La guerra en Gaza se agudizó y proporcionó bastantes ejemplos de ayuda, voluntariado, donaciones y ayuda mutua en la sociedad civil.
Sin embargo, desde el 7 de octubre, un proyecto único y de larga data se enfrenta a la tendencia contraria: la donación de cabello para mujeres con cáncer, operado por la asociación Zichron Menachem.
Según datos de la asociación, entre los meses de octubre y diciembre hubo una caída de alrededor del 50% en las donaciones de cabello realizadas en el marco del proyecto "Trenza de Poder", que cumple 12 años de actividad.
Como parte del proyecto, mujeres donan su cabello en más de 400 barberías de todo el país en beneficio de personas con cáncer que perdieron el cabello debido a los tratamientos de quimioterapia.
Una peluca se compone de una media de siete aportes diferentes.
La fuerte caída del ritmo de donaciones se debe a la reducción del número de eventos de recaudación de fondos y a la llegada de la movilidad de las donaciones. En las últimas dos semanas, la asociación lanzó una campaña específica para donaciones de y para mujeres.
"Bajamos de 3.000 donaciones al mes a la mitad. Hay varias explicaciones para esto. Supongo que una de cada dos familias en Israel está involucrada de alguna manera en esta guerra. Las personas son reclutadas por el ejército o enfrentan pérdidas. Las personas están sumergidas en el miedo y el dolor y pensar menos fuera de la caja", explicó Jaim Arntal, fundador de Zichron Menachem.
"Escuchamos a mujeres que sienten que han perdido su feminidad. Una vez tuve la oportunidad de hablar con una mujer que pensaba en renunciar tratamiento de quimioterapia solo por su perdida de cabello. Después de ver la calidad de las pelucas, decidió someterse a los tratamientos", confesó.
"Esta es una mujer cuya sentencia hubiera sido la muerte sin estos tratamientos. Calculo que si la cantidad de donaciones se mantiene como está, pronto nos veremos obligados a regalar pelucas que antes no daríamos, como por ejemplo pelucas cortas a mujeres que hasta ahora tenían el pelo largo. Hoy en día, nuestra capacidad de adaptar la peluca al deseo de la mujer es al cien por cien y según lo que ella pide", agregó.
Moriah Finkel, de 21 años, de Ofra, sirvió como miembro del servicio en la asociación y ahora es voluntaria. "Estas pelucas son muy significativas para las niñas sobre todo. Hay algunas que nadie las ha visto sin la peluca y realmente les devuelve algo de feminidad. Esta peluca las hace normales porque la calvicie les deja una marca con lo que no quieren identificarse".
"Gracias a estas donaciones tenemos las pelucas, y si las donaciones no suceden, no quiero pensar en nuestro futuro. Sin las donaciones, no hay pelucas. Es triste para mí a nivel personal", cerró Moriah.
