Yuval Karni
Yuval Karni.
Yaron Brener
Pese a que durante su etapa como primer ministro mantuvo lazos con el liderazgo palestino, Netanyahu y la derecha critican la reunión de Gantz con Abbas.

La reunión con Abbas y la hipocresía de la derecha israelí

Opinión. Durante 12 años Netanyahu mantuvo lazos con el liderazgo palestino. Por eso la crítica a la cumbre entre Gantz y Abbas no es más que un guiño electoralista.

Yuval Karni - Adaptado por Tom Wichter |
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La derecha y Benjamín Netanyahu estuvieron en el poder durante 12 años consecutivos. En ese tiempo Israel no derogó los Acuerdos de Oslo, no rompió los lazos con el liderazgo palestino en Cisjordania y tampoco definió a la Autoridad Palestina como una entidad enemiga o terrorista.
El ex primer ministro Netanyahu tampoco cumplió su principal promesa de la campaña electoral de 2009: derrocar al régimen de Hamás en la Franja de Gaza. Evidentemente las cosas desde afuera, desde la oposición, no se ven de la misma manera desde la Oficina del Primer Ministro o desde el Ministerio de Defensa. Por eso las críticas de la derecha hacia la reunión que mantuvieron esta semana el ministro Benny Gantz y el líder palestino Mahmoud Abbas no son más que una ridícula exhibición de hipocresía.
El presidente de la AP todavía no había regresado a su residencia en Ramallah cuando el Likud, el partido de Netanyahu, definió que ese encuentro era peligroso para el Estado de Israel. “El gobierno israelí-palestino de Bennett devuelve a Abbas y a los palestinos a la agenda”, acusó Netanyahu. “Las concesiones peligrosas para la seguridad de Israel son solamente cuestión de tiempo. Este gobierno es peligroso para Israel”, agregó el jefe opositor.
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Netanyahu Abbas
Netanyahu Abbas
Pese a que durante su etapa como primer ministro mantuvo lazos con el liderazgo palestino, Netanyahu y la derecha critican la reunión de Gantz con Abbas.
(Getty Images)
Abbas no se reunió con el ministro de Defensa israelí para avanzar en un proceso político, un tema que merece otro debate, sino para discutir cuestiones de seguridad y cooperación entre Israel, la Autoridad Palestina y las fuerzas de seguridad palestinas de Cisjordania. Se trata de un claro interés nacional israelí, según entienden los jefes del sistema de seguridad nacional, la agencia de inteligencia Shin Bet y las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
Que nadie se mienta a sí mismo: Abbas y los palestinos no nos quieren, luchan contra nosotros en la arena internacional y los pagos a las familias de terroristas hacen hervir la sangre. Pero entre la AP, Hamás o el caos total, las tres posibilidades que existen para Israel en Cisjordania, la colaboración con Abbas sigue siendo la opción menos mala.
“Continuaremos previniendo el terrorismo”, le prometió Abbas a Gantz. Y al respecto debe recordarse: las fuerzas de seguridad palestinas colaboran en el rescate de israelíes capturados accidentalmente en zonas palestinas. Es una demostración de que la coordinación de seguridad continúa.
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El ministro de Defensa, Benny Gantz, durante su discurso en la ceremonia en honor a los caídos del Ejército del Sur del Líbano.
El ministro de Defensa, Benny Gantz, durante su discurso en la ceremonia en honor a los caídos del Ejército del Sur del Líbano.
Benny Gantz, ministro de Defensa de Israel, recibió en su casa al presidente palestino Mahmoud Abbas.
(Ministerio de Defensa de Israel)
En su etapa como primer ministro Netanyahu aprobó reuniones de altos funcionarios de su gobierno con Abbas. Abrazó y besó a Yasser Arafat. Invitó a Mahmoud Abbas a su casa. Negoció con Hamás, en lugar de derrocarlos como había prometido. Y no es que pretendiera convertir al líder palestino en sionista o que haya sucumbido ante terroristas, sino que entendió cuáles eran las alternativas para convivir en este vecindario tan alocado.
Cuando la base política de Netanyahu se modificó, comenzó a evitar las reuniones con Abbas pero siempre se aseguró de que emisarios suyos se reunieran con él, a través del jefe del Shin Bet o ministros de su gobierno.
No todo es político. Hay momentos en los que la oposición necesita demostrar responsabilidad y tener en cuenta consideraciones de seguridad. Mientras no haya un proceso u horizonte político de fondo, Israel está obligado a mantener un canal de diálogo con los palestinos. Incluso si la oposición ataca y los ministros de derecha de la coalición chasquean la lengua, aunque parezca antipopular, la decisión de Gantz fue la correcta.
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