Amihai Attali
Amihai Attali.
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Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel.

Netanyahu y el rol de adulto responsable

Opinión. El primer ministro israelí está ante la gran posibilidad de su carrera política: sentar a todos en una mesa y poner orden al caos político que generaron las primeras medidas de su gobierno.

Amijai Attali - Adaptado por Tom Wichter |
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Lo más frustrante de la crisis actual en la política israelí es que nadie asume su responsabilidad: de un lado del mapa político Yariv Levin insiste en una reforma judicial total y del otro Merav Michaeli ni siquiera está dispuesta a negociar. Todos están aferrados a sus posiciones y no hay un adulto responsable.
Una lectura de esta situación, que a algunos le puede parecer delirante, es que Benjamín Netanyahu está ante la gran oportunidad de su vida: asumir la responsabilidad nacional y convertirse en ese adulto responsable. Esto no implica ceder en cada detalle de la reforma judicial o de la agenda del gobierno que encabeza, pero la situación actual es inviable.
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El primer ministro Benjamín Netanyahu.
El primer ministro Benjamín Netanyahu.
Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel.
(EPA)
No se puede implementar una visión del mundo tan diferente ni bien acabas de ser elegido, ni se puede borrar esa visión debido a las protestas. Además, tampoco se puede esperar que las masas se queden quietas ante un cambio tan fundamental sin considerar lo que piensa la mitad del pueblo.
Los acontecimientos de los últimos días dejan la sensación de que el mundo sigue enloqueciendo. Después de los años del coronavirus, en los que nos vimos atrapados en una realidad que años atrás nos hubiera parecido una alucinación, la política israelí también parece haber perdido la cabeza: cinco rondas electorales en cuatro años, seguidas de una profunda reforma legal promovida por un gobierno nuevo, que a poco de tomar el poder, se ve forzado a desprenderse de uno de sus ministros principales por orden del Tribunal Supremo.
La política israelí parece haber perdido la cabeza: cinco elecciones en cuatro años, seguidas de una profunda reforma legal y un gobierno nuevo, que a poco de tomar el poder, se ve forzado a desprenderse de uno de sus ministros.
Como si esto no fuera suficiente, el primer gobierno de la historia compuesto enteramente por partidos de derecha decidió la evacuación de un puesto de avanzada ilegal en Samaria, una medida que provocó un caos interno. La lucha de poder es entre Yoav Galant, ministro de Defensa del Likud, y el sionista religioso Bezalel Smotrich que pensó que podría ser él quien manejara este tipo de eventos vinculados a los asentamientos israelíes en Judea y Samaria. A modo de protesta, y a menos de un mes de haber asumido, los ministros sionistas religiosos planean boicotear una reunión de gobierno prevista para el lunes.
El nuevo gobierno, en apariencia homogéneo, no atraviesa un gran comienzo. Los partidarios del gobierno podrán culpar a los medios por fomentar el pánico por la reforma legal y por una cobertura de las protestas que consideran excesiva. Pero la realidad es que durante el gobierno anterior no era tanta la gente que salía a la calle. Y el roce entre Galant y Smotrich no lo generó la izquierda.
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El Presidente de Sionismo Religioso Bezalel Smotrich
El Presidente de Sionismo Religioso Bezalel Smotrich
Smotrich, protagonista de la primera crisis interna del gobierno.
(Foto: Avi Mualem)
Esta situación requiere un adulto responsable y sería bueno que sea Netanyahu quien diga que la reforma legal es necesaria, pero que no se impulsará tan de golpe. Es posible establecer una mesa de consenso en la cual la coalición de gobierno mantenga una ventaja. Allí se puede recurrir a personalidades con experiencia en temas legales que hablen sobre la necesidad de una reforma más moderada, como Raz Nasri, el profesor Daniel Friedman y otros. Esto puede jerarquizar los cambios buscados a través de un procedimiento transparente, ordenado y que evite la pérdida de frenos.
Después de más de 30 años en la política y de quebrar el récord al servicio del cargo de Primer Ministro, ojalá que el legado de Netanyahu sea el de su capacidad de reunir a las partes en una habitación, dejar muy clara su visión del mundo y permitir que todos se retiren recién cuando se hayan puesto de acuerdo.
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