El levantamiento de la sociedad iraní contra el régimen ayatola llegó a la Copa del Mundo: los jugadores de la selección de fútbol de Irán se abstuvieron de cantar el himno nacional en los minutos previos al partido ante Inglaterra, en protesta por la represión contra las “Marchas del Hiyab” que provocaron cientos de muertos en la República Islámica.
Además del silencio de los jugadores, durante la interpretación del himno la multitud del estadio, que incluía a miles de iraníes que apoyan al equipo en Catar, se hizo escuchar con abucheos. La televisión estatal iraní evitó exhibir en pantalla a los jugadores de su selección durante el himno para que el mensaje de protesta no llegue al país.
Las “Marchas del Hiyab” en Irán comenzaron a mediados de septiembre tras la muerte de Mehsa Amini, una joven de 22 años que murió bajo custodia policial luego de que la arrestaron por vestir el hiyab de manera incorrecta y violar así las leyes de modestia que rigen sobre las mujeres iraníes.
La muerte de Amini provocó que una multitud poblara las calles iraníes con consignas contra el líder supremo Alí Khamenei, exigiendo una ampliación de las libertades individuales y la abolición de leyes opresivas como la que prohíbe a las mujeres exhibir su cabello en espacios públicos. Las fuerzas de seguridad del régimen lideraron una brutal represión que, según reportes, derivaron hasta el momento en el asesinato de más de 400 personas.
El régimen iraní, que culpa por las manifestaciones a enemigos externos como Estados Unidos, Israel y países occidentales de Europa, afronta uno de los mayores desafíos desde que llegó al poder tras la Revolución Islámica de 1979. El enojo por la muerte de Amini se suma a un contexto de crisis económica y el disgusto que grandes grupos de la población sienten hacia un gobierno extremista, religioso y corrupto que impone severas restricciones a sus vidas.
A pesar del temor a represalias, la selección de fútbol iraní ya había exhibido algunas señales de descontento con la situación del país. En la conferencia de prensa del domingo, a horas del debut mundialista contra Inglaterra, el capitán Ehsan Hajsafi expresó sus “condolencias a las familias iraníes en duelo” y afirmó: “La situación de nuestro país es injusta y nuestra gente no está contenta, queremos que sepan que estamos con ellos, los apoyamos y empatizamos”.
Las palabras de Hajsafi se suman a otras manifestaciones implícitas y sutiles de jugadores de la selección iraní que repudiaron al régimen. El portero Hossein Hosseini y el mediocampista Vahid Amiri, por ejemplo, expresaron solidaridad y enviaron condolencias a las familias de los iraníes que murieron durante las protestas.
El peso político de la Copa del Mundo para los jugadores iraníes se hizo sentir para los jugadores desde el sorteo de la fase de grupos: en sus dos primeros partidos enfrentarán a Inglaterra y Gales, integrantes de Gran Bretaña y fuertes críticos del régimen de Teherán, y en el cierre de la zona enfrentarán a Estados Unidos, país que los ayatolas consideran su mayor enemigo y llaman “el gran diablo” de la arena internacional.
