Ajmad Shbita
Ajmad Shbita
Edi Segal
Última operación militar israelí en la Franja de Gaza.

La tecnología no ganará en Gaza

Opinión. La glorificación de las capacidades del ejército de Israel impide ver que, por más sofisticados que sean los métodos, la paz no llegará a través de soluciones militares.

Amjad Shbita - Adaptado por Tom Wichter |
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En los primeros momentos del operativo israelí en Gaza del fin de semana políticos y periodistas advirtieron que se podían repetir las escenas de mayo de 2021 en las que ciudadanos árabes israelíes reaccionaron con violencia. Cuando terminó la “operación” nada de esto ocurrió y estas personas cambiaron de tema: empezaron a elogiar a la Cúpula de Hierro que, según fuentes israelíes, interceptó el 95% de los cohetes disparados por la Yihad Islámica.
La tecnología avanzada brinda a la mayoría de los ciudadanos israelíes una sensación de que lo que ocurre en Gaza no tiene nada que ver con ellos, ni les afecta. Así fue como los ataques a Gaza recibieron una amplia legitimidad. Los pocos que siguen interesados en lo que ocurre bajo el asedio, aun cuando sus vidas no están directamente amenazadas, son los ciudadanos árabes de Israel, cuya Cúpula de Hierro no protege a su pueblo y en muchos casos a sus familiares que se encuentran viviendo en el enclave palestino.
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Gaza
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Última operación militar israelí en la Franja de Gaza.
(AFP)
Los árabes israelíes sienten como propia a la sangre derramada en Gaza y nunca se sumarán a la fiesta tóxica de las capacidades tecnológicas ilimitadas que invisibilizan al enemigo. Se debe seguir dando fuerza a una voz marginada y silenciada: la voz de la resistencia a la guerra, una tarea casi exclusiva de la sociedad árabe y de un número cada vez más pequeño de activistas judíos de izquierda. Merav Michaeli, presidenta de Avodá y líder del campo de “izquierda”, no tuvo reparos en distorsionar la realidad y acusar a Gaza de asediar a Israel. Y como ella hay muchos.
Levantar esta voz no es solamente mi deber como integrante del pueblo palestino, sino también como ciudadano de un país interesado en liberarse de la ocupación, la discriminación, el supremacismo y sus efectos colaterales dañinos. Como ciudadano israelí debo advertir a esta sociedad intoxicada del poder militar que no existe una solución militar, y que la tecnología más sofisticada no podrá someter a los palestinos.
En las últimas dos décadas se realizaron 14 operaciones militares en Gaza. En promedio, una cada año y medio. Y todas fracasaron estrepitosamente. A medida que las tecnologías se volvieron más sofisticadas, los objetivos israelíes fueron cada vez menos pretenciosos. Después del fracaso de tratar de eliminar a Hamás, la principal organización de Gaza, el ejército más avanzado del mundo se propuso un objetivo más realista: eliminar a la Yihad Islámica, la segunda organización. Tampoco fue posible y seguramente en la próxima operación las FDI intentarán en vano derrotar a un tercer grupo, cualquiera que sea su nombre.
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Cohetes desde la Franja de Gaza hacia Israel mientras la Cúpula de Hierro lanza sus misiles para interceptarlos.
Cohetes desde la Franja de Gaza hacia Israel mientras la Cúpula de Hierro lanza sus misiles para interceptarlos.
El sistema Cúpula de Hierro lanza misiles para interceptar cohetes disparados desde la Franja de Gaza hacia Israel.
(AFP)
No existe una solución militar y el Estado de Israel tiene la suerte de contar con una minoría grande y fuerte, que no se da por vencida contra la corriente, que busca que su voz se escuche y hace todo lo posible para construir puentes con fuerzas moderadas que entienden que los crímenes de guerra amenazan a su país y a las generaciones futuras.
Así como el poder político tiene un límite, la tecnología también. Israel cuenta cada vez con más herramientas para volar y matar sin necesidad de pilotos, pero eso nunca podrá reemplazar a la capacidad del hombre de pensar y cuestionar la realidad. La tecnología avanzada tampoco podrá desvincular a las personas de las situaciones difíciles que atraviesa su pueblo.
*Amjad Shbita es director ejecutivo de Sikkuy-Aufoq, una organización israelí que promueve la cooperación y la igualdad entre ciudadanos árabes y judíos.
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