Los aviones teledirigidos armados israelíes utilizan bombas gravitatorias que no producen ruido ni humo al caer, por lo que son difíciles de anticipar o eludir por los enemigos, y el modelo más grande de la aeronave puede transportar hasta una tonelada de municiones, según informó el ejército este jueves.
Tras más de dos décadas de secretismo, Israel hizo pública en julio de 2022 la existencia de drones armados en su arsenal. Mas tarde, en noviembre, un general israelí detalló los dos cuerpos -fuerza aérea y artillería- que operan los sistemas en combate.
Estos drones son teledirigidos, lanzan bombas o realizan tareas de vigilancia antes de regresar a la base. Son distintos de los drones kamikaze que, según Irán, se utilizaron en un ataque el fin de semana contra una planta de defensa en Isfahan, un incidente sobre el que Israel se negó a hacer comentarios.
Un militar israelí de alto rango declaró que la flota de aviones no tripulados armados incluye el Heron TP, del tamaño de un avión de pasajeros, fabricado por la empresa estatal Israel Aerospace Industries Ltd; y el Hermes, más pequeño, de Elbit Systems Ltd.
El primero, según el oficial, "es un avión no tripulado de gran tamaño y es el dron más pesado que tienen las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), que puede transportar municiones, con una carga útil efectiva de alrededor de una tonelada".
Los fabricantes israelíes no hacen públicas las capacidades armadas de los drones, en virtud de lo que fuentes de la industria describieron como una política de secreto del Ministerio de Defensa. El funcionario, que no se identificó por exigencias militares dado lo delicado del tema, dijo que cualquier venta de drones con capacidad para bombardear se realiza de gobierno a gobierno, lo que anula la necesidad de publicidad.
Todas las municiones para drones son de fabricación israelí, manifestó el oficial, y "caen en caída libre y pueden alcanzar la velocidad del sonido". Además, estas bombas no tienen sistemas de propulsión que generen el ruido y humo característicos de los postquemadores de combustible.
El oficial se negó a dar más detalles sobre las municiones, limitándose a decir que, por su diseño, cuando un dron armado ataca "nadie lo escuchará ni lo verá venir". Sin embargo, esto supondría una altitud suficiente para que los motores de hélice de los drones no puedan oírse claramente en tierra.
En las guerras de invierno, como la de Israel en Gaza en 2008-2009, los aviones no tripulados tienen que volar por debajo de las nubes para que sus cámaras de puntería funcionen, lo que significa que podrían ser oídos. "Con ese sistema, se pierde el factor sorpresa", cerró el oficial de las FDI.
