Israel está acostumbrado a ser visto como pequeño. Como país en general, y desde luego en los deportes, especialmente en el fútbol. Así era la selección nacional de fútbol sub-20 de Israel hace un año, pero ya no.
La posición actual de la selección nacional juvenil entre los cuatro mejores equipos del mundo añade un reto adicional a los muchos a los que ya se enfrenta el equipo.
Una de las cosas con las que tiene que lidiar el seleccionador Ofir Haim antes del partido de semifinales contra Uruguay es el cambio en cómo se percibe al equipo en todo el mundo, principalmente en lo que respecta al público y a los medios de comunicación de Israel.
Ahora, incluso aquellos que no siguen el fútbol a diario, tienen expectativas nacionales.
Israel no es favorito para ganar a Uruguay, incluso los sitios de apuestas deportivas así lo creen. Pero no hace mucho, esta selección era como un concursante que ganó un reality show de televisión para tener la oportunidad de participar en Eurovisión, y ahora tiene que subirse a un escenario gigante por primera vez. Si, como el caso de Nora Kirel.
Ganar el tercer puesto será estupendo, los aficionados israelíes se lo agradecerán al equipo nacional, pero en el fondo, la gente piensa y cree que Israel debería ganar el torneo.
Tras la sorprendente victoria sobre Brasil, está claro que Israel puede proclamarse campeón del mundo. Puede, pero no necesariamente tiene que hacerlo o es el principal candidato. Lo cierto es que el juego de la selección está a la altura de un club de fútbol profesional.
Todo lo que se habla de este equipo se centra en su carácter, y con razón. El equipo se esfuerza por marcar goles, reagruparse rápidamente y jugar con inteligencia. Todo eso es cierto, pero no debemos olvidar que el equipo también tiene otros aspectos dignos de elogio aparte de su forma de jugar.
Israel tiene el balón una media del 54,2% del tiempo en sus partidos disputados en Argentina. Sólo tres selecciones -la anfitriona, Argentina, Estados Unidos y Ecuador- tuvieron el balón más tiempo de media por partido, y las tres ya no forman parte del torneo.
Los goles de la selección no son fruto de la casualidad, sino de un equipo que sabe jugar bien al fútbol y lidiar con los equipos a los que se enfrenta.
Si nos fijamos en la métrica de goles esperados (xG) del equipo, que calcula no sólo el número de ocasiones de gol, sino también su calidad, podemos ver que Israel era el que más goles debía marcar en la Copa Mundial Sub-20.
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Hamza Shibli, del pueblo norteño de Shibli-Umm al-Ghanam, es una de las estrellas de la selección nacional sub-20 de Israel.
(AP)
La métrica se sitúa en 11, mientras que el número real de goles es de ocho. Hasta la fecha, Israel ha realizado nada menos que 64 disparos a puerta, lo cual es bastante.
Israel se enfrentará a Uruguay en semifinales, y la forma en que el conjunto sudamericano jugó para llegar hasta allí fue completamente diferente. Como la mayoría de las selecciones absolutas de Uruguay a lo largo de los años, este equipo también prefiere jugar sin balón, defender con muchos jugadores y contraatacar cuando es posible.
Cabe suponer que ésta será la táctica principal que veremos en el próximo partido. Curiosamente, Israel, considerado como el no favorito, tendrá más posesión y será el equipo dominante.
Por supuesto, esto no garantiza al equipo un puesto en la final, pero dice mucho del seleccionador israelí y de sus jugadores.
No todo el mundo es capaz de elaborar un plan de juego tan agresivo como acertado, y menos para una selección nacional de Israel, un país que no es muy conocido por su fútbol.
