La Operación "Escudo y Flecha" fue un éxito rotundo. El establishment de defensa y los políticos recibieron el crédito que se merecen, pero debemos mantener las cosas en proporción y recordar que se trataba de un enfrentamiento contra la Jihad Islámica Palestina, nuestro enemigo más "conveniente", sin que Hamás se viera involucrado.
La verdadera preocupación es una guerra en Líbano contra Hezbollah.
Para poner las cosas en perspectiva: La Jihad Islámica comenzó la operación con menos de 6.000 cohetes, la mayoría de producción local y corto alcance. Lanzaron un total de 1.100 cohetes en cinco días. Alrededor de una cuarta parte de ellos cayeron en la Franja de Gaza, y sólo unos pocos alcanzaron el centro de Israel. El resultado fue una víctima israelí.
Hezbollah, por su parte, puede lanzar más de 3.000 cohetes de largo alcance, más pesados y mucho más precisos en un día. Debemos estar preparados para ello y dejar rápidamente de cegarnos por operaciones exitosas, aunque minúsculas.
Este mismo domingo, Hezbollah concluyó un simulacro militar especial justo en la frontera norte de Israel, un despliegue demostrativo y provocador destinado a los ojos de las FDI. Los simulacros simulaban un ataque contra comunidades israelíes y el secuestro de cautivos. En la documentación que circuló del ejercicio, se ve a operativos del grupo terrorista utilizando drones, motocicletas, banderas israelíes y símbolos de la estrella de David como blancos de tiro.
Algunos de los espectadores israelíes ridiculizaron los absurdos que se veían en los vídeos, pero quizá deberíamos pensárnoslo dos veces antes de menospreciarlos. Se ha producido una mejora significativa de las capacidades de las unidades terrestres de Hezbollah, especialmente de la fuerza de élite Radwan, que ahora tiene experiencia operativa en Siria.
Al parecer, bajo la dirección del secretario general de Hezbollah, Hassan Nasrallah, estas fuerzas se han desplegado ahora en la frontera con Israel. Se trata de un movimiento ofensivo muy llamativo, que indica que simplemente están esperando la orden de infiltrarse.
El entrenamiento comenzó en abril de 2022 y se completó en un año, con la intención de mejorar el nivel de preparación para la guerra.
Desde hace más de una década, Nasrallah habla de la transición del "Escudo del Líbano" al "Conquistador de Galilea". No se refiere a enviar tropas a Acre, sino a unidades especiales infiltradas en comunidades de la frontera.
Desgraciadamente, no es una tarea tan difícil teniendo en cuenta que sus fuerzas están justo en la Franja.
En el último año, la opinión pública israelí ha estado expuesta a cada vez más vídeos de provocaciones y amenazas en la frontera. Como ya se ha dicho, Hezbollah está ajustando sus preparativos en primera línea y diseñando instigaciones selectivas. Han reforzado el número de fuerzas en la frontera, reducido el tiempo de respuesta y mejorado sus medios de combate.
La organización ya no se conforma con acciones aisladas más allá de la frontera. Demuestra mucha más audacia y voluntad de entrar en conflicto. Por ejemplo, en una operación especial, un infiltrado se adentró en territorio israelí. Llegó hasta el cruce de Megiddo, a unos 70 kilómetros de la frontera, con un artefacto altamente explosivo.
Si el complot se hubiera llevado a cabo con éxito, habría requerido una represalia israelí sustancial, que habría llevado a un nivel de escalada mucho mayor que el que conocemos de Gaza.
El general de división Aharon Haliva, comandante de la Dirección de Inteligencia Militar de las FDI, habló este lunes en una conferencia sobre las amenazas que emanan de la frontera norte.
"La historia del terrorista en el cruce de Megiddo no es un incidente aislado, por desgracia. Nasrallah está peligrosamente cerca de cometer un error que podría sumir a la región en una gran guerra", dijo. "No nos equivoquemos. Desplegar fuerzas desde Líbano o Siria hacia Israel podría provocar una escalada y enfrentamientos entre Israel, Hezbollah y Líbano".
Esta declaración debe tomarse en serio. Es razonable suponer que si hizo esta observación públicamente, está basando sus palabras en información de inteligencia creíble. Tal vez esté tratando de disuadir futuras acciones contra Israel con la misma declaración.
La Dirección de Inteligencia Militar recibió una alerta antes del incidente de Megiddo sobre intenciones de llevar a cabo ataques. Las fuerzas estaban preparadas para ello y debían impedir el ataque, pero no vieron al infiltrado.
A la luz de todo esto, Israel debe cerrar brechas y prepararse mejor para el conflicto.
La valoración predominante en las FDI es que, aunque Hezbollah es más audaz y está dispuesto a asumir riesgos, no planea entrar en una guerra a gran escala. Se esperan "días de batalla", pero es difícil predecir exactamente en qué consistirán.
El Mando Norte de las FDI ya ha ajustado su preparación, ha reforzado sus defensas con medios más letales, ha desarrollado una respuesta a las posibles actividades de la fuerza Radwan, ha desplegado medidas para neutralizar un plan ofensivo con medios tecnológicos e incluso ha establecido una reserva de objetivos.
Tanto si se trata de una guerra amplia contra Hezbollah como de una ronda de combates, el golpe inicial determinará probablemente el alcance de conquista.
