Un grupo internacional de arqueólogos marinos, submarinistas, ingenieros y expertos en ciencias naturales, se propuso examinar los restos del Anticitera, un antiguo carguero descubierto por un submarinista en 1900, a 42 metros de profundidad, con el propósito de ampliar los conocimientos sobre el navío.
Anticitera, fechado en la primera mitad del siglo I a.C., durante el periodo helenístico tardío y el romano temprano, contenía en su interior una gran cantidad de estatuas de bronce y mármol, utensilios cotidianos de arcilla, prendas de cristal de alta gama, oro y plata.
De hecho, los restos del naufragio aparecieron en la última película Indiana Jones y, tras la renovada fama, el equipo avanzó en la adquisición de conocimientos particulares sobre la estructura del lugar donde naufragó el barco, su estratigrafía, los restos del propio navío y su valiosa carga.
Además, se documentaron zonas que no habían sido vigiladas antes, con el fin de obtener una imagen completa y precisa del destino del legendario navío en el norte del Egeo, entre Creta y la región del Peloponeso.
El equipo esta dirigido por la Dra. Aggeliki Simossi, arqueóloga marina y directora del Eforato de Antigüedades del Pireo y las Islas y el Prof. Lorenz E. BAUMER, arqueólogo de la Universidad de Ginebra, y forma parte de un programa de investigación de 5 años que comenzó en 2021 y está previsto que finalice en 2025.
El objetivo general del proyecto es comprender mejor las circunstancias que condujeron al hundimiento del Anticitera, mediante un estudio meticuloso de sus restos y su ubicación, su posible ruta y la carga que contenía, y se espera que cada inmersión en los restos arroje más piezas del rompecabezas y, en última instancia, revele una imagen completa del trágico suceso.
Los avances se documentaron con el uso de drones teledirigidos y grabaciones digitales realizadas por los buceadores. Luego, los datos se procesaron utilizando un software de modelado en 3D que permite obtener imágenes y analizar el yacimiento con extraordinaria precisión.
Los hallazgos arqueológicos también se documentaron e incorporaron al sistema de información geográfica (SIG) que almacena, gestiona, analiza, edita, produce y visualiza datos geográficos.
La base de datos de este ambicioso proyecto incluye todo lo que se ha descubierto sobre Anticitera desde las primeras exploraciones de 1900-1901. Este enfoque holístico permitiría realizar un análisis en profundidad del yacimiento, teniendo en cuenta toda la información recopilada en el pasado.
Ahora los investigadores se han concentrado en el borde oriental del pecio, donde el año pasado se hallaron partes de carácter monumental tras el desplazamiento de las rocas.
Además, hallaron artefactos compatibles con los restos del Anticitera, como partes rotas de estatuas de mármol, cerámica, vidrio, aleaciones, plomo y elementos de la estructura de los buques de madera. Entre los artefactos de mármol, en 2022 se encontró una barba de una estatua de Hércules.
Los avances fueron importantes en lo que respecta a la estratigrafía, ya que algunos de los artefactos podrían indicar que otra embarcación más pequeña sufrió un destino similar en el periodo protobizantino posterior.
Esto arrojaría nueva luz sobre la historia marítima de la zona y pone de relieve la importancia de continuar con los estudios arqueológicos.