El informe de seguimiento anual del Golfo de Eilat arroja hallazgos alarmantes: el calentamiento del agua del mar está provocando un exceso de nutrientes, que están afectando el delicado equilibrio del sistema. La tendencia al alza en la temperatura del agua continúa, y por primera vez se han identificado criaturas unicelulares marinas con una deformidad en su estructura esquelética. Los investigadores estiman que esto se debe al aumento de la acidez del agua, lo que podría poner en peligro al arrecife de coral. Además, se observó una disminución en el número de erizos de mar y se registró una cantidad excepcional de residuos a una concentración 1.000 veces superior a la del Mar Mediterráneo. Además, se descubrió que la gran tormenta de 2020 golpeó al arrecife. Los investigadores no son optimistas respecto del estado del arrecife a largo plazo.
Los hallazgos del Plan de Monitoreo del Ministerio de Protección Ambiental se publicaron esta mañana (domingo) y brindan una imagen sombría del estado del arrecife de coral, lo que genera preocupaciones sobre su futuro. El ministerio señaló que el informe destaca la urgente necesidad de reducir la presión del mar en Eilat. El reporte, que fue elaborado por el Instituto Interuniversitario de Eilat y fue financiado por el ministerio a través de la Fundación para la Prevención de la Contaminación Marina, fue escrito por el doctor Yonatan Shaked y la profesora Amatzia Genin.
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Desechos en la Bahía de Eilat.
(Ombri Omasi/Autoridad de Naturaleza y Parques de Israel)
La mayor parte del daño se produjo en los arrecifes en el área poco profunda, que no están incluidos en el monitoreo nacional, el cual examina los arrecifes desde una profundidad de cinco metros o más, por lo que el perjuicio real al arrecife probablemente sea mayor
Los principales hallazgos indican daños a los arrecifes de coral, tanto por la rotura de los corales, la arena arrastrada por las olas que los cubrieron, los residuos y los desechos pesados que llegaron al mar desde las costas tras la gran tormenta que golpeó a Eilat el año pasado. El daño estimado es de hasta un 22% de reducción en el área de coral sana y posiblemente incluso más en el arrecife en el sector de poca profundidad.
La mayor parte del daño se produjo en los arrecifes en el área poco profunda, que no están incluidos en el monitoreo nacional, el cual examina los arrecifes desde una profundidad de cinco metros o más, por lo que el daño real al arrecife probablemente sea mayor.
Sin embargo, los expertos estiman que el arrecife de coral sobrevivirá y se recuperará y, de hecho, ya ha comenzado a rehabilitarse después de la tormenta. Pero hay otros hallazgos en el informe que generan preocupación. También este año continúa el aumento de las temperaturas de las aguas profundas y de la superficie del mar. La temperatura máxima medida sobre el arrecife de coral en 2020 fue la más alta desde el inicio del seguimiento, y se situó en 29,1 grados (la mayor medida anteriormente fue en 2012 y se situó en 28,4 grados).
Como se mencionó, continúa la tendencia ascendente de la temperatura de las aguas profundas. La temperatura del mar ha estado aumentando desde 1988, a una tasa promedio de alrededor de 0,036 grados por año. Esta tasa es tres veces mayor que el promedio global calculado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés). Aunque el arrecife de coral en Eilat muestra resistencia a este calentamiento, la preocupación se mantiene.
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Residuos pesados en el fondo del mar.
(Ombri Omasi/Autoridad de Naturaleza y Parques de Israel)
Otro hallazgo preocupante fue la alta densidad de desechos marinos. En 2020, por primera vez, la Sociedad para la Investigación del Mar y los Lagos, realizó un estudio de desechos en el fondo del Golfo de Eilat. Para no dañar los arrecifes de coral, la investigación se llevó a cabo con imágenes captadas por un robot. Los resultados indicaron una concentración muy inusual de alrededor de 350.000 artículos de residuos duros por kilómetro, la cual es 1.000 veces mayor que la concentración de desechos a profundidades similares en el mar Mediterráneo
El estado del arrecife de coral está lejos de ser bueno. "Este informe es optimista y pesimista", afirmó el doctor Dror Tzurel, del Ministerio de Protección Ambiental. "Vemos un lento aumento en la cobertura de arrecifes. A corto plazo pudo recuperarse. Sin embargo, a largo plazo soy menos optimista. Además, observamos algunas tendencias muy problemáticas. La primera es la acumulación de nitrógeno en el fondo de la bahía", agregó.
La Bahía de Eilat almacena nitrógeno y no "limpia" lo suficientemente bien. Cada pocos años, durante la temporada de invierno, la capa de agua de mar profunda, en la que se acumulan los nutrientes, se mezcla con la capa superior que se enfría y se hunde. Los nutrientes que surgen de las profundidades son trasladados por las corrientes fuera de la bahía, lo que "limpia" la bahía del exceso de éstos. Debido al calentamiento del agua del mar, esta mezcla no se ha observado en Eilat desde 2012. "Esto significa que el nitrógeno y el fósforo se acumulan en el fondo del agua. Cuando sube al agua poco profunda en grandes cantidades, comenzaremos a ver la floración de algas y mayor turbidez en el agua”, declaró el doctor Tzurel.
Aunque el Ministerio de Protección Ambiental estima que en los próximos 50 años los corales en Eilat mostrarán resistencia al aumento de la temperatura del agua, existen otros problemas. Por primera vez en 2020 se encontraron en la costa norte foraminíferos (organismos unicelulares marinos) con una deformidad en su estructura calcárea. El aumento de la acidez del agua de mar puede afectar la capacidad de las criaturas marinas para construir sus esqueletos. “Esto muestra el efecto del aumento de la acidez del mar. Cuanto más coral pierda el mar, más difícil será invertir en la construcción de su esqueleto", manifestó Tzurel.
"En un pasado muy lejano encontramos erizos y estrellas de mar con un esqueleto retorcido. Pero los esqueletos deformados fueron un fenómeno producido por descargas de los alcantarillados de los hoteles que contenían materiales que impedían la formación de incrustaciones. En la actualidad, no existen fuentes de descarga que puedan causar tal deformidad en el esqueleto. Sin embargo, desde 2016 ha habido una disminución constante en la densidad erizos de mar", añadió.
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Hierros en el fondo del mar.
(Avi Gedalia/Autoridad de Naturaleza y Parques de Israel)
Otro hallazgo preocupante fue la alta densidad de desechos marinos. En 2020, por primera vez, la Sociedad para la Investigación del Mar y los Lagos, realizó un estudio de desechos en el fondo del Golfo de Eilat. Para no dañar los arrecifes de coral, la investigación se llevó a cabo con imágenes captadas por un robot. Los resultados indicaron una concentración muy inusual de alrededor de 350.000 artículos de residuos duros por kilómetro, la cual es 1.000 veces mayor que la concentración de desechos a profundidades similares en el mar Mediterráneo.
La composición de los desechos esparcidos entre y sobre los corales incluía muchos tipos de artículos, como botellas de plástico, utensilios desechables y envases de protectores solares. Asimismo, incluía desechos más pesados arrastrados al mar durante la tormenta invernal de 2020, como cuerdas, hierros e incluso reposeras. "Los residuos son el problema más sencillo de abordar", explicó el doctor Tzurel. "Pero debemos reconocer que el estado del arrecife está cambiando. Hay que tomar medidas para prevenir esta situación”, añadió.
