Una semana después del cese de fuego y el final de la operación Guardián de los Muros, el enfrentamiento entre Israel y Hamas pierde lugar en la agenda pero las familias israelíes afectadas por los disparos de misiles desde Gaza siguen sufriendo las consecuencias.
Ismail Arafat es hermano de Khalil Awwad (52) y tío de Nadeen (16), dos ciudadanos israelíes que murieron por el impacto de un cohete. Ambos vivían en Dahmash, una aldea no declarada cerca de Lod, y por esta situación irregular de la localidad el hombre atraviesa el duelo junto con la sensación de abandono del Estado.
“Estamos en guerra con el Estado para recomponer la casa”, contó Ismail, aunque los daños provocados por el misil excedieron a la vivienda. “Los dos automóviles de la familia se incendiaron por completo, y también murieron siete ovejas y nueve cabras. Pero nos informaron que solamente nos compensarán por los vehículos”, declaró.
Vecinos de Dahmash denunciaron que su falta de status oficial provocó que las autoridades de planificación y construcción les impidiera construir refugios antimisiles que podrían haber salvado la vida de Khalil y Nadeen. “Todavía no puedo digerirlo. Se decidió un alto al fuego, pero los que murieron no van a volver”, lamentó Ismail.
Una pareja de empresarios de Petah Tikva sufrió la destrucción de su vivienda por un cohete y hace dos semanas está viviendo en la casa de su hija. “Sonó la alarma, con mi esposo entramos al refugio, y escuchamos una explosión. Cuando salimos, directamente no había casa”, recordó Arnona, de 64 años, sobre un trauma que no logra superar.
“No nos quedó televisor, lavarropas, sala de estar ni refrigerador”, enumera Arnona sobre un misil que también arruinó el automóvil de la pareja. “Sobrevivimos de milagro y no sufrimos lesiones físicas, pero mentalmente seguimos heridos”, agregó desde la casa de su hija Maayan, madre de niños pequeños que tratan de asimilar por qué de repente sus abuelos viven con ellos. “Les explicamos y se van a la cama asustados”, contó Maayan.
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A una semana del cese de fuego, el trauma continúa para las familias israelíes directamente afectadas por el disparo de cohetes desde Gaza.
(Getty Images)
En cuanto a la asistencia estatal, las víctimas del cohete admitieron que “el alcalde sorprendió para bien” y que el municipio ya comenzó a presupuestar los daños para los trabajos de reparación en el edificio, así como las gestiones por la indemnización de los bienes perdidos.
En otro de los bombardeos contra el centro de Israel un cohete impactó contra un edificio de tres pisos en Givatayim. Tamir Ben Ami, así como el resto de los vecinos, fueron trasladados a un hotel mientras se evalúan los daños y comienzan los preparativos para las reparaciones.
Tamir Ben Ami y su familia, junto con los demás ocupantes del edificio, fueron evacuados mientras ingenieros municipales, profesionales y fuerzas de rescate evalúan los daños y comienzan las reparaciones para que los ocupantes regresaran a sus hogares lo antes posible. “El hotel es financiado por el municipio” destacó Tamir, aunque lamentó que “todavía no sabemos cuándo podremos regresar a casa, creo que nos quedaremos aquí un mes más”.
Cerca de allí, en Ramat Gan, un misil impactó en medio de la calle y provocó la muerte de Gershon Franco, un hombre que sufría de una discapacidad que le impidió llegar al refugio. Decenas de vecinos de esa esquina fueron evacuados a dos hoteles de la ciudad y algunos siguen allí, todavía sin fecha de regreso en el horizonte.
La familia Montenegro, inmigrantes argentinos residentes de Beer Sheva, sufrió la destrucción de su vivienda y se quejó de que tuvieron que pagar un año completo de alquiler en otro departamento. “La reparación va a demandar cuatro meses, pero nadie quiere alquilar por ese período de tiempo”, explicó Yoshua, de 20 años.
“Recibimos ayuda de mucha gente, pero por el impuesto a la propiedad no nos dieron un shekel”, acusó, y estimó que las autoridades están desbordadas por la situación: “Llamo cuatro o cinco veces por día. No sé qué tan ocupados están, hay tantos problemas que tal vez no tengan tiempo para lidiar con todos”.
