Los incendios que estallaron el lunes en el norte ocurren en todas las guerras de la región en el verano. Los cohetes y los drones explotan en las zonas boscosas, y las condiciones secas y ventosas durante el calor no contribuyen. Durante la Segunda Guerra del Líbano hubo muchos incendios que consumieron decenas de miles de dunams de bosques naturales, pastos naturales e incluso casas en las comunidades, como resultado del lanzamiento de cohetes y misiles de Hezbolá. Siempre sucede debido a la combinación impía de altas temperaturas, baja humedad (seco incluso de noche) y cohetes que explotan en zonas llenas de vegetación. Pero el norte ha sido restaurado.
Obviamente, esto tiene un efecto cognitivo que afecta a los medios de comunicación, a la política y a la sensación de desesperación de los residentes. La visión de las llamas y el espeso olor a humo que se elevaba, junto con el largo período de desgaste en el norte, más que cualquier otra guerra o ronda en los últimos 50 años, todo esto crea una sensación de impotencia e incluso de derrota. Pero las FDI no pueden actuar ahora debido a la perspectiva de un acuerdo de rehenes.
Sobre este tema, escribí el sábado pasado que ahora todos deben permanecer en silencio para dar a Netanyahu y Biden la oportunidad de conseguir un resultado favorable en la negociación para liberar rehenes. Pero Netanyahu, como de costumbre, emite declaraciones oficiales que simplemente le hacen el juego a Hamás y le permiten evadir negociaciones prácticas con el argumento de que Israel rechaza el acuerdo ofrecido por Biden.
Ayer, Netanyahu dijo en una audiencia del Comité de Asuntos Exteriores y Defensa de la Knesset que no estaba de acuerdo con el fin de la guerra, alegando que el esquema presentado por Biden era parcial. "La guerra se detendrá con el propósito de devolver a los rehenes, y luego avanzaremos en una discusión. Hay otros detalles que el presidente de Estados Unidos no presentó al público", agregó Netanyahu a los miembros del comité. A esto se unió una fuente política que más tarde agregó que en una discusión del Comité de Asuntos Exteriores y Defensa, Netanyahu enfatizó que, según lo decidido por el Gabinete de Guerra y el esquema, Israel no se compromete a poner fin a la guerra hasta que se hayan logrado todos sus objetivos.
Sinwar quiere ganar tiempo, y Netanyahu le está ayudando con eso. Principalmente con los anuncios de Netanyahu sobre el fin de la guerra, que estaban destinados a los oídos de Ben-Gvir y Smotrich, pero que constituyen una sábana roja para Hamás. El silencio y las negociaciones tras bambalinas podrían haber llevado a un acuerdo por fases, incluido un alto el fuego con el que Israel podría vivir. Netanyahu lo hace por razones de supervivencia política a costa de perjudicar a los secuestrados.
