Espectaculo Cirque du Soleil
Espectaculo del Cirque du Soleil
Matt Beard
Eden Bejar cumplió su sueño: trabajar en el Cirque du Soleil

Eden Bejar: "Me siento como embajador de mi país"

A la edad de 27 años, cumplió un sueño: ser baterista del espectáculo estrella del Cirque du Soleil. Bejar cuenta, en una entrevista realizada meses antes de la presentación del grupo en Tel Aviv, sus experiencias entre bambalinas, los viajes por todo el mundo y el miedo al coronavirus: “No nos detendrá en nuestro afán de darle alegría a la gente”

Ran Booker |
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Bejar no olvidará la primera vez. Después de muchas pruebas, Eden Bejar –de sólo 27 años– se convirtió en el baterista del espectáculo estrella del Cirque du Soleil. “Fue en Málaga. Hasta me acuerdo del día exacto: un 9 de octubre”, cuenta en una entrevista telefónica desde España. “Yo había ensayado mucho, y había hecho gimnasia. Además de todo lo que había que recordar en lo que se refiere al espectáculo, tenía que maquillarme, y ése fue el principal escollo. Porque yo sé tocar la batería, pero maquillarme no tanto. Hay tantas cosas a las que prestar atención en un espectáculo… Me sentía muy estresado, pero yo sé cómo canalizar esa presión que sentía hacia un lugar positivo y no hacia el lugar en el que se pierde el control”.
Pregunta: ¿Cuál fue el momento más estresante?
Respuesta: “En el espectáculo hay un momento en el que hago un solo. Que toco yo solo en medio del escenario. Fue una experiencia que no había tenido en la vida. Yo, tocando solo frente a 2.600 personas en España. Jamás había sentido algo igual”.
Bejar, que nació en la ciudad de Holon, próxima a Tel Aviv, hizo el servicio militar en la orquesta del Ejército israelí, y tenía sólo 8 años cuando vio por primera vez un espectáculo del Cirque du Soleil. Su padre se lo mostró en un DVD. Siete años después viajó a Amsterdam para verlos en vivo. Y hace cuatro años se produjo el primer contacto que lo convirtió en el único israelí en integrar el espectáculo Kooza, del famoso circo. “Me acuerdo que ellos actuaban en el Palacio Menora Mivtajim, de Israel, y yo me puse en contacto con el baterista a través de un amigo en común. Fui detrás del escenario, y ésa fue la primera vez que vi lo que sucedía entre bambalinas en un espectáculo de esa envergadura. Fue inspirador. Y me dije a mí mismo ‘algún día trabajaré en un lugar como éste’. En realidad, fue en ese preciso momento que decidí que quería estar allí”.
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Eden Bejar
Eden Bejar
Eden Bejar cumplió su sueño: trabajar en el Cirque du Soleil
(Ynet)
Pero el camino hasta allí no fue fácil. Bejar pasó cuatro pruebas (auditions, en inglés) hasta que lo aceptaron. Una de las pruebas fue en Canadá. “Lo que me pasó no sucede con frecuencia. Entrar al Cirque du Soleil y formar parte del grupo fue todo un desafío, para nada fácil, y una larga aventura. Tuve cuatro pruebas para otros tantos espectáculos diferentes. Llevó mucho tiempo, pero valió la pena”. Hace unos seis meses, finalmente, le llegó la respuesta de que lo aceptaban. “Cuando me incorporé, todos ya me conocían”.
P.: ¿Cómo sucede algo así?
R.: “Primero se envía un correo electrónico con una foto, y una breve descripción del candidato. Cuando empecé, todos me preguntaron si yo era el nuevo baterista, y me desearon suerte. Eso hace que uno se sienta bien.
P.: ¿Y cómo es estar allí?
R.: “Nosotros, el equipo, estamos todo el tiempo juntos; es una relación muy intensa. Por eso los lazos se estrechan bastante rápido. Allí eso sucede muy rápido”.
P.: Ustedes van de un lugar a otro. Cuéntenos cómo se vive eso.
R.: “Cada ciudad es una historia completamente diferente. Por ejemplo, en Sevilla, España, estuvimos trabajando ocho semanas, y en Madrid doce. Está previsto que en Francia estemos seis semanas, en cada una de las cuales habrá nueve espectáculos. Cada uno tiene una habitación individual en un hotel, o compartimos un apartamento. Nunca compartimos una misma habitación. En el tiempo libre, me gusta pasear por la ciudad, ensayar y hacer gimnasia temprano, hablar por teléfono con mi familia, descansar y dormir, y comer bien”.
P.: ¿No le resulta difícil?
R.: “Uno está en el Cirque du Soleil al ciento por ciento. Veo eso como algo positivo, no como una limitación. Es algo que me encanta hacer, y me permite vivir al máximo como músico. Disfruto todo el tiempo. Todavía siento que es un sueño estar aquí. Es cierto que he trabajado duro, pero para mí todavía es como un sueño... Es como si fuera demasiado bueno para ser verdad”.
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Espectaculo Cirque du Soleil
Espectaculo Cirque du Soleil
Espectaculo del Cirque du Soleil con el vestuario de Marie Chantal Vaillancourt
(Matt Beard)
Después de haber recorrido caminos durante seis meses, Bejar tiene previsto volver a Israel pero no para estar con la familia, sino para una gira y una serie de espectáculos en el Parque Hayarkon de Tel Aviv, en junio. “Tengo muchas ganas de estar en Tel Aviv; es algo que espero con todo mi ser. Me siento orgulloso de actuar en Israel en presencia de toda mi familia y de mis amigos”.
P.: ¿A sus compañeros les interesa la visita a Israel?
R.: “Muchos de mis compañeros quieren llevara su familia en el viaje a Israel, y me preguntan si es peligroso. Me han hecho todo tipo de preguntas, pero yo los tranquilizo y les digo que Tel Aviv es una ciudad increíble, y que la época en la que vamos a estar allí es perfecta. Yo me siento como embajador de Israel. Pero independientemente del viaje, el hecho de que yo sea israelí se plantea con bastante frecuencia. Por ejemplo, cuando estuvimos en Madrid era Januca (la Fiesta de las Luminarias de los judíos), y mis compañeros me hicieron una fiesta para que me sintiera como en casa. Somos de veinticuatro países diferentes, y el grupo hace una especie de ensalada con las fiestas de todos y cada uno. Para que tenga una idea, yo puedo estar almorzando en la misma mesa con gente de Rusia, Mongolia, Francia y Brasil. Es genial; somos una gran familia”.
P.: Con todo, estar en esta época con gente de tantos países, además de viajar –ya sea por avión o por tierra– de un lugar a otro, ¿no le preocupa por el coronavirus?
R.: “Nos acompaña todo el tiempo un equipo médico, que es uno de los mejores que he conocido. Ese equipo médico nos dice cómo manejarnos, cómo mantener la higiene, dónde ir, qué hacer y qué no hacer. Ellos hacen todo lo necesario para evitar que nos contagiemos. Hay infectados en Francia y en España, pero eso no nos detendrá en nuestro afán de darle alegría a la gente. No andamos con mascarillas; simplemente somos conscientes de la situación”.
Hacia el final de la conversación, Bejar quiere decir algo más: “No pienso que todos tienen que quererme, pero yo de verdad me he demostrado algo a mí mismo: que si uno trabaja duro y quiere algo de verdad, es posible conseguirlo. Y quiero transmitir este mensaje a otras personas que trabajan duro para cumplir un sueño, y que tienen momentos difíciles: sencillamente no renunciar jamás a lo que se quiere”.
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