Un equipo internacional de investigadores, dirigido por el profesor Tzvi Mazeh, de la Universidad de Tel Aviv, descubrió un agujero negro supermasivo orbitando alrededor de una estrella pesada, 33 veces la masa del Sol, a una distancia de 1.500 años luz de la Tierra.
Este agujero negro, encontrado mediante la utilización de datos de la misión espacial europea Gaia, pesa más de tres veces que los agujeros negros conocidos en nuestra galaxia. La nave espacial Gaia, lanzada por la Agencia Espacial Europea en 2013, ha estado midiendo regularmente la posición y el brillo de más de mil millones de estrellas en nuestra galaxia, la Vía Láctea, con una precisión sin precedentes, similar a señalar un solo grano de arena en la Luna al milímetro.
Un consorcio de cientos de científicos de toda Europa procesa los datos de la nave espacial y los pone a disposición de toda la comunidad científica. Bajo la dirección del profesor Tzvi Mazeh, de la Escuela de Física y Astronomía de la Universidad de Tel Aviv, el grupo de investigación participa en el estudio de las estrellas binarias reveladas a través de los datos de Gaia.
Se espera que la extensa muestra de estrellas binarias incluya sistemas que albergan agujeros negros, un fenómeno extremadamente raro en el universo. Según la teoría prevaleciente, cuando una estrella agota su combustible en la fusión nuclear que se produce en su núcleo, colapsa hacia adentro. Si la estrella es lo suficientemente masiva, todo el material restante colapsa en un punto infinitamente denso. En consecuencia, el agujero negro puede ser visto como el "cadáver" de una estrella que ha completado su ciclo de vida y ha colapsado sobre sí misma.
Los astrofísicos todavía se esfuerzan por comprender las condiciones extremas que conducen al colapso de la materia en el punto central, por lo que cada descubrimiento de un agujero negro es recibido con una inmensa emoción por parte de los investigadores.
Según la teoría prevaleciente, cuando una estrella agota su combustible en la fusión nuclear que se produce en su núcleo, colapsa hacia adentro.
Según los científicos, la detección de agujeros negros es excepcionalmente difícil porque la luz no puede escapar de su fuerte atracción gravitatoria. Cuando un agujero negro forma parte de un sistema binario con una estrella regular, los investigadores utilizan el movimiento visible de la estrella para medir la masa de su compañera invisible, confirmando así que se trata de un agujero negro. De hecho, en los últimos años la nave espacial Gaia ya ha detectado dos agujeros negros.
Con la expectativa de que la recopilación de datos en curso por parte de Gaia conduzca a más descubrimientos de agujeros negros, el profesor Mazeh, junto con el profesor Laurent Eyer, de Ginebra, ha reunido un equipo de Francia, Alemania, España, Bélgica, Polonia y Suiza para buscar agujeros negros utilizando los datos de Gaia.
Durante su análisis de los nuevos datos, el equipo encontró un sistema binario que contenía un agujero negro único que nunca antes se había visto, con una masa 33 veces mayor que la del Sol, a una distancia de unos 1.500 años luz de nosotros. Este nuevo agujero negro es más de tres veces más pesado que los conocidos en la Vía Láctea.
El sistema binario, llamado Gaia BH3, comprende una estrella regular que probablemente se formó hace más de 10.000 millones de años, cuando nuestra galaxia aún era muy joven. La estrella orbita el agujero negro cada 11 años.
El profesor Mazeh exclamó: "Este es un descubrimiento estimulante del agujero negro más pesado en un sistema binario conocido en la galaxia hoy en día. Han pasado más de 30 años desde la especulación de la existencia de un agujero negro hasta el descubrimiento del primer agujero negro, y más de 50 años hasta que descubrimos Gaia BH3, el sistema binario de período más largo conocido en la actualidad. Es notable cómo la humanidad se las arregla para navegar por las vastas extensiones del cosmos y descubrir objetos tan misteriosos. Estoy convencido de que este descubrimiento conducirá a una comprensión renovada de la presencia y prevalencia de estos escurridizos agujeros negros que acechan en las profundidades de nuestra galaxia".