Gran Hermano, uno de los reality show más populares a nivel mundial, comenzará en diciembre una nueva temporada de su versión israelí y busca que algún integrante de las protestas contra el gobierno se sume al programa.
Así lo confirmaron diferentes miembros de organizaciones que se manifiestan cada semana en el país, quienes se expresaron en contra de una estrategia televisiva que, según entienden, banaliza la discusión política.
“¿Qué harías si tuvieras en frente a un seguidor de Netanyahu”?, aseguran que preguntó uno de los reclutadores de la producción, que se comunicó telefónicamente con una mujer que participa de las marchas contra el primer ministro.
En otras conversaciones, a las cuales Ynet tuvo acceso, se escucha a uno de los productores argumentar que “es importante que alguien entre a la casa a transmitir tus mensajes” y que se trata de “un debate público importante”.
Yael Rap, activista del movimiento Kumi Israel, se expresó “en contra de un discurso de odio y que fomenta luchas entre la derecha y la izquierda” y aseguró que su agrupación justamente nació con el objetivo de “romper ese tipo de discurso”.
Por su parte Yaniv Segal, uno de los líderes del “Frente Rosa”, también fue contactado por la producción de Gran Hermano: “Intentaron convencerme de que serviría para nuestra agenda”, contó.
El movimiento juvenil Kumi Israel emitió un comunicado que condena la “cultura de los realitys basura que incitan a la división y polarización de la sociedad israelí” e instó a quienes participan de las marchas contra el gobierno a que “rechacen este intento manipulador de convertir la lucha por nuestro futuro en un producto televisivo superficial”.
Ante las críticas públicas, desde el programa respondieron que “la casa de Gran Hermano siempre fue un lugar que une a las personas y representa una variedad de opiniones”.