Un terremoto centrado a cientos de millas de distancia de Israel, más precisamente al este de la isla griega de Creta, se sintió en todo el país el martes por la mañana. El centro del temblor, que también se registró en Turquía, Egipto, Chipre y Grecia, fue medido en una magnitud de 5,8 por el Servicio Geológico de Israel.
El sismo terminó sin heridos o daños reportados en Israel. Sin embargo, Israel debería comenzar a prepararse para más episodios de este tipo, ya que estadísticamente se espera un terremoto destructivo en los próximos años.
La frontera oriental de Israel con Jordania se encuentra en el Valle del Jordán, también conocido como el Valle del Rift del Jordán, parte del Gran Valle del Rift y una fuente de temblores en la región durante milenios.
El próximo centenario del país ha llevado a los expertos israelíes a hacer sonar la alarma repetidamente en los últimos años, pero el Dr. Ron Avni, geólogo y experto en terremotos de la Universidad Ben-Gurion del Negev, advirtió que el país todavía no está preparado para un importante sismo. "No estáN haciendo lo suficiente", dijo Avni en referencia a las autoridades.
La destructividad de un terremoto depende de la proximidad de su epicentro a grandes concentraciones de población. En ese sentido, el geólogo aseguró que si un temblor se originara en la parte norte del Mar Muerto, representaría una amenaza real para los edificios construidos sobre pilares antes de 1980 y la actualización de las regulaciones de construcción en las ciudades israelíes.
Las ciudades más cercanas a la grieta, como Beit Shean, corren un riesgo aún mayor. "Estoy hablando principalmente de edificios residenciales (...) que están construidos sobre pilares y son propensos a colapsar", afirmó.
3 צפייה בגלריה


Edificio destruido utilizado por las FDI en un simulacro de rescate.
(Unidad del Portavoz de las FDI)
Los últimos años se han mejorado los procedimientos de evacuación, las fuerzas de búsqueda y rescate, la coordinación entre diferentes organismos gubernamentales, e incluso la ayuda exterior. No obstante, los esfuerzos por fortalecer los edificios han sido un problema. Por caso, Avni detalló tres vías de acción elegidas por las autoridades hace dos décadas para preparar a Israel para el gran terremoto que se avecina.
“En 2006, se formuló un plan del gobierno para fortalecer los edificios públicos, es decir, hospitales y escuelas”, contó el geólogo. El presupuesto necesario se aprobó en 2008 y el plan comenzó a avanzar. Sin embargo, en 2012 empezaron las “disputas” entre el Ministerio de Finanzas y los de Salud y Educación sobre quién proporcionaría el dinero y el programa se estancó.
La segunda política se llamó Plan Nacional 38 o, coloquialmente, Tama 38. La premisa básica era brindar a los empresarios una miríada de beneficios para alentarlos a asociarse con propietarios de edificios y apartamentos antiguos y renovarlos. Como parte de la renovación, los empresarios fortalecerían el edificio y, a cambio, podrían agregar más pisos a los edificios para obtener ingresos.
Esta medida tuvo un gran éxito en lugares como Tel Aviv, donde los precios inmobiliarios están por las nubes y los empresarios pueden obtener ganancias en tales asociaciones. Sin embargo, en la periferia, en ciudades como Tiberius, Beit Shean y Kiryat Shemona, que resultan estar más cerca de la grieta y en mayor peligro, los precios de los bienes raíces no son suficientes para atraer a los constructores, dejando los edificios antiguos intactos y los ciudadanos en riesgo.
El Gobierno “ha dado algunos pasos para hacer que la periferia sea más atractiva”, añadió Avni, pero no está claro que lo haya logrado. El Ministerio de Construcción y Vivienda prometió en 2014 subvenciones a los constructores del proyecto Tama 38 "para cada unidad residencial existente". Después de cinco años, lo que quedaba del presupuesto se dedicó a fortalecer edificios en ciudades y pueblos cercanos a la grieta.
Por último, desde 2016, el Ministerio de Construcción y Vivienda ha invertido una gran cantidad de recursos en el fortalecimiento de edificios en lugares donde hay un gran riesgo y donde el Plan Nacional 38 no es económicamente viable. Hasta ahora se han reforzado 67 edificios a un costo de 170 millones de NSI, o alrededor de 53 millones de dólares.