Mandíbula encontrada por los investigadores.
Mandíbula encontrada por los investigadores.
Tegenu Gossa, Bienvenido Martínez-Navarro C. J. Sharp; distribuido bajo CC BY-SA 4.0
Mandíbula encontrada por los investigadores.

Investigadores israelíes hallan un fósil de lobo de 1,5 millones de años de antigüedad

Científicos de la Universidad Hebrea descubren una mandíbula de lobo etíope de hace 1,5 millones de años y afirman que el hábitat de la especie podría desaparecer para 2080.

Ynet |
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Un nuevo estudio aporta pruebas convincentes de la presencia temprana del lobo etíope en el continente africano, hace 1,5 millones de años.
El estudio, realizado por personal de la Universidad Hebrea de Jerusalem, contradice afirmaciones anteriores que sugerían que el lobo llegó a África hace sólo unos 20.000 años procedente de Eurasia, y fue publicado en la revista Communications Biology.
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Mandíbula encontrada por los investigadores.
Mandíbula encontrada por los investigadores.
Mandíbula encontrada por los investigadores.
(Tegenu Gossa, Bienvenido Martínez-Navarro C. J. Sharp; distribuido bajo CC BY-SA 4.0)
Durante las excavaciones realizadas en 2017 en el yacimiento arqueológico de Melka Wakena, situado en Etiopía, dirigidas por el profesor Erella Hovers y el doctor Tegenu Gossa, del Instituto de Arqueología de la Universidad Hebrea, se descubrió una mandíbula perteneciente a la familia de los cánidos, cuya antigüedad se estima en torno a 1,5 millones de años.
La mandíbula fue identificada por un equipo de investigadores de la Universidad de California en Berkeley, dirigido por el profesor Bienvenido Martínez-Navarro, del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) de Tarragona (España), como el primer fósil del lobo etíope.
El lobo etíope (Canis simensis) es una especie en peligro de extinción. Es de tamaño mediano, pesa entre 12 y 18 kilogramos y está exclusivamente en Etiopía. Su limitada adaptabilidad ecológica y única le permite sobrevivir sólo en zonas por encima de los 3.000 metros sobre el nivel del mar, donde el clima es relativamente fresco durante una parte importante del año.
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Lobo etíope.
Lobo etíope.
Lobo etíope.
(Shutterstock)
En la actualidad, sólo quedan unos 500 ejemplares del lobo etíope, dispersos en poblaciones aisladas principalmente en las montañas de Bale y Simien, en el sur y el norte de Etiopía.
Para identificar la mandíbula única, los investigadores utilizaron mediciones paleontológicas, junto con métodos estadísticos avanzados. En la segunda fase del estudio, se hizo un amplio uso de algoritmos bioclimáticos únicos.
Estos modelos calculan los cambios ambientales a lo largo de la existencia de una especie y el impacto de las condiciones climáticas en los hábitats necesarios para la supervivencia del lobo en las tierras altas de Etiopía.
"Nuestro trabajo demuestra que el lobo etíope estuvo al borde de la extinción varias veces durante su millón y medio de años en Etiopía, como consecuencia del calentamiento climático que redujo sus hábitats viables a regiones más altas donde aún se daban las condiciones para su supervivencia", explicó el profesor Hovers.
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Dr. Tegenu Gossa, Prof. Erella Hovers y Prof. Bienvenido Martínez-Navarro.
Dr. Tegenu Gossa, Prof. Erella Hovers y Prof. Bienvenido Martínez-Navarro.
Dr. Tegenu Gossa, Prof. Erella Hovers y Prof. Bienvenido Martínez-Navarro.
(Eduardo Pesao)
"Estas regiones estaban geográficamente aisladas, lo que creaba barreras reproductivas que ponían en peligro la existencia continuada del lobo etíope. Al enfriarse el clima, las condiciones propiciaron la recuperación del sistema ecológico necesario para la supervivencia de la especie, lo que permitió a los lobos regresar y ampliar sus territorios", agregó.
"La expansión de los hábitats y la conectividad entre sus poblaciones permitieron al lobo etíope recuperarse cada vez del borde de la extinción", añadió. "El hallazgo de Melka Wakena, a una altitud de sólo 2.300 metros, representa probablemente un periodo de recuperación", sumó.
Según los investigadores, los modelos bioclimáticos basados en hallazgos anteriores también permiten predecir cómo podría afectar el futuro cambio climático a la población de lobos etíopes, y subrayan que hay que tomar medidas para prevenir el impacto negativo del cambio climático.
"Todos éramos conscientes de la amenaza de extinción a la que se enfrenta el lobo etíope antes del estudio, pero las predicciones eran más preocupantes de lo que se pensaba en un principio. Descubrimos que el calentamiento global, combinado con la expansión de las zonas agrícolas, provocaría la destrucción del hábitat de los lobos en 2080 según las estimaciones más optimistas", declaró el profesor Hovers.
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La zona de excavación en Etiopía y un gráfico que muestra los estratos del terreno donde se encontró la mandíbula.
La zona de excavación en Etiopía y un gráfico que muestra los estratos del terreno donde se encontró la mandíbula.
La zona de excavación en Etiopía y un gráfico que muestra los estratos del terreno donde se encontró la mandíbula.
(Tegenu Gossa, Asfawossen Asrat)
"Esperamos que la investigación aumente la concienciación sobre la urgente necesidad de preservar los hábitats del lobo etíope", manifestó.
Los investigadores subrayaron que la importancia del hallazgo de Melka Wakena se extiende también al estudio de la prehistoria humana. La mayor parte de la investigación en este campo en África Oriental se centra en el Gran Valle del Rift, que contiene una rica colección de fósiles humanos y yacimientos arqueológicos que se remontan a millones de años.
Las conclusiones del estudio revelan la necesidad de seguir investigando los entornos geológicos y ecológicos en un intento de desentrañar los efectos medioambientales de la evolución humana en África.
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