El año del calendario hebreo comienza a fines del verano, cuando el clima todavía es cálido y los paisajes secos, pero las primeras flores del otoño comienzan a brotar del suelo y vestir las colinas de blanco. Además, antes de la llegada del frío, es la última oportunidad para sumergirse en el agua.
Por eso Tishrei, el primer mes del año judío (entre fines de septiembre y principios de octubre), es el momento ideal para conocer dos destinos turísticos israelíes poco conocidos: el parque nacional Tel Yodfat en la Baja Galilea y los paseos del río Zavitan Alto.
Tel Yodfat es uno de los sitios arqueológicos más bellos e interesantes del país. En tiempos bíblicos allí se erigió una ciudad y durante el período del Segundo Templo existió un asentamiento judío. Durante el estallido de la Gran Revuelta en el 67 d.C. la ciudad estuvo sitiada durante 47 días, hasta que los romanos lograron conquistarla, destruirla y matar a la mayoría de sus habitantes.
Se puede recorrer el sitio a través de un sendero corto y un camino hasta el mirador del monte Atzmon. Pero además de su valor arqueológico, Tel Yodfat destaca por un paisaje hermoso que llegando el otoño se llena con miles de orquídeas que tiñen al cerro de blanco.
Si bien se los considera una flor de otoño, los lirios y las orquideas comienzan a florecer a mediados de agosto y las vacaciones de Tishrei son el momento ideal para verlas en todo su esplendor.
Esta época del año también coincide con los últimos días del verano, ya sin los días de calor tan agobiantes de julio o agosto, pero lo suficientemente agradables para prácticas de senderismo bajo el sol y disfrutar del agua. La parte alta del río Zavitan es un destino ideal.
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El río Zavitan, uno de los lugares más bellos de los Altos del Golán.
(Gilad Carmeli)
El Zavitan es uno de los sitios más bellos de los Altos del Golán y la caminata por la ruta superior del río presenta su mejor versión de piscinas naturales con paredes de acantilados, conformados por paredes que recuerdan la lava que alguna vez fluyó por los volcanes de la zona.
Un sendero dirige a los visitantes hasta el mirador de la cascada que nutre a la piscina principal, y se puede descender hasta la cascada que la nutre. Ese descenso se realiza a través de un camino empinado y algo dificultoso, pero quién se atreve a realizarlo obtiene un premio: dos grandes pozos de agua de 8 metros de profundidad.
Regresar desde allí hasta la zona de vehículos puede demorar hasta 45 minutos. ¿Parece mucho? Puede ser. Pero desperdiciar la oportunidad de disfrutar de los climas más agradables de Israel puede demorarse un año, hasta el próximo mes de Tishrei y sus feriados festivos.
