universidad hebrea de jerusalem
Universidad Hebrea de Jerusalem.
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Ilustración que representa la Plaga de Justiniano.

Un estudio de la Universidad Hebrea sostiene que las pandemias medievales no fueron tan graves como se cree

Investigadores de la Universidad Hebrea y la Universidad de Maryland publicaron un estudio acerca de la construcción histórica que se hizo en el siglo XIX acerca de las epidemias medievales que pueden llevar a un error en cómo se piensan hoy pandemias como el coronavirus.

Ynet - Adaptado por Adrián Olstein |
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Una dupla de investigadores, el doctor Lee Mordechai del Departamento de Historia de la Universidad Hebrea de Jerusalem y la becaria postdoctoral Meryl Eisenberg del Centro Nacional de Síntesis Socioambiental de la Universidad de Maryland, Estados Unidos, descubrieron que las interpretaciones del siglo XIX acerca de las epidemias que tuvieron lugar en el mundo antiguo continúan dando forma a la percepción actual que se tiene de ellas.
Las pandemias causan de manera inevitable muertes masivas y drásticos cambios históricos. El estudio, publicado en la prestigiosa revista American Historical Review, explica que alrededor del año 1900 los investigadores consideraron como pandemia a una serie de brotes locales en el mundo antiguo, y la describieron como un evento histórico de gran magnitud que condujo al fin del mundo antiguo.
Ambos historiadores han señalado en investigaciones anteriores la falta de evidencia para afirmar que la Plaga de Justiniano mató a decenas de millones de personas en todo el Mediterráneo y provocó cambios históricos radicales entre los siglos VI y VIII. La interpretación acrítica dada a esa epidemia continúa distorsionando aún hoy, según los investigadores, las expectativas en torno a una pandemia contemporánea.
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Ilustración que representa la Plaga de Justiniano.
Ilustración que representa la Plaga de Justiniano.
Ilustración que representa la Plaga de Justiniano.
(Wikipedia)
Durante los últimos cien años, estiman los investigadores Mordechai y Eisenberg, la sociedad moderna profundizó en un modelo que ve ciertas enfermedades, por ejemplo la "peste", como epidemias de gran potencial que podrían causar muertes masivas a escala histórica al nivel de la "Peste Negra", que mató entre una cuarta parte y la mitad de la población europea medieval.
Cuando se usa tal modelo, se tiende a interpretar de forma radical tanto los efectos de las epidemias pasadas como los posibles efectos de epidemias actuales, tal como sucedió al comienzo de la pandemia de coronavirus.
Como caso de estudio, Mordechai y Eisenberg hicieron un seguimiento de las investigaciones sobre la Plaga de Justiniano, que tuvo lugar en el siglo VI d. C. y descubrieron que los investigadores comenzaron a darle relevancia al episodio recién a finales del siglo XIX, durante la epidemia de peste global. Para ilustrar el peligro potencial de esa nueva epidemia y para convencer a los políticos de la época de que era necesaria una acción decisiva, los médicos y científicos comenzaron a enfatizar los efectos de enfermedades similares en el pasado.
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Universidad Hebrea de Jerusalem.
(UHJ)
El debilitamiento de la plaga de la peste en la década de 1920 se consideró una prueba de que la medicina moderna había logrado vencer la epidemia y evitar efectos catastróficos como los que habían sucedido en casos similares en la historia.
Pero al mismo tiempo, la interpretación acerca de la Plaga de Justiniano cobró cada vez mayor relevancia en los estudios académicos del siglo XX, y los sucesivos estudios llegaron a considerarla como un estado de pandemia que duró unos 200 años, mató a decenas de millones de personas y afectó una vasta área desde Inglaterra hasta Etiopía. A pesar de la escasez de pruebas que respalden tales explicaciones, a medida que la pandemia creció, también lo hicieron las influencias sociopolíticas y culturales que se le atribuyen. Estudios recientes argumentaron incluso que esa pandemia explica eventos históricos aún mayores, como la caída del Imperio Romano o el surgimiento del Islam.
Los prejuicios iniciales de los investigadores a la hora de estudiar las pandemias del pasado y los efectos extremos que podrían haber causado, influyen en las preguntas que se formulan, sostienen Mordechai y Eisenberg. Seguimos aumentando nuestros temores a las epidemias en el siglo XXI, como hemos visto en los casos de gripe aviar, gripe porcina y, por supuesto, ahora también al coronavirus. Estos prejuicios explican por qué se le teme tanto a las epidemias hoy y por qué se ha tratado al coronavirus como otra "peste negra".
"Mi mensaje es que no debemos caer en las falsas interpretaciones que se forman en torno a la pandemia", evaluó el doctor Mordechai. Las respuestas futuras a las enfermedades infecciosas deben basarse únicamente en las pruebas y las circunstancias que rodean un caso específico, y no en suposiciones pasadas que pueden ser inexactas", concluyó.
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