Hace unos años, sólo quedaban tres gacelas de montaña en los cada vez más reducidos espacios verdes de Jerusalem, ya que el resto había sido víctima de los depredadores, los atropellos y el desarrollo urbano.
Hoy en día la especie en peligro de extinción se recuperó y una manada de unos 80 de estos gráciles animales recorre una pequeña reserva natural dentro de la mayor ciudad de Israel, el Parque del Valle de las Gacelas.
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Una gacela de montaña rodeada de pájaros en el Valle de las Gacelas, una reserva natural urbana en el corazón de Jerusalem.
(AFP)
La población de gacelas de montaña en Israel se estima actualmente en unas 5.000, pero está disminuyendo debido a la urbanización y otras presiones, según un estudio reciente de Yoram Yom-Tov, de la Universidad de Tel Aviv.
Creado hace seis años por el Ayuntamiento de Jerusalem y la Sociedad para la Protección de la Naturaleza (SPN), el oasis verde se encuentra dentro de una de las zonas de desarrollo urbano más densas de la ciudad.
En la actualidad, el parque, que puede visitarse gratuitamente, es el único en Israel donde las gacelas viven protegidas, un santuario muy necesario para una especie sometida a intensos ataques.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza incluyó a la gacela de montaña en su Lista Roja en 2017, afirmando que su población estaba disminuyendo debido a la caza furtiva, los atropellos y la degradación del hábitat.
"Colocamos a las gacelas en un entorno lo más natural posible, para no hacerlas dependientes de los humanos y poder liberar algunas de ellas en la naturaleza en el futuro", explicó la directora del parque, Yael Hammerman-Solar.
La población de gacelas de montaña en Israel se estima actualmente en unas 5.000, pero está disminuyendo debido a la urbanización y otras presiones, según un estudio reciente de Yoram Yom-Tov, de la Universidad de Tel Aviv, y Uri Roll, de la Universidad Ben Gurion de Be'er Sheva.
En Jerusalem, hace varios años, la construcción de una carretera de circunvalación "bloqueó repentinamente el corredor que permitía a las gacelas llegar a otros espacios abiertos fuera de Jerusalem", contó Hammerman-Solar.
"Los animales, atrapados en el valle, fueron diezmados por perros callejeros y chacales o fueron atropellados por los coches que circulaban por la carretera de circunvalación", añadió.
El SPN cercó entonces el espacio verde de unas 25 hectáreas y reintrodujo una docena de animales, una manada de cría que desde entonces creció hasta superar los 80 individuos.
El parque limita al este con una futura línea de tranvía y al oeste con un complejo inmobiliario en la cima del acantilado llamado Holyland.
El Parque del Valle de las Gacelas, con una serie de estanques, aporta también otros beneficios a la Ciudad Santa, según Amir Balaban, jefe de flora y fauna urbana de SPN.
El parque, que alberga diversas plantas autóctonas y una rica avifauna, actúa como un pulmón verde y un espacio recreativo "regulando la temperatura, produciendo oxígeno... y ofreciendo a los residentes un lugar para conectar con la naturaleza".
