Puede ser difícil de imaginarlo, pero algunas tecnologías que usamos diariamente no eran más que ideas innovadoras hace poco más de una década. El sistema operativo líder en 2009 era Nokia Symbian, YouTube era un recién nacido, y la nube era un concepto vago para muchos.
Ahora, hay cuatro mil millones de smartphones en en el mundo que se venden anualmente a millones de personas, la mayoría de nosotros está suscripto a un servicio de streaming, y los servicios de la nube son usados por cualquiera que utilice Google o Microsoft tanto en la oficina como en las escuelas y hogares.
2 צפייה בגלריה
Google Glass nunca logró superar los temores de los usuarios en torno a la privacidad.
(Wikimedia)
Todas estas tecnologías comenzaron como ideas que los inversores consideraron prometedoras y dieron resultados rápidos. Pero en la última década hubo varias que no alcanzaron su potencial o no fueron rentables. Después de todo, los vehículos eléctricos fueron inventados al mismo tiempo que los de combustión interna, pero hizo falta un siglo adicional para que salieran al mercado.
A continuación, se detallan algunas de las tecnologías que prometían ser grandes éxitos, pero fracasaron o aún les falta cumplir su potencial:
- Realidad virtual y aumentada: la promesa de que todos caminaríamos con lentes de realidad aumentada fue difundida por Google desde el comienzo de la década. Pero en 2013, Google Glass no logró sobreponerse a una sociedad que aún no está dispuesta a abandonar su privacidad. El campo de la realidad virtual puede estar creciendo en un 27% anual, pero está lejos de ser aceptado como los smartphones.
- Blockchain y bitcoin: este sector es realmente desconcertante. Por un lado, bitcoin se disparó en valor y creó a varios millonarios virtuales, pero por otro, es extremadamente difícil de usar en el mundo físico. Mientras tanto, se suponía que blockchain reemplazaría a abogados y autoridades en lo que respecta a pruebas de credibilidad y autenticación. Y si bien grandes compañías como IBM y Oracle Corp. trataron de incorporarlo, nadie realmente lo quiso ya que existen tecnologías que ofrecen la misma solución a menor costo.
- Chatbots: las compañías que ofrecen servicios de contacto con cliente veían un potencial lucro en el software diseñado para imitar una respuesta humana, pero tres años más tarde, los chatbots son percibidos por los usuarios como un obstáculo para llegar a un representante humano. Esta tecnología puede brillar en el futuro, ya que Google Assistant y Alexa demostraron ser capaces de tener una conversación casi natural con un cliente humano que ordenaba un envío de flores.
- Internet de las cosas: esta tecnología prometía conectar nuestra heladera con el supermercado para reponer leche, permitir que la televisión determinará quién la veía y mostrarle sus canales favoritos, o tener maquinaria industrial capaz de tener el inventario actualizado. Pero estas ideas chocaron con las preocupaciones sobre la seguridad de la privacidad y la información, generadas por hackeos de cámaras web, ataques informáticos a través del refrigerador, y situaciones similares.
- Drones: se suponía que estos vehículos no tripulados llevarían nuestras pizzas y paquetes a nuestros hogares, y empresas como Google y Amazon han hecho intentos por implementarlos, pero sin gran éxito. El problema radica en que los drones carecen de una regulación apropiada, y nadie ha descubierto cómo convertirlos en una herramienta segura y confiable.
- Vehículos autónomos: si bien Elon Musk estimó que para el 2020 habría 10 millones de autos autónomos en las calles, actualmente solo hay unos cuantos cientos siendo usados en pruebas. El problema principal es que la tecnología aún debe madurar, ya que es extremadamente difícil dar el control del volante a una computadora que reemplazará el juicio de un conductor humano. Asimismo, las aseguradoras no han desarrollado políticas relevantes.
Todas las tecnologías mencionadas previamente aún deben cumplir con los planes de los visionarios que las idearon o invirtieron en ellas, pero eso no significa que en la próxima década no revolucionarán nuestras vidas cotidianas. A veces, solo hace falta un pequeño cambio o avance para convertir una tecnología pasada por alto en un gran éxito.
