Yom Hazikaron
El casamiento de Shimon Kovdala y la madre de Polly.
Gentileza
Shimon y Polly recién nacida, poco tiempo antes de la Guerra de Yom Kipur.

Cuatro postales y un millón de preguntas

Polly Kovdala-Zeidfunden, la hija de un sargento muerto en la Guerra de Yom Kipur, recuerda la memoria de su padre durante Yom Hazikaron. Su caída, el duelo, su legado.

Por Polly Kovdala-Zeidfunden |
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"Queridas Evda y Polly. Hola, son las 8 de la mañana. El tiempo se sobrelleva y todo está bien, me siento bien y no me falta nada, solo pido que no se preocupen. Con suerte, una vez que todo termine, estaré pronto en casa y habré terminado una etapa. Saludos y besos, de Shimon”.
Mi padre, el sargento Shimon Kovdala, escribió estas palabras la mañana del 12 de octubre de 1973, unas horas antes de que lo mataran. Logró enviar cuatro postales desde el campo de batalla de los Altos del Golán y su letra es uno de los únicos recuerdos tangibles que tengo. Se volvieron amarillentas en mi álbum, y las guardo como un tesoro preciado.
Era un bebé de seis meses cuando lo mataron. Durante mi infancia colgaba en una pared de mi habitación una foto suya en blanco y negro que graficaba toda una historia de pérdida y gran dolor. “¿Cómo es crecer sin un padre?”, me preguntaron muchas veces.
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Yom Hazikaron
Yom Hazikaron
Shimon y Polly recién nacida, poco tiempo antes de la Guerra de Yom Kipur.
(Gentileza)
Como reservista de las FDI, mi padre no se perdió ninguna guerra. Estuvo en Seis Días, el Sinaí, y también la última guerra. Mis padres se habían mudado a su nuevo hogar en Ra'anana y durante Yom Kippur, el sábado al mediodía, mientras él ayunaba, papá notó un tráfico pesado en la calle. Un vecino gritó "probablemente algo está sucediendo en el norte", y se apresuró en llevarme junto a mamá a la casa de mi familia materna. En su camino de regreso los tanques ya estaban llenando las rutas y en la puerta de su casa lo esperaban órdenes de alistamiento.
Mi madre dice que le pidió que esperara unos minutos para despedirse, pero él empacó un par de zapatos, se puso un uniforme y se fue al norte para servir como conductor en una unidad de ingeniería.
Es difícil decir que mi duelo implica extrañarlo. No tengo dudas de que él es una parte de mí, aunque sea inconscientemente, pero no tengo recuerdos en los que detenerme. Lo hago a través de recuerdos de otros y por eso muchas veces me pregunto: ¿Qué tipo de persona era? ¿Un hombre gracioso? ¿Optimista? ¿Qué lo atemorizaba? ¿Cuáles fueron sus sueños?
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Yom Hazikaron
Yom Hazikaron
Shimon, a la izquierda, junto a un compañero de las FDI durante la Guerra del Sinaí.
(Gentileza)
Hace siete años, cuando se conmemoraron los 40 años de la Guerra de Yom Kipur, el Cuerpo de Ingenieros organizó un congreso de combatientes. Fue una oportunidad para tratar de encontrar a personas que lo conocieran y estuvieran con él. Con mi madre deambulamos con fotos entre cientos de personas, buscando alguien que lo conociera, como si estuviéramos en una zona de desastre.
Algunos tenían miedo de remover el pasado. Otros encontraron consuelo. Hasta que encontramos al hombre que había estado allí en los minutos previos a que mataran a mi padre. Es difícil no caer en clichés para describir las sensaciones poderosas y únicas de ese encuentro.
La unidad de mi padre se había instalado en una cantera cerca de Bet Jan. La noche anterior la cantante Miri Aloni había llegado hasta allí para acercarles un momento de felicidad. En el desayuno del día siguiente se habló de un poderoso golpe que las FDI debían sofocar. “Armas secretas”, dijeron. Y luego los aviones sirios bombardearon. Había que correr y cubrirse. Mi papá también corrió, pero no lo suficiente. Una esquirla impactó en su garganta y murió producto de esa herida.
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Yom Hazikaron
Yom Hazikaron
La familia de Polly, 47 años después de la guerra de Yom Kipur.
(Gentileza)
Crecer sin un padre es como una discapacidad interna. Tuve una infancia maravillosa, mi madre no escatimó en nada, pero una vez me afectó ver a un padre balanceando a mi amigo en sus brazos. Desde ese momento tantas veces quise llamarlo: “Papá, mírame, estoy entrando al ejército, estoy terminando mi carrera”.
Este año debía cumplir 75. Mis tres hijos aseguran estar bendecidos por contar con una familia eterna, en la que nos tenemos unos a otros. No es algo que damos por sobrentendido.
Mi duelo también está lleno de orgullo por el camino que eligió. Por no dudar en ir a la guerra creyendo que tenía que hacer todo lo posible para proteger su hogar. Hoy estamos aquí, y todos le debemos nuestras vidas a miles de personas como él.
(Foto de lado casamiento: "El casamiento de Shimon Kovdala y la madre de Polly") (Crédito: Gentileza)
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