Vasija
La Dra. Lior Grossman
Lior Grossman/U. Hebrea
La cueva donde se hizo el hallazgo.

El misterio de la vasija rota en la tumba de la chamana de la Galilea

Debajo del esqueleto de una mujer que vivió hace 12.000 años en Galilea, se descubrieron indicios de que había rituales especiales cuyo objeto era “matar” las pertenencias de quienes habían muerto.

Ynet - Adaptado por Beatriz Oberlander |
Published:
Hace más de una década se descubrió un cementerio prehistórico único en su género en una cueva de la zona de Jilazón, próxima al arroyo que lleva el mismo nombre, en el oeste de la Galilea. Dicho cementerio data de la época natufita, 12.000 años antes de nuestra era, que fue cuando los humanos comenzaron a vivir en estructuras fijas de piedra, y a enterrar a sus muertos en complejas ceremonias. La tumba más famosa descubierta en la cueva es la de una chamana, que al parecer era la líder espiritual del grupo o tribu.
4 צפייה בגלריה
Vasija
Vasija
La cueva donde se hizo el hallazgo.
(Lior Grossman/U. Hebrea)
Entre los muchos hallazgos que se enterraron junto con la chamana hay 90 caparazones de tortuga, huesos pélvicos de tigre y un pie humano. Según los investigadores, la tumba es la más antigua de su tipo encontrada en toda la zona de Medio Oriente hasta el día de hoy. Y a través de ésta se pueden conocer los rituales que se llevaban a cabo en la zona en los entierros.
El equipo que llevó a cabo las excavaciones arqueológicas en el lugar, encabezado por la Dra. Lior Grossman, del Instituto de Arqueología de la Universidad Hebrea de Jerusalén, trabajó en el lugar hasta el 2008. Y los hallazgos descubiertos allí siguen siendo un terreno fértil para la investigación hasta el día de hoy. El mes pasado, los investigadores del lugar publicaron dos artículos académicos que siguen arrojando luz sobre las actividades muy especiales que tenían lugar en la cueva.
4 צפייה בגלריה
Vasija
Vasija
Una reconstrucción de la tumba.
(Lior Grossman/U. Hebrea)
El primer artículo se publicó este mes en la revista científica PLOS ONE. Se trata de una colaboración entre la Universidad Hebrea de Jerusalén y otros investigadores de Israel y del exterior. Entre otros, participaron en el estudio Laur Dobril, especialista mundial en vasijas y otros objetos de piedra de la Universidad de Trent, en Canadá; Ajiad Ovadia, curador de culturas prehistóricas del Museo de Israel, y la Dra. Ruth Shájak-Gross, de la Universidad de Haifa. Los investigadores encontraron pruebas de que, en la ceremonia del entierro, los natufitas rompían y “mataban” las vasijas y otros objetos de piedra del muerto.
Una de las ofrendas funerarias que se hicieron a la chamana, que los investigadores del sitio calculan que murió aproximadamente a los 45 años de edad, era un recipiente de basalto que se usaba para preparar la mezcla de materiales plásticos con su ceniza. Los investigadores sostienen que, después, en la compleja ceremonia del entierro de la chamana, los asistentes rompieron la vasija deliberadamente y la colocaron junto con su cadáver en la tumba. Según Grossman, “la singularidad del recipiente de basalto encontrada en la tumba consiste en las numerosas roturas que hay en él, y el hecho de que está en la tumba debajo del cadáver de la mujer enterrada. Al parecer esa mujer era una persona importante en la cultura natufita, ya que las ofrendas funerarias que colocaron junto a ella son únicas en su género entre las que se encontraron en la tierra de Israel”.
4 צפייה בגלריה
Vasija
Vasija
Se encontraron numerosos objetos en la tumba.
(Lior Grossman/U. Hebrea)
Prácticas similares de romper vasijas y otros objetos, quemarlos y “matarlos” se conocen en numerosas sociedades tribales del mundo, y también en excavaciones arqueológicas, pero de épocas más tardías, y no necesariamente en lo que hoy es Israel. Ajiad Ovadia, curador o conservador de culturas prehistóricas del Museo de Israel, y uno de los principales investigadores del estudio, explicó que “el objeto que se encontró en la tumba de la chamana refleja perfectamente la costumbre de romper los esos objetos y su relación las ceremonias de entierro. Pero lo más interesante es que la mayor parte de las vasijas y otros objetos de piedra de grandes dimensiones que se encontraron en los yacimientos arqueológicos abandonados de los natufim estaban rotos. Y al menos algunos de ellos -si no todos- se rompieron deliberadamente, lo que sugiere que práctica de romper esos objetos era muy común en la cultura natufita en la tierra de Israel”.
Ovadia agregó: “Un ejemplo interesante de esta costumbre nos viene de tribus indígenas que vivieron en el oeste de Estados Unidos, cuya gente creía que todas las cosas tienen un alma, y que el alma tiene que volver finalmente al cosmos. Y por ello, cuando morían los dueños de los objetos, también había que ‘matar’ a éstos para liberar su alma. Entonces es posible que el objeto de piedra encontrado perteneciera a la chamana y ella lo haya utilizado en vida, y que después de su fallecimiento ‘mataron’ el objeto y lo enterraron junto a ella”.
El objeto roto fue colocado por los enterradores en la tumba de la chamana junto con conchas marinas y una pieza de color ocre. Esa forma peculiar de enterrar, junto con muchos otros objetos especiales, es lo que llevó al equipo de investigadores a la conclusión, al principio del trabajo, que era muy probable que la mujer fuera una chamana. La reconstrucción de la tumba de la mujer y los huesos de los animales enterrados con ella se pueden ver en la Galería de Prehistoria del Museo de Israel.
También se enterraron restos del festín del entierro
El segundo estudio fue una colaboración entre Hadas Goldgaier, de la Universidad Hebrea de Jerusalén y especialista en huesos de animales, y la Dra. Natalie Monroe, de la Universidad de Connecticut. El estudio se publicó en la revista Journal of Anthropological Archaeology.
4 צפייה בגלריה
Vasija
Vasija
La tumba es la más antigua de su tipo encontrada en todo Medio Oriente.
(Lior Grossman/U. Hebrea)
En dicha investigación, se examina la dispersión de desechos en el lugar durante la ceremonia del entierro. En el estudio se utilizaron herramientas de mapeo informático para analizar la dispersión en todo el espacio y la cantidad relativa de depósitos de desechos.
Los resultados del estudio muestran que el entierro de la chamana fue la primera actividad que se llevó a cabo en el sitio. Con motivo de la ceremonia de entierro y para honrar a la mujer se construyeron dos estructuras: una para enterrarla y otra para el vertido de los desechos y los restos del banquete que hubo en el entierro. Todos los indicios apuntan al hecho de que la ceremonia del entierro de la chamana fue monumental, y al parecer dejó una huella imborrable en todos los que asistieron a ella.
Después del entierro de la chamana, los natufim volvieron al lugar una y otra vez para enterrar a otros muertos en las fosas funerarias que rodean la estructura. Esas otras tumbas no interfieren ni dañan la estructura funeraria de la chamana. Todo esto indica que los natufim sabían dónde estaba la estructura, y se cuidaron mucho de no dañarla. De esta investigación se desprende que la cueva de Jilazón era un lugar importante e incluso sagrado para los miembros de la cultura natufita tardía.
La ceremonia del entierro de la chamana quedó grabada en la memoria social del grupo, y se transmitió de generación en generación, lo que apunta a una complejidad social y a una tradición grupal sorprendentes.
Comentarios 0