Liad Har Lev Amraz
Liad Har Lev
Amraz
La planta de Amraz en Rishon Letzion

La embotelladora israelí que se ocupó de sus trabajadores despedidos

La fábrica "Amraz" decidió un severo recorte de personal, pero los empleados se reinsertaron en el mercado laboral gracias a gestiones de la empresa que los echó.

Ynet - Adaptado por Tom Wichter |
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Se achicó la empresa, pero no el corazón: la fábrica "Amraz" decidió un severo recorte de recursos humanos pero se ocupó de que todos los empleados despedidos pudieran continuar con sus carreras laborales. La planta principal de Amraz se ubica en Rishon LeTzion, se dedica a la fabricación de botellas y todo tipo de envoltorios de alimentos o bebidas, y según cuentan sus directivos produce más de dos mil millones de unidades anuales.
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Amraz
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La planta de Amraz en Rishon Letzion
(Amraz)
La historia de la firma es rica dentro de Israel. Fue fundada en 1938 por Wolf Teicher en el sur de Tel Aviv, pero a partir de 1948 los conflictos con las comunidades árabes de Jaffa obligaron a un traslado hacia Bnei Brak, sede en la que sumó clientes de relevancia como Coca Cola. Diversificó sus productos en el campo de la tecnología de plásticos, dominó el mercado de botellas durante muchos años y llegó a contar con ocho sedes, pero hace dos años comenzó una transformación. "Tomamos una decisión estratégica para ser más efectivos: ocuparnos únicamente de aquellos productos en los que somos buenos y líderes". La decisión implicó el cierre de cinco de las ocho sucursales, que entre otras consecuencias derivó en un gran recorte de personal. "Pero de lo primero que nos ocupamos fue de nuestros empleados", asegura Liad Har Lev, directora de Amraz, quien lideró un proceso de cinco meses para que todos los despedidos encontraran otros trabajos.
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Fabrica Amaraz
Fabrica Amaraz
La empresa se ocupó de los trabajadores despedidos y los clientes afectados por la decisión
(Iariv Katz)
"Fuimos una especie de agentes intermediarios", explica, y agrega que todos los actores afectados por los cambios de su empresa recibieron asesoramiento: "Ayudamos a nuestros clientes a encontrar proveedores alternativos, e inclusive estuvimos pendientes de las necesidades de esos nuevos proveedores para que ningún cliente israelí se quede sin su producto en los estantes de venta". Ese proceso llevó cinco meses de trabajo y Nadav Tzur, gerente de Recursos Humanos de la firma, lo describió como "un desafío desagradable que intentamos sobrellevar de la manera más humana y contenedora posible".
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