Israel, reconocido por su experiencia en el diseño de chips de silicio que impulsa a gigantes tecnológicos globales como Intel, Nvidia y Apple, está expandiendo su innovación a una nueva frontera: los biochips.
Israel pronto albergará su primer laboratorio de investigación y desarrollo dedicado a la tecnología de biochips y sensores inteligentes, centrándose en el diagnóstico médico, la rehabilitación ambiental y la generación de energía a partir de residuos.
El laboratorio, una colaboración entre Israel Aerospace Industries (IAI) y la empresa israelí Bacaromus, integrará biología, ingeniería e inteligencia artificial. El proyecto, de 29,6 millones de dólares, contará con el apoyo de una inversión de 19,6 millones de dólares del gobierno a través de la Autoridad de Innovación de Israel.
Los biochips desarrollados en el laboratorio tienen como objetivo revolucionar campos como la medicina y la ciencia ambiental. Las aplicaciones incluyen la aceleración del desarrollo de fármacos, el seguimiento en tiempo real de las condiciones de salud desde el interior del cuerpo, el diagnóstico rápido de enfermedades infecciosas a partir de pequeñas muestras, la purificación de agua contaminada y mucho más.
Los biochips y los dispositivos biológicos tienen el potencial de manipular células individuales, realizar procesos microscópicos y detectar cambios moleculares. Los usos prácticos van desde la identificación de toxinas transportadas por el aire, la descomposición del plástico oceánico y los desechos orgánicos, el diagnóstico de enfermedades virales y bacterianas, la detección de explosivos en los cruces fronterizos, el cultivo de alimentos en condiciones adversas y la identificación de áreas contaminadas.
Los biochips y los dispositivos biológicos tienen el potencial de manipular células individuales, realizar procesos microscópicos y detectar cambios moleculares.
La nueva instalación proporcionará a los investigadores y empresas israelíes de biotecnología herramientas e infraestructura de vanguardia para impulsar las innovaciones de biochips en medicina, energía y agricultura, reduciendo la dependencia de recursos extranjeros. Dror Bin, director ejecutivo de la Autoridad de Innovación de Israel, declaró que el laboratorio servirá como un centro para la investigación, el intercambio de conocimientos y el desarrollo tecnológico, atrayendo inversiones extranjeras, colaboraciones internacionales y nuevos talentos a Israel.
Los fundadores del laboratorio, IAI y Bacaromus, fueron elegidos tras un riguroso proceso de selección. IAI aporta décadas de experiencia en el desarrollo de tecnologías avanzadas, incluida la impresión 3D, materiales avanzados, aprendizaje automático, simulación e integración de sistemas. Bacaromus, con sede en Cesarea, se especializa en el empaquetado de chips y componentes ópticos, ofreciendo instalaciones de sala limpia, soporte de ensamblaje y un equipo calificado con amplia experiencia en el campo.
La ministra de Innovación, Ciencia y Tecnología, Gila Gamliel, calificó el proyecto como un hito estratégico. "El nuevo laboratorio marca un capítulo innovador en el que la biología, la ingeniería y la inteligencia artificial convergen para crear soluciones transformadoras que pueden cambiar el mundo", dijo.