Los cristianos celebraron el viernes el regreso a Tierra Santa de una pequeña reliquia de madera, que según ellos era parte del pesebre de Jesús, casi 1.400 años después de que fuera enviada a Roma como un regalo para el Papa.
La tradición cristiana sostiene que José y María viajaron a Belén para registrarse en el censo romano y no encontraron lugar en la posada, lo que obligó a María a dar a luz a Jesús en un pesebre donde estaban los animales. La idea de que el hijo de Dios nació en un entorno humilde es fundamental para la teología cristiana.
Los cristianos nombran la historia oral y la tradición como prueba de la autenticidad de las reliquias, incluido el pesebre de madera. Aseguran que las primeras comunidades cristianas preservaron y veneraron objetos relacionados con Jesús, transmitiéndolos a través de las generaciones como reliquias familiares.
"Cuando hay una tradición muy antigua y continúa podemos decir que la reliquia es verdadera", declaró el hermano Francesco Patton, custodio de la orden franciscana en Tierra Santa. "Por supuesto, no tenemos una foto del pesebre cuando nació Jesús", agregó.
El viernes, alrededor de 50 fieles asistieron a una misa especial con la reliquia en exhibición. La pequeña pieza de madera se conservó en una cruz de plata adornada que se exhibe al lado del altar.
Su esposo, Karl Heinz Fleckenstein, un escritor y teólogo alemán, comentó que tener la reliquia en Tierra Santa les da "coraje" a los cristianos para permanecer en la cuna de su fe, donde décadas de guerra, conflicto y emigración han diezmado las comunidades cristianas.
"Nos da la seguridad de que Jesús no es sólo una historia", sostuvo. "Jesús nació en Belén, el hijo de Dios se hizo hombre en una tierra, en cierto período, con cierta gente. Así que esto es una prueba para nosotros".