Michael Zilberberg, asistente de investigación que trabaja con Shai Torgeman, de la Universidad Hebrea, examina algunos de los nuevos tomates que estudian los investigadores.
Michael Zilberberg, asistente de investigación que trabaja con Shai Torgeman, de la Universidad Hebrea, examina algunos de los nuevos tomates que estudian los investigadores.
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La nueva variedad de tomate desarrollada por investigadores de la Universidad Hebrea es resistente a la sequía.

Científicos israelíes desarrollan tomates resistentes a la sequía

La nueva variedad, que se espera llegue a los supermercados en un futuro próximo, puede crecer con la mitad de agua. Se prevé que los precios del tomate aumenten un 25% el año que viene, y es probable que otros cultivos -como cebollas, ajos y muchas más- también se vean afectados.

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Investigadores israelíes han desarrollado una nueva variedad de tomate más resistente a la sequía que podría ayudar a los agricultores a hacer frente a los efectos destructivos del cambio climático.
Un análisis genético en profundidad dirigido por Shai Torgeman, de la Universidad Hebrea de Jerusalem, y Dani Zamir, profesor de la misma, identificó interacciones entre dos áreas del genoma del tomate que conducen a un mayor rendimiento y resistencia a la sequía.
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La nueva variedad de tomate desarrollada por investigadores de la Universidad Hebrea es resistente a la sequía.
La nueva variedad de tomate desarrollada por investigadores de la Universidad Hebrea es resistente a la sequía.
La nueva variedad de tomate desarrollada por investigadores de la Universidad Hebrea es resistente a la sequía.
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La nueva variedad de tomate resultante, aún sin nombre, puede hacer frente a condiciones climáticas extremas. Los resultados del estudio se publicaron el lunes en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America (PNAS).
"Las razas comerciales de tomate cultivadas en campo abierto y que se encuentran en los supermercados requieren de media 317.000 galones por acre cada temporada", explica Shai Torgeman. "En nuestro estudio, redujimos esta cantidad de agua a la mitad y obtuvimos grandes resultados", agrega.
Para lograrlo, los científicos cruzaron dos especies de tomates: una variedad silvestre, procedente de los desiertos del oeste de Perú, con un cultivar comercial común ampliamente disponible.
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Shai Torgeman, de la Universidad Hebrea de Jerusalem, en uno de los invernaderos de investigación de la universidad.
Shai Torgeman, de la Universidad Hebrea de Jerusalem, en uno de los invernaderos de investigación de la universidad.
Shai Torgeman, de la Universidad Hebrea de Jerusalem, en uno de los invernaderos de investigación de la universidad.
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El objetivo era determinar con exactitud qué partes del genoma de la planta afectan a su rendimiento y a otros rasgos agrícolas importantes.
"Tenemos 1.500 accesiones y cada una contiene un segmento del genoma del tomate silvestre", comenta Michael Zilberberg, asistente de investigación que trabaja con Torgeman.
"Esto nos permite ver cómo afecta cada parte del genoma al fruto, al crecimiento de la planta, a su tamaño, así como a su resistencia a la sequía y a los patógenos", continuó. "Gracias a estos diferentes resultados podemos encontrar las características que son importantes para nosotros y descubrir de dónde proceden en el genoma del tomate silvestre".
El estudio descubrió que dos áreas específicas en el genoma de la planta conducen a un aumento del 20%-50% en el rendimiento global tanto en condiciones regulares como secas y mejoró el tamaño general de la planta.
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Michael Zilberberg, asistente de investigación que trabaja con Shai Torgeman, de la Universidad Hebrea, examina algunos de los nuevos tomates que estudian los investigadores.
Michael Zilberberg, asistente de investigación que trabaja con Shai Torgeman, de la Universidad Hebrea, examina algunos de los nuevos tomates que estudian los investigadores.
Michael Zilberberg, asistente de investigación que trabaja con Shai Torgeman, de la Universidad Hebrea, examina algunos de los nuevos tomates que estudian los investigadores.
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Según los investigadores, los resultados demuestran la eficacia del uso de especies silvestres para mejorar la producción agrícola, además, podrían ser ampliamente aplicables a otras plantas en el futuro.
"Hay un calentamiento global y los agricultores necesitan tomates que puedan hacer frente a estas condiciones climáticas cambiantes", explicó Torgeman. "El calentamiento global no sólo provoca temperaturas más altas, sino también condiciones meteorológicas extremas, como lluvias torrenciales repentinas o sequías. Así que necesitamos plantas con capacidades mejoradas".
Pero los tomates no son el único cultivo en peligro debido al cambio climático; las cebollas, los ajos y muchas más frutas y verduras también se han visto perjudicados por las continuas malas condiciones. Según un reciente estudio publicado en la revista científica Nature, los años 2000 a 2021 representan el periodo más seco en más de un milenio, un factor importante que contribuye al rápido aumento de los precios de los alimentos en todo el mundo.
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Marcha por el clima
Marcha por el clima
Marcha por el clima en Israel.
(Moti Kimhi)
La nueva raza de tomate que se está desarrollando en Israel podría ayudar a suavizar el golpe. Se espera que llegue a los estantes de los supermercados en un futuro próximo y es probable que se utilice como tomate de procesado en la producción de ketchups y salsas, dijo Torgeman.
"Ahora estamos en la fase de cultivo de la primera especie cruzada con fines comerciales, y creo que estará disponible en el mercado en los próximos 2-3 años", señaló.
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