Un destacado escritor y analista árabe asegura que el objetivo de Hamás de ser reconocido como el gobernante legítimo de la Franja de Gaza es lo que lo llevó a revertir su postura frente a las elecciones palestinas.
"Hamás está actuando como un gobierno de facto en Gaza y quiere ser reconocido internacionalmente como la autoridad oficial", afirma Abdel Bari Atwan, analista sirio y editor en jefe de Rai al-Youm, un sitio web de noticias y opinión panárabe.
"Hamás quiere que estas elecciones sucedan", sostiene Atwan, y agrega que el grupo islamista palestino se postuló con éxito en 2006, la última vez que hubo una votación.
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El líder político de Hamás Ismail Haniyeh y el jefe del grupo en Gaza, Yahya Sinwar
(AFP)
La organización terrorista lanzó su sombrero al ring el 28 de octubre cuando Ismail Haniyeh, jefe político del movimiento, informó a la presidenta de la Comisión Central de Elecciones Palestina, Hanna Nasser, que el grupo participaría.
Un mes antes, en un discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente palestino, Mahmoud Abbas, prometió que habría una elección muy esperada.
"El gobierno de Hamás [en la Franja de Gaza] ahora está actuando independientemente de la AP y está tratando de ejercer esta independencia mediante la construcción de relaciones internacionales, especialmente con las principales potencias como Estados Unidos y Rusia", explica Atwan.
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Mahmoud Abbas hablando en la Asamblea General de la ONU en Nueva York en septiembre
(AFP)
Como ejemplo, cita la reciente aprobación de un hospital de campaña estadounidense en la Franja de Gaza.
También señaló que ha estado llevando a cabo negociaciones indirectas con Israel a través de Catar, y agregó que Doha, un importante donante de la Franja de Gaza, había desempeñado un papel preponderante en alentar a Hamás a aceptar una elección.
Husam Badran, un alto funcionario de Hamás con sede en Catar y ex líder del ala militar del movimiento en Cisjordania, manifiesta que el grupo acordó las elecciones para poner fin a su división con Fatah, el partido gobernante en la AP, y forjar la unidad necesaria para la causa palestina.
"La elección podría ser una oportunidad para lograr esto", comenta Badran, e insiste en que el movimiento islamista tomó la decisión por su cuenta, sin influencia de Catar.
Sin embargo, Moen al-Taher, un escritor político palestino con sede en Jordania y ex miembro del Consejo Revolucionario de la OLP, afirma que, en efecto, ha habido presión de Catar, aunque esta se había dirigido hacia ambos lados.
"Hamás y la Autoridad Palestina fueron presionados por Catar para ir a las elecciones con una lista consensuada de candidatos", sostiene Taher.
Él explica que Hamás entendió que un rechazo a las elecciones aumentaría el apoyo a Fatah entre los palestinos.
Sin embargo, agrega, Hamás no tiene nada que perder, porque incluso si Fatah gana en las votaciones, los islamistas en la Franja de Gaza no entregarán sus armas a la AP. Lo mismo sucederá si Hamás gana, ya que la Autoridad Palestina se negará a entregar Cisjordania.
"Esta elección no resolverá sus diferencias", añade, "a menos que primero lleguen a un consenso".
No se deben dejar de lado, por supuesto, las predicciones pesimistas, que aseguran que el cisma entre la AP y Hamás es tan grande que evitará que se celebren elecciones.