Resulta tentador enmarcar la visita de Elon Musk como una muestra de verdadera amistad hacia Israel durante su difícil lucha contra una organización terrorista asesina. Sin embargo, para entender la visita relámpago del hombre más rico del mundo, hay que mirar más allá de la región fronteriza de Gaza, a San Francisco, donde tiene su sede X (antes Twitter), la red social de Musk.
El New York Times informó el pasado fin de semana de que ahora la red social se enfrenta a una pérdida de ingresos de 75 millones de dólares a finales de año, después de que grandes anunciantes como Apple, Disney, IBM y otros hayan retirado sus anuncios, y docenas más se estén replanteando seguir su ejemplo. La retirada se debió a un informe de Media Matters que descubrió que los anuncios de estas empresas aparecían junto a mensajes antisemitas y pronazis, y a un polémico mensaje de Musk en el que se hacía eco de una teoría de la conspiración antisemita.
El 16 de noviembre, un usuario de X afirmaba: "Las comunidades judías han estado promoviendo exactamente el tipo de odio dialéctico contra los blancos que dicen querer que la gente deje de utilizar contra ellos".
El post resuena con la teoría del Gran Reemplazo que sugiere que los judíos están orquestando la sustitución de las comunidades blancas por poblaciones inmigrantes. A lo que Musk respondió: "Has dicho la pura verdad".
Un historial de comentarios problemáticos
No es la primera vez que Musk es acusado de antisemitismo. El pasado mes de mayo, atacó al superviviente del Holocausto y multimillonario judío George Soros, comparándolo con Magneto, un villano de la serie X-Men. Como consecuencia, el término "judíos" se disparó en los trending topics de X.
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El presidente Yitzhak Herzog se reunió con el multimillonario Elon Musk y representantes de las familias de los secuestrados.
(Haim Tzach)
En septiembre, declaró la guerra a la Liga Antidifamación (ADL), una de las organizaciones judías más reconocidas y antiguas del mundo, alegando que le acusaban falsamente de antisemitismo y perjudicaban los ingresos de X. Musk respondió y dio "me gusta" a tuits con el hashtag #BanTheADL, que se convirtió en terreno fértil para expresiones antisemitas y acusaciones de que la ADL era racista con los blancos.
Pero Musk negó ser antisemita y presentó una demanda a Media Matters, a la que acusa de "fabricar a sabiendas y maliciosamente imágenes que muestran las publicaciones de los anunciantes en la plataforma de medios sociales de X Corp. junto a contenidos neonazis y nacionalistas blancos marginales y luego presentar estas imágenes fabricadas como si fueran lo que los usuarios típicos de X experimentan en la plataforma".
En opinión de Musk, el autodenominado "absolutista de la libertad de expresión" que adquirió Twitter en 2022, el problema no es el contenido de odio en su plataforma, sino la organización que lo expuso.
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"Sé que eres una persona muy fuerte. Cualquier apoyo que puedas utilizar para traer de vuelta a los rehenes será importante.
((Haim Tzach, director ejecutivo))
Es imposible ignorar que, bajo el liderazgo del magnate, X está inundada de noticias falsas, desinformación, discursos de odio y antisemitismo.
Según un informe de la ADL, que Musk desprecia, el antisemitismo en X se disparó un 919% tras el estallido de la guerra en Gaza. La plataforma alberga libremente numerosas cuentas antisemitas, entre las que destaca Jackson Hinkle, que difunde mentiras sobre Israel a millones de seguidores.
News Guard informa de que algunas de estas cuentas tienen un 'tick' azul, lo que indica que X se beneficia de ellas e incluso puede compartir con ellas una parte de sus ingresos publicitarios. Precisamente el lunes, Ynet informó de que incluso Nasralá, el líder de Hezbolá, publica sin trabas en X.
El silencio de Netanyahu
Musk parece confiar en la corta memoria humana, con la esperanza de que su visita a Kfar Aza y su reunión con el primer ministro Benjamin Netanyahu le ayuden a rectificar su imagen y hacer que los anunciantes vuelvan a X. Su oportunismo es comprensible como hombre de negocios que intenta salvar una empresa en apuros.
Sin embargo, la cooperación del primer ministro con esta fachada es en gran medida desconcertante.
El lunes por la tarde, Musk y Netanyahu mantuvieron una charla de veinte minutos sobre X, en la que hablaron de los horrores cometidos por Hamás el 7 de octubre y de los futuros esfuerzos de reconstrucción en la Franja de Gaza, de los que Musk quiere formar parte. Sorprendentemente, Netanyahu omitió mencionar la cuestión del antisemitismo, que preocupa a muchos israelíes y judíos de todo el mundo. En respuesta a una consulta de Ynet, fuentes de la Oficina del Primer Ministro explicaron que "se acordó no hablar de otro tema que no fuera la guerra".
Un saludo al presidente Isaac Herzog, quien, incluso antes de la visita, dijo que haría hincapié en "el compromiso y la necesidad de combatir el antisemitismo rampante en Internet".
Durante su reunión del lunes en la Residencia del Presidente en Jerusalem, Herzog dijo a Musk: "Estamos inundados por el antisemitismo, que es el odio a los judíos. Y el odio a los judíos influye en el comportamiento de los seres humanos en muchos lugares del mundo, y ustedes tienen un enorme papel que desempeñar. Tenemos que combatirlo juntos porque en las plataformas que usted dirige, por desgracia, se alberga mucho de todo el odio, que es odio a los judíos, que es antisemitismo". Al menos hay un presidente en Jerusalem.
