Italia fue uno de los primeros países que se enfrentó al gran desafío de la rápida propagación del coronavirus, particularmente en Lombardía.
Para enfrentar una situación sin precedentes, el gobierno italiano ha estado tomando desde el brote una serie de medidas de emergencia coordinadas por el Departamento de Protección Civil de Italia y basadas en la evaluación de un Comité Técnico Científico creado para enfrentar la pandemia.
Estas medidas, destinadas a reducir la velocidad y, finalmente, detener la propagación del virus, representan un modelo que ahora es ampliamente replicado por otros países.
A partir de las áreas afectadas en el norte y pronto propagado hacia todo el país, se implementó un bloqueo completo.
Se pidió a los ciudadanos que se quedaran en casa y se les permitió moverse sólo para actividades específicas (trabajo, cuestiones de salud o cualquier otra necesidad urgente).
Se han interrumpido todas las actividades públicas, industriales y comerciales, excepto las que proporcionan bienes y servicios necesarios y las de valor estratégico.
Además, el gobierno aprobó medidas financieras para apoyar a los gobiernos locales, activar los instrumentos de protección social para los trabajadores y ayudar a las familias y las empresas gravemente afectadas por la crisis económica.
También se llevó a cabo una gran operación para repatriar turistas italianos en el extranjero.
Nuestro sistema de salud, uno de los más avanzados del mundo, sin duda estuvo expuesto a una gran tensión porque la infección se propagó rápidamente y golpeó a una gran parte de la población italiana de edad avanzada, tradicionalmente muy activa socialmente.
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Los trabajadores en Lombardía hacen máscaras para protegerse contra el coronavirus.
(AFP)
Sin embargo, al contrario de lo que suele aparecer en los medios, el sistema está lejos de colapsar. Gracias a esfuerzos excepcionales, la capacidad de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) se ha incrementado en un 32% a casi 7.000 camas (se agregarán 1.000 más pronto), asegurando que, a nivel nacional, casi un tercio de nuestras camas de UCI permanezcan disponibles.
El Departamento de Protección Civil estableció un sistema específico para garantizar que, de ser necesario, los pacientes puedan ser transferidos rápidamente de una región a otra.
Además, casi 80 hospitales estaban totalmente dedicados a pacientes con COVID-19. La disponibilidad de equipos de protección y suministros médicos se garantizó en un tiempo récord, considerando la situación global, también apoyando a las empresas italianas para expandir o convertir sus actividades para producir los dispositivos médicos necesarios.
Las convocatorias de médicos y personal de enfermería se abrieron en todo el país y recibieron una cantidad de solicitudes mucho mayor de la imaginada. También se aceleró la investigación para desarrollar anticuerpos, medicamentos y vacunas para combatir el virus.
Gracias al coraje, la unidad y la capacidad de recuperación de todos los ciudadanos y nuestros médicos y personal, estas medidas han comenzado a producir efectos positivos, ya que la cantidad de casos y muertes nuevas disminuyen gradualmente en los últimos días.
Sin embargo, a medida que se desarrolla la situación global, todos somos conscientes de que ningún país puede hacerlo solo. No hay alternativa a la solidaridad y cooperación internacional para enfrentar esta pandemia.
Nos complace ver que la OMS y muchos países ven ahora a Italia como un modelo y están listos para compartir nuestra experiencia y conocimiento y para aumentar la cooperación con los países que lo necesitan. En este espíritu, mi embajada está aquí para facilitar cualquier cooperación con nuestros amigos israelíes.
Gianluigi Benedetti es el embajador italiano en Israel.
