En los últimos días, el mundo se ha dividido en relación a la superestrella del fútbol Cristiano Ronaldo, que casi anota un gol contra Uruguay y corrió a abrazar a todo el estadio, incluido el personal médico.
También ha sido ridiculizado por todas partes, y algunos se burlan del fenómeno portugués por "anotar con su gel para el cabello" o "golpear la pelota con un solo cabello". El casi gol de Ronaldo contra Uruguay se produjo después de un gol real que anotó en la Copa del Mundo contra Ghana, convirtiendo un penalti que se le otorgó en una decisión dudosa. Nada de lo que estar demasiado orgulloso.
Di lo que quieras, ríete de él todo lo que quieras, búrlate de su rutina de cuidado del cabello o de su carrera deportiva. Sin embargo, está claro que tiene una estrategia, más allá de su loca ambición de anotar a toda costa, que lo convirtió en quién es. Ronaldo no solo está jugando en la Copa del Mundo en Qatar, también está jugando en el campo de la historia.
Bruno Fernandes lanza un balón alto en el Estadio Lusail de Qatar, y Ronaldo se adentra más en los libros de historia. Ambos están en el mismo equipo pero juegan en diferentes dimensiones.
Está claro para Ronaldo que se convertirá en uno de los mejores jugadores que jamás haya jugado el hermoso juego y la cantidad de goles en la Copa del Mundo a su nombre será una de esas notas a pie de página que los libros de historia o Wikipedia recordarán. Así que trabaja para ello, aunque eso signifique disputarle un gol a su propio compañero y convertirse en un meme a corto plazo.
De vuelta en nuestro pequeño pantano, tenemos un líder, el primer ministro israelí con más años en el cargo, que ingresará a su sexto mandato y también juega en el campo de la historia.
El gobierno emergente de Benjamin Netanyahu claramente pasará a la historia de Israel, incluso antes de tomar una sola decisión, basado únicamente en la alineación que pronto saldrá a la cancha:
Itamar Ben-Gvir, un símbolo de la extrema derecha israelí, que ha sido condenado varias veces en el pasado por una gran cantidad de crímenes, se convertirá en el ministro a cargo de la ley y el orden.
Aryeh Deri, quien cumplió una sentencia de prisión y fue condenado nuevamente este año por evasión de impuestos, estará a cargo del dinero con un acuerdo de rotación.
El compañero de rotación de Deri para el Ministerio de Finanzas es Bezalel Smorich, quien recientemente causó revuelo después de que dio a entender que el Shin Bet estuvo involucrado en el asesinato de Yitzhak Rabin durante un discurso en un evento conmemorativo en honor al difunto primer ministro.
Por último, pero no menos importante, está Avi Maoz, del partido Noam, quien será nombrado viceministro en la Oficina del Primer Ministro y tomará el control de varios departamentos dentro del Ministerio de Educación, a pesar de sus extravagantes opiniones sobre la comunidad LGBTQ+.
Encabezando el equipo, el capitán Netanyahu, que actualmente enfrenta varios cargos de corrupción en su contra, está trabajando para socavar el sistema judicial de Israel, incluso si tiene que hacer varios cambios en la policía, el ejército u otras partes del Estado.
Incluso antes del inicio del partido, mientras el nuevo gobierno se alinea en la cancha, sonriendo a las cámaras y cantando el himno nacional, el comisionado de policía Kobi Shabtai ya envió un mensaje de que "un terrorista muerto es lo que quiero ver", mientras que un soldado de las FDI que se enfrentó a un activista de izquierda en Hebrón dijo que “Ben-Gvir va a traer orden en este lugar”.
Nuestro Ronaldo también, el que ha sido primer ministro durante más tiempo que nadie en la historia de Israel, parece preocuparse más por el aspecto individual que por su equipo o nación. Le da igual quién juegue a su lado, siempre y cuando él esté en el campo.
Tal vez, como al portugués, a Netanyahu le importa más que la historia recordará cuánto tiempo estuvo en el cargo y cómo gobernó sobre nosotros, y menos cómo será el curso de los próximos días, incluso si significa que también habrá historias sobre extremistas, racistas y pirómanos.
Entonces, cuando el silbato inicial está a punto de sonar, nuestro Ronaldo podría marcar, o casi marcar, y correr a abrazarse con sus compañeros de equipo. Pero no esperes ver un fútbol hermoso de una alineación que llegó lista para romper algunos tobillos.
La democracia, la igualdad y los valores morales se encontrarán retorciéndose de dolor en la cancha. Habrá codazos y tackles peligrosos. Tarjetas amarillas, tarjetas rojas, tarjetas negras. Que Dios nos ayude.
