[La empresa israelí Dead Sea Works se dedica a la producción de canteras en la zona del mar Muerto. Produce principalmente compuestos de potasa y bromo, y tiene la materia prima para producir magnesio. La empresa es el cuarto mayor productor y proveedor mundial de productos de potasa. También produce cloruro de magnesio, sales industriales, sales de baño, sal de mesa y materias primas para la industria cosmética. Se encuentra en la cuenca sur del Mar Muerto, y los productos químicos extraídos se exportan a todo el mundo. En lugar de extraer la potasa y otros minerales del Mar Muerto, la empresa utiliza la evaporación solar con piletas o estanques de evaporación de dos metros de profundidad].
No es un “río secreto”, pero sí un lugar peligroso. El “río secreto”, a lo largo del recorrido del riachuelo de aravá en la zona del Mar Muerto, que se muestra aquí y del que se ha hablado mucho en las redes sociales, es en realidad un fenómeno conocido hace décadas, y sobre el que se han hecho varios estudios. Éstos tratan sobre cómo penetra en el riachuelo o arroyo la salmuera que fluye de las piletas de evaporación de la empresa Obras del Mar Muerto, que se encuentra en la zona. En las orillas del canal no hay vegetación, y el acceso al lugar está prohibido debido a las minas personales y a los sumideros que hay allí.
Investigadores del Instituto Geológico, que estudian la zona del mar Muerto y sus abundantes fenómenos geológicos, conocen el fenómeno del llamado “río secreto” desde hace varias décadas. Y publicaron una aclaración en su página de Facebook: “Los investigadores del Instituto se han dedicado a estudiar desde finales de la década del ’80 lo que acontece desde esta parte del riachuelo de Aravá y del derrame de sal en el estuario. La investigación se dio a conocer en varios artículos y en un gran número de congresos profesionales y públicos tanto en Israel como en otros países”.
No es un “río secreto”, pero sí un lugar peligroso. El “río secreto”, a lo largo del recorrido del riachuelo de Aravá en la zona del Mar Muerto, que se muestra aquí y del que se ha hablado mucho en las redes sociales, es en realidad un fenómeno conocido hace décadas, y sobre el que se han hecho varios estudios. Éstos tratan sobre cómo penetra en el riachuelo o arroyo la salmuera que fluye de las piletas de evaporación de la empresa
Dente, que actualmente trabaja en el Instituto Shamir para la Investigación del Golán y en el Instituto Geológico, explicó que “el canal que vemos es una continuación del riachuelo de Aravá, al norte de las piletas de evaporación y hasta el mar Muerto. El riachuelo de Aravá se alargó tras el descenso del nivel del mar Muerto y después de que se secara el lago situado al sur del mar Muerto. En el pasado, el riachuelo se vertía en la cuenta sur, y ahora, después de que se secara en la década del ’80, se vierte en la cuenca el norte. Como sabemos, el riachuelo de Aravá fluye a casi todo lo largo sólo cuando hay inundaciones. La sección de la que hablamos es una sección que fluye en parte entre las piletas de evaporación de la empresa Obras del Mar Muerto, tanto del lado israelí como del jordano, y se alimenta en la mayor parte de la salmuera de esas piletas”.
Dicho de otro modo, el agua que vemos es en realidad una solución salina o salmuera, agua más concentrada que la del mar Muerto. Dente explicó que en las últimas décadas el riachuelo se alargó y el canal se hizo más profundo. “Dado que hay un canal de flujo continuo, y la infraestructura en la que fluye es muy blanda, con el descenso del nivel del mar Muerto y al quedar expuestas pendientes abruptas del suelo, reaccionó con rapidez”. Es decir que el canal se volvió más profundo y creó el cañón que vemos en las fotos. “El riachuelo se seguirá reduciendo a medida que descienda el nivel del mar Muerto en el futuro, a un ritmo de decenas de centímetros al año”.
“Se trata de un paisaje que evoluciona y cambia, y es muy dinámico”, agregó Dente. “Es muy importante subrayar que en toda esta zona hay a veces inundaciones intensas. En parte del lago de drenaje situado al sur hay campos de minas. Y cada inundación puede arrastrar minas, parte de las cuales llegan hasta las riberas del canal y hasta el canal mismo, y se quedan allí”. Algunas de las minas son visibles y otras están enterradas. “¡No es en absoluto recomendable pasearse por allí!”, advirtió. El investigador añadió que las riberas no son estables, y corren el riesgo de colapsar y derrumbarse de repente. “Además, en el lugar hay sumideros activos”.
El Instituto Geológico emitió una advertencia: “Tenemos que enfatizar e insistir en que no hay que pasearse por la zona. Esta es una zona peligrosa, y está llena de minas personales arrastradas en las inundaciones y dispersas a lo largo del riachuelo (en la orilla, en las terrazas y en el canal mismo). Las minas incluso pueden estar enterradas debajo de una fina capa de sedimento. Además, la infraestructura en la zona es muy inestable: las orillas a menudo se derrumban de repente, y cerca hay sumideros activos”.
También Itai Gabrieli, uno de los principales investigadores del Instituto Geológico, explicó el fenómeno: “La empresa Obras del Mar Muerto extrae materiales de las piletas de evaporación, y al final liberan de vuelta al riachuelo de Aravá la solución salina de las piletas de evaporación. Y del riachuelo de Aravá fluyen al mar Muerto. Esta es la cuestión. La solución salina o salmuera que hay en el riachuelo de Aravá penetra allí. En las fotos se puede ver la sal, un sedimento blanco. ¿Cómo sabemos que se trata de una solución salina? Alrededor no hay nada verde. En el desierto, cuando hay un poco de agua, todo florece y se vuelve salvaje. La solución salina tiene vida. Si no fuera por la empresa Obras del Mar Muerto, este riachuelo no existiría: es parte de un proceso industrial”.
Por su parte, el Dr. Nadav Lanski, del Instituto Geológico, agregó: “Nosotros, en el Instituto Geológico, conocemos el fenómeno desde que las cuencas del mar Muerto se separaron y desconectaron en la década del ‘80, o incluso antes. Lanski, que estudia la zona desde hace 17 años, explicó que no se trata de un fenómeno desconocido. “El río es un río en el sentido de que fluye todo el año. Porque la empresa Obras del Mar Muerto vierte salmuera todo el año. Es un río extraño, sin duda. Y resulta muy difícil llegar a él. Se encuentra en una zona en la que hay minas personales. Nosotros sobrevolamos la zona en helicóptero, o entramos en bote. Pero no tiene sentido andar por allí a pie, habiendo un campo de minas”.
A su vez, Iojanan Artsi, ingeniero de la empresa Obras del Mar Muerto, explicó en mensajes que publicó en las redes sociales que “así como la empresa extrae agua y llena las piletas, también las devuelve al mar. Esas soluciones vuelven al mar Muerto a través de un canal del riachuelo de Aravá. Debido a las crecientes diferencias de altura entre las piletas y el mar, el agua que vuelve al mar desde las piletas, y sobre todo agua de las inundaciones estacionales en el riachuelo de Aravá, profundiza el canal del riachuelo de Aravá, y se crea una grieta que fluye. Es importante entender que no hay ningún secreto y nada oculto; por el contrario. El cañón no está en peligro, sino que por el contrario está alimentado por las piletas de evaporación (nuestras y de los jordanos), y se seguirá profundizando a medida que las piletas de evaporación sigan funcionando”.
Como se dijo, no se trata de un fenómeno de la naturaleza, sino de un fenómeno geológico hecho por el hombre. El hecho de que esté expuesto se debe, entre otras cosas, a un plan que se está debatiendo y que puede perjudicar los fenómenos artificiales de la zona. En el Ministerio de Medio Ambiente señalaron que quienes están involucrados en el plan y conocen a fondo los fenómenos ambientales del lugar no han entrado a la zona debido a que es peligrosa. Y visitarla supone un verdadero peligro. Pero señalaron al mismo tiempo que vale la pena estudiar y calcular el valor medioambiental de estos fenómenos antes de que se den más permisos de construcción (de hoteles, por ejemplo, que abundan en la zona).
El lugar no es conocido sólo por quienes trabajan en el lugar, por los ministerios y por los geólogos. El fotógrafo aéreo internacional Israel Berdugo, que ha sacado fotos del mar Muerto desde helicópteros en los últimos diez años, indicó en una entrevista a Ynet: “En realidad, los pilotos y todo el equipo de nuestra compañía han volado por encima del canal del riachuelo durante años. El flujo allí no es intenso a lo largo del año. Es importante señalar que jamás se me ha ocurrido aterrizar allí; es un campo minado y una zona de sumideros. En resumen, da mucho miedo y que Dios nos ampare”.
Berdugo comentó: “Hace años que vendemos fotos del ‘río secreto’ a través de nuestro sitio web”.
