norteamericana, incluido Israel, lideren y contribuyan a los intereses estadounidenses en la lucha global.
Esto requerirá un lenguaje diferente, un pensamiento diferente, el abandono de la retórica extremista que sirve principalmente a la política interna y, por supuesto, buscar una solución política con los palestinos, sin la cual este plan no sucederá.
¿Es razonable esperar esto del gobierno actual del primer ministro Benjamin Netanyahu? No. ¿La llamada alternativa a Netanyahu se comporta o habla de manera diferente? No. Pero si esto no sucede seguiremos preocupándonos por los porcentajes de enriquecimiento mientras los iraníes continúan avanzando en todos los demás frentes.
(*) Ofer Shelah es investigador principal en el Instituto de Estudios de Seguridad Nacional
