Después de finalizar un concierto en Nueva York, el músico israelí Idan Raichel conoció al empresario argentino Fernando Kiguel, quien le comentó acerca de un sueño que había tenido durante toda su vida y que no había logrado convertirlo en realidad: ser flautista en una orquesta.
Después de haber cumplido 60 años, Kiguel sufrió un paro cardíaco del cual pudo recuperarse. A partir de ese momento, se dijo a sí mismo que debía cumplir su sueño. Volvió a practicar con su flauta, pero sus pruebas para ingresar a una orquesta no fueron muy exitosas, por lo que decidió usar todos sus ahorros para formar su propia orquesta.
Kiguel soñó con tener una orquesta con un repertorio amplio y con un director propio para presentarse frente al público. No obstante, puso una condición: él debía ser el segundo flautista de dicha orquesta.
Semanas después de su primer encuentro en Nueva York, Kiguel invitó a Raichel a visitar Buenos Aires para tocar algunas de sus canciones con "Ensamble Sinfónico 21", la orquesta formada por el empresario.
Desde entonces, Raichel viajó a Buenos Aires en reiteradas oportunidades para realizar conciertos junto a la orquesta de Kiguel, y recientemente presentó el disco "The Idan Raichel Sypnhonic Project: Live in Buenos Aires" con lo mejor de sus presentaciones en Argentina durante los últimos años.
–¿Cómo surgió la idea de hacer un disco después de las presentaciones en Buenos Aires?
–Después de haber llevado a cabo conciertos en Nueva York, Fernando Kiguel se comunicó conmigo por primera vez, me contó sobre una orquesta que había formado y me ofreció ir a Buenos Aires para realizar un concierto. Inmediatamente después del primer ensayo, sentí que iba a ser algo muy especial. Le propuse llevar un equipo para grabar todo. Y eso fue lo que hicimos.
–¿Qué piensas de la orquesta?
–Hay muchas orquestas en el mundo. La diferencia entre ellas es el sonido, la relación de los músicos con el director y el repertorio. Pero las orquestas verdaderamente especiales, y no hay muchas de ellas, son aquellas en las que a las personas les gusta tocar juntas. Y eso, desde mi punto de vista, es lo más importante, ya que se puede escuchar su pasión y su devoción por la música a través de su interpretación. Y esta orquesta cumplía con esas características.
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De izquierda a derecha: Idan Raichel, Marta Gómez, Fernando Kiguel , Matias Scheines , Ezequiel Silberstien, Maya Avraham e Yahalom David.
(Nicolás Kremenchuzky)
– ¿Habías tocado con orquestas en el pasado?
–Sí. Pero creo que esta orquesta, que nació a partir del sueño de Fernando, es muy especial, porque es casi social. Su repertorio es muy amplio. Su aspecto más significativo es su amor por la música, por lo que se centran principalmente en pasarla bien mientras tocan y no tanto en el repertorio en sí. Pienso que eso es simplemente maravilloso.
–¿Esta no fue tu primera vez en Argentina, cierto?
–Llegué a Argentina por primera vez a la edad de 12 años. Llegué al país con una compañía de danza de Hod Hasharon y nos presentamos allí con el Ballet de Arte Folclórico Argentino de Miguel Ángel Sarabia. Estuvimos alrededor de un mes y llevamos a cabo espectáculos en los clubes judíos Hacoaj y Macabi.
–Tu relación con Argentina también se refleja en el hecho de que sabes tocar el acordeón. ¿Por qué te interesó este instrumento musical?
–Después de la Segunda Guerra Mundial, una parte de la familia se asentó en Israel y otra en Buenos Aires. Y mi abuelo fue a visitar a sus hermanos a Argentina, desde donde regresó con un acordeón, que aún tengo en casa.
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Concierto en Buenos Aires de Idan Raichel y la orquesta formada por Fernando Kiguel.
(Leonardo Kremenchuzky)
–¿Cómo te recibió el público durante tus últimas presentaciones en Argentina?
–Nos encontramos con una comunidad judía muy cálida y nos querían invitar a todos lados. Es muy bueno ir a un país como este que te hace sentir en casa desde el momento en que uno llega. Argentina, así como el continente en general, es muy especial.
–¿Cuáles son tus expectativas respecto del nuevo disco?
–Quiero que las personas disfruten de la música y que les despierte interés la historia que hay detrás de ella; de una persona que decide cumplir su sueño y lo persigue con todas sus fuerzas. Y espero que la historia de Fernando inspire a la gente a luchar por sus sueños, incluso sin esperar a un paro cardíaco, que fue lo que impulsó a él a avanzar con el proyecto. Y ese es el mensaje más importante.
–¿Volverás a Argentina?
–Por supuesto. Estamos esperando la oportunidad para volver a tocar con esta orquesta, ya que es una experiencia muy especial.
