La startup israelí Constru asegura que la retirada de los inversores se debe a la reforma judicial iniciada por el gobierno, tras contraer una deuda de 4,5 millones de dólares.
Constru es una empresa de alta tecnología que ofrece una solución de construcción basada en IA que convierte las imágenes capturadas en información para una mejor toma de decisiones basada en datos.
La startup buscó ayuda judicial e informó que se vio atrapada en la "tormenta perfecta", en parte debido a "la creciente preocupación de los inversores por invertir en Israel debido a la inminente reforma/revisión judicial".
"A la luz de esto, varios inversores se retiraron, entre ellos el principal inversor en la actual ronda de inversión en la empresa", manifestó Constru.
Esta empresa privada se estableció en 2017, fue financiada por una serie de diferentes partes interesadas y las inversiones totales en la empresa ascienden a aproximadamente 19,5 millones de dólares.
Tras encontrarse en un agujero de 4,5 millones de dólares, los abogados de la empresa solicitaron en marzo una orden de congelación, que prohíbe a una empresa disponer de sus activos o transferirlos. Las órdenes de embargo se suelen utilizar en casos en los que existe el riesgo de que los activos se oculten o se retiren antes de que se dicte sentencia en un litigio judicial.
"La empresa se vio envuelta en una tormenta perfecta a la luz de las continuas turbulencias que han asolado la industria israelí de alta tecnología, tanto en el país como en el extranjero, así como a causa de la crisis económica mundial, el colapso de los bancos en el extranjero que perjudicó al amplio público inversor, y también debido a la creciente preocupación de los inversores por realizar inversiones en Israel", declaró uno de los abogados.
