Se cumplieron 80 años del estreno de la película El Mago de Oz, un clásico que traspasó las pantallas del cine, y el director Eyal Boers conversó con Ynet sobre el vínculo entre esa historia de fantasía con el contexto del judaísmo en vísperas de la Segunda Guerra Mundial.
Harold Arlene y Yep Harburg son dos compositores mundialmente reconocidos por la musicalización de la película y especialmente por la canción "Over the Rainbow" (tras el arcoíris), a criterio de Boers el principal nexo entre El Mago de Oz, el judaísmo y el sionismo.
Arlene y Harburg eran judíos, inmigrantes de ultraortodoxos de Europa del Este y hablaban idish, por lo que Boers elaboró una teoría alrededor de esos orígenes: "La tierra más allá del arco puede no ser la tierra de Oz, sino la tierra de Israel a la que los judíos europeos de esa época querían escapar", afirmó en relación a un momento histórico en el que todavía no se había iniciado la etapa más sangrienta del Holocausto, pero sí comenzaban a cerrarse las fronteras y las posibilidades para el judaísmo europeo.
Además, Bours destacó que 124 personas enanas participaron del film, y que la mayoría de ellos eran inmigrantes austríacos y alemanes que llegaron a Estados Unidos después de la Primera Guerra Mundial. "Si se hubieran quedado allá probablemente los hubieran ejecutado, así que indirectamente la película, producida por tres judíos, salvó a 124 personas del holocausto", analizó al respecto.